La pandemia de la COVID-19 es la primera en la que el sector tecnológico ha tenido algo que decir; y aunque no siempre ha dicho cosas útiles, no podemos negar que los últimos meses han sido interesantes.
Desde el primer momento en el que fue evidente que las mascarillas iban a formar parte de nuestras vidas, inventores de todo el mundo se centraron en solucionar sus muchos problemas, como la manera en la que afectan a nuestras relaciones personales o a nuestro día a día.
Hemos visto el desarrollo de mascarillas transparentes, de mascarillas con boca mecánica para poder comer en público, y de mascarillas con ventiladores integrados para ayudar a respirar.
La alternativa a las mascarillas
En la start-up MicroClimate tienen una idea diferente. En vez de reinventar la rueda, o en este caso, la mascarilla, han decidido eliminarla completamente con un nuevo dispositivo capaz de filtrar el aire, sin taparnos la cara ni afectar a nuestra respiración. Claro, que si lo usamos recibiremos las miradas de todo el mundo.
Este extraño producto se llama Air, y es una burbuja que protege al usuario de cualquier amenaza externa. Sí, aunque no lo parezca, es un producto real que ya se vende en la tienda online de MicroClimate y sí, parece ridículo.
La idea no es mala, al menos. El Air es capaz de crear un compartimento estanco en nuestra cabeza, como si fuese un casco de astronauta, en el que la composición del aire que respiramos está controlada. Para ello, este dispositivo cuenta con unos ventiladores integrados que aspiran aire del exterior y lo pasan por unos filtros certificados HEPA (de alta eficiencia).
¿No es pasarse?
Por lo tanto, este sistema no da tanta calor ni tanto agobio como podría parecer, o al menos eso es lo que afirman sus creadores. La humedad también está controlada para que el interior del visor acrílico transparente no se empañe y podemos usar gafas sin problemas; y por supuesto, esto tiene la gran ventaja de que todo el mundo nos puede ver la cara sin la molestia de la mascarilla.
MicroClimate vende este producto como una manera de recuperar el contacto humano en estos tiempos, particularmente las expresiones faciales. Es cierto que puede ser difícil comprender a una persona con parte de su cara tapada, y esta puede ser una solución.
Este producto también está dirigido a personas que viajen mucho en avión durante estos días. Su interior es mullido, para mantenernos cómodos mientras echamos una cabezada en el vuelo. La batería interna que mueve los ventiladores dura unas cuatro horas, algo a tener en cuenta en viajes largos.
El MicroClimate Air está disponible por 199 dólares, un precio que puede parecer algo excesivo, especialmente si lo comparamos con una simple mascarilla; ¿son sus desventajas suficientes para realizar semejante inversión?