La crisis sanitaria mundial y el confinamiento como consecuencia más directa han traído al primer plano algunos conceptos tecnológicos que hasta ahora parecían ciencia ficción. Ahora han cobrado especial relevancia los robots, en un momento en el que debe limitarse hasta el extremo el contacto físico entre persona. También en las cocinas de los restaurantes.
La llegada de los robots a las cocinas no es como imaginamos. No hablamos de la Thermomix, sino a complejas soluciones robóticas. Retos de ingeniería capaces de realizar recetas casi por sí mismos. Por el momento están diseñados para realizar tareas más sencillas y repetitivas entre fogones, pero el futuro es prometedor.
Compañías de todo el mundo están desarrollando propuestas muy variadas buscando hacerse un hueco en el siempre complicado sector de la hostelería. Además, es especialmente interesante para cadenas de comida rápida donde el trabajo es más repetitivo que en otros restaurantes y se mide el tiempo en cuestión de segundos.
¿Cómo quiere la carne?
Algo tan delicado e importante como encontrar el punto a un buen filete puede dejar de depender de un humano para ser decisión de un robot empleando inteligencia artificial. O al menos es lo que buscan empresas como Miso Robotics con su buque insignia Flippy.
Este robot de simpático nombre ya ha cocinando más de 18 toneladas de productos fritos y ha hecho sus pinitos en importantes cadenas de comida rápidas en Estados Unidos. Según recogen en New Atlas, Flippy ha tenido un hueco en algunas cocinas de los restaurantes CaliBurger y Los Angeles Dodgers al mando de freidoras y parrillas.
Muy parecido es el futuro para las cocinas domésticas según Samsung. Hace algo más de un año, en el CES de Las Vegas de 2019, los coreanos presentaron su particular apuesta para llenar nuestras cocinas de brazos robóticos.
Los robots de Samsung tendrán, cuando se pongan a la venta, conexión a internet y serán capaces de descargar recetas por sí mismos. Al más puro estilo Thermomix, pero llevan la automatización a otro nivel. Y es que serán capaces de cortar, freír y controlar el punto de los alimentos automáticamente.
Uno de los robots cocineros que más horas tiene entre fogones es el desarrollado por Moley. Desde su presentación en el CES de Las Vegas de 2015, la compañía ha ido mejorando su producto aplicando Inteligencia Artificial y, según podemos leer en su propia página web, este 2020 es el elegido para llegar a las cocinas de los hogares.
Lo último que hemos conocido sobre Miso Robotics es el desarrollo de su nuevo robot ROAR (acrónimo de Robot On A Rail) que estará montado sobre raíles para mejorar la movilidad dentro de la cocina. Por el momento, se encuentra en estado de desarrollo y promete ver la luz a finales de este año 2020 por un precio de 30.000 dólares, prácticamente la mitad de lo que vale Flippy.
El control en las cocinas de los restaurantes en países como China con unas medidas de confinamiento extremas se lleva a rajatabla. Los empleados deben medirse la temperatura corporal antes de entrar a trabajar para asegurarse de que no están contagiados con el COVID-19. Algo que, por otra parte, no tiene mucho sentido pues se puede desarrollar la enfermedad sin que aparezcan síntomas.
Aunque ya existen robots camareros, repartidores o abogados, lo cierto es que no están muy extendidos. Los brazos cocineros sin embargo sí que pueden significar un punto de inflexión en las cocinas de los restaurantes de comida rápida. Al menos como una primera aproximación al sector profesional de la hostelería.
Gracias a ellos, se evitaría la participación humana en un proceso tan delicado como es la preparación de comida. Una tarea muy mecánica en según qué condiciones.
Luces y sombras
A pesar de que la idea, en principio y sobre el papel, parece buena algunos proyectos no tuvieron mucho recorrido comercial. Es el caso de la cadena CaliBurger, citada antes, donde Flippy no consiguió hacerse un hueco entre los trabajadores.
La nula comunicación y la escasa coordinación entre humanos y robots hizo que tiraran del cable pocos días después de iniciar el proyecto. Flippy tan solo se dedicaba a cocinar los filetes de hamburguesa lo que hacía necesaria la participación de un humano para ponérselos en la plancha, retirarlos y después montar la hamburguesa.
Otro de los puntos importantes es la necesidad de extremar las medidas higiénicas en el resto del personal. Por el momento, los robots cocineros no son capaces de realizar un servicio completo y de nada serviría tener automatizado el sistema de cocción de la carne si después hay otras potenciales fuentes de contagio.
De acuerdo a un análisis de McKinsey & Company, el 73% de los puestos de trabajo relacionados con el servicio de comidas pueden pasar a ser desempeñados por robots o automatismos. Vuelve a abrir el debate sobre la sustitución por robots de los empleos menos especializados. Algo que ya se ha hecho en algunos restaurantes de comida rápida donde tenemos que realizar el pedido en pantallas táctiles.