Verano en España significa, desgraciadamente, incendios. Miles de hectáreas de campo son devastadas todos los años en esta época estival con un cóctel peligrosísimo que se mueve entre la imprudencia de algunos y la intencionalidad de otros.
Una simple chispa o una colilla sin apagar bastan para desencadenar un pequeño foco que, si no se ataja con la mayor brevedad posible, devorará todo lo que pille a su alrededor. Para que esto no ocurra, existen los retenes repartidos por toda la geografía española que necesitarán la ayuda de medios aéreos cuando el incendio tome una dimensión mayor.
Estos medios aéreos se componen, en nuestro país, en 2 grandes grupos: el de los helicópteros (extinción, transporte y vigilancia) y el conformado por aviones (extinción y vigilancia). Dependiendo de la región, podemos encontrarnos diferentes modelos de aeronaves apagafuegos que van desde modelos más simples a algunos con formatos más específicos. Eso sí, el denominado 'botijo' es el más famoso por pertenecer al Ejército del Aire y operar allá donde se le necesite, incluso en el extranjero.
¡Apaga... y vámonos!
Ese es el lema del 43 Grupo del Ejército del Aire y es toda una declaración de intenciones. Esta unidad de las Fuerza Aérea es la encargada de operar los aviones Bombardier CL-215T y CL-415, conocidos popularmente como 'botijos'. El modelo más antiguo, el CL-215T, se diseñó y fabricó en la era Canadair, antes de que se privatizara y obtuviera el nombre de Bombardier en 1986.
Las diferencias exteriores entre el CL-215T y el más moderno CL-415 son mínimas. Ante el excelente diseño del CL-215T (que no deja de ser una versión del CL-215), Bombardier se limitó a la modernización de los instrumentos de vuelo pasando a ser totalmente digitales además de algunas mejoras asiladas en la capacidad de los tanques.
El modelo antiguo con el que cuenta el Ejército del Aire corresponde a la versión 'T'. Una pequeña modernización que el fabricante canadiense introdujo a finales de los años 80 con nuevo diseño alar y unos motores más potentes. Estos cambios formaron parte de una campaña en la que los operadores podían convertir sus aviones de la versión CL-215 a la CL-215T. Prácticamente al mismo tiempo, y con las glass cockpit (cabinas de vuelo con pantallas) pujantes en el sector, Bombardier desarrolló el CL-415, que básicamente son CL-215T salidos directamente de la línea de montaje.
La operativa en ambas aeronaves es exactamente la misma. Necesitan de una superficie de agua extensa para poder aproximarse, tocar el agua con la panza del avión -sin detenerse en ningún momento- y cargar los tanques. Una vez el piloto lo considere, empujará las palancas de los motores y ascenderá de nuevo para dirigirse al foco del incendio. Así una y otra vez hasta agotar el combustible a bordo. Según recoge el Ejército del Aire en su web, tanto el CL-215T como el CL-415 tienen una autonomía de unas 4 horas y media en modo extinción de incendios.
En el periodo que va desde el 1 de octubre al 15 de junio, el Ejército del Aire mantiene dos aviones con sus tripulaciones en situación de despegue inmediato en la Base Aérea de Torrejón, en la Comunidad de Madrid. El resto del año, coincidente con el periodo de mayor actividad, despliega 5 destacamentos en: Santiago de Compostela, Zaragoza, Albacete, Málaga y Palma de Mallorca. Además de mantener las unidades de Torrejón.
"El vuelo a muy baja altitud, el humo que disminuye la visibilidad, el viento que provoca turbulencias y aviva el fuego, la gran concentración de medios aéreos en la misma zona, la orografía... estos son sin duda factores de riesgo que asume el 43 Grupo". Así se describe parte de la misión de los 'botijos' y de todo el personal que trabaja a bordo y en tierra. Acciones que no llevan solo dentro del territorio nacional. En los últimos años el 43 Grupo ha participado en misiones de extinción de incendios en Francia, Marruecos, Portugal, Italia, Croacia y Grecia.
En cuanto a especificaciones, la principal diferencia del CL-215T respecto al CL-415 es que el primero tiene una capacidad de carga de agua de unos 136 kilogramos menos. Tienen un peso al despegue de prácticamente 20 toneladas, uno en vacío de 13 y una capacidad de combustible de 4.650 kilogramos. En cuanto a la capacidad de apagafuegos, puede albergar en su bodega unos 6.000 litros de agua y 680 kilos de retardante químico. España tiene actualmente 14 aviones modelo CL-215T y 3 aviones CL-415, según la web del Ejército del Aire.
Los otros bomberos del aire
Los helicópteros son el otro pilar de la extinción de incendios de España. En este caso corresponde su empleo a las diferentes comunidades autónomas aunque no es extraño ver trasvase de medios entre ellas creando de esta forma una malla competente. Estas aeronaves son mucho mas flexibles que los aviones y pueden tomar agua incluso de piscinas públicas o privadas. La operatividad no requiere de una infraestructura compleja y basta un pequeño helipuerto o aeródromo para estacionarlo. Además, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación pone a disposición de las comunidades autónomas equipos extras que se desplazarán según las necesidades de cada región.
Dentro de los medios aéreos contra incendios también nos encontramos con los denominados aviones anfibios de capacidad media modelo 802 Fire Boss de la compañía Air Tractor. Se tratan de pequeñas aeronaves que usan los flotadores para cargar masas de agua y soltarlas sobre los focos. Al igual que los 'botijo', estos aviones pueden operar tanto en tierra como en agua. España cuenta actualmente con 6 de estas aeronaves dispuestas en Zamora, Tarragona y Valencia.
El cuarto en discordia es el Air Tractor 802F, un avión de los denominados de carga en tierra que cuenta con un depósito de agua que se puede mezclar con retardante. Según el Ministerio, este modelo es "el avión más utilizado en España en extinción de incendios forestales. Por su gran maniobrabilidad es muy útil y efectivo en la lucha contra incendios". Tanto el 802F como el 802 Fire Boss, pertenecen a empresas privadas que el Ministerio subcontrata en época estival.
Fuera de ella, estas empresas se llevan sus aviones a países del hemisferio sur, como Chile, donde realizan la misma actividad. España actualmente cuenta con 10 aviones 802F desplegados de la siguiente forma: 2 en Ampuriabrava (Gerona), 2 en Argoncillo (La Rioja), 2 en Xinzo de Lima (Orense), 1 en Niebla (Huelva), 1 en Son Bonet (Baleares), 1 en Noaín (Navarra) y otro en la isla de La Gomera.
Aviones de vigilancia
En este apartado también podemos añadir varias aeronaves del mismo Ministerio dedicadas a la vigilancia de incendios. Una serie de 4 helicópteros con base en Torrejón operados por la Guardia Civil que sirven de apoyo a otras unidades terrestres y aéreas de la lucha contra los incendios.
Con una misión similar, tenemos otro par de aviones subcontratados que serán los ojos de los responsables de coordinar el equipo. Se tratan de los modelos Vulcanair P-68 Observer y la Cessna 337G Skymaster. En la temporada de invierno tan solo se cuenta con un modelo basado en la base aérea de Matacán (Salamanca) mientra que en la temporada estival España cuenta con 4 de estas aeronaves con operatividad nacional basadas en la base de Rabanal del Camino (León), Talavera la Real (Badajoz), base aérea de Zaragoza y Muchamiel (Alicante). Estas aeronaves transmiten fotografías y vídeos a través de la red móvil y microondas, tanto del espectro visible como del infrarrojo.
Por último, el mapa de las aeronaves de extinción de incendios se remata con 4 drones DJI Matrice 600 Pro y Sensefly eBee. Se emplean en operaciones nocturnas de vigilancia, observación de incendios, transmisión de imágenes georreferenciadas y generación de mosaicos. Están operados por empresas privadas y tienen su base en Rabanal del Camino (León), Zaragoza, Cáceres y Albacete.