Más de 100 personas intentan aterrizar un avión virtual en Twitch... y lo consiguen

Todo el conjunto de usuarios de simuladores aéreos celebró, y no es para menos, la llegada de Microsoft Flight Simulator hace unas semanas. Una edición recién sacada del horno de la que probablemente sea la saga de simuladores más importante de todos los tiempos. El título ha sorprendido a propios y extraños por sus increíbles gráficos entre los que se encuentran todos los aeropuertos españoles y una representación fidedigna de todas las ciudades.

Pero no todo es volar a baja altitud sobre la Castellana o atravesar cualquiera de los fenómenos meteorológicos que Microsoft ha logrado representar con tanto acierto. A los simuladores de vuelo se va a pilotar. Algo que si nos metemos mucho en el papel no es para nada un juego de niños y requiere de muchas horas de aprendizaje y entrenamiento para conseguir aterrizar el avión con relativo éxito. Hasta que llegó Twitch.

Algo, a priori, tan complejo y delicado no parece ser la mejor idea para que decenas, cientos o miles de personas lo lleven a cabo al mismo tiempo. Quizá con esta poca esperanza el streamer de Twitch Tha_rami inició un modo de juego novedoso: que las personas que estaban viendo el directo aterrizaran un avión utilizando comandos en el chat de Twitch. La 'locura' se desató y todo el que estaba enganchado al directo quería poner su granito de arena para intentar volar el enorme Boeing 787-10 virtual y llevarlo a buen puerto.

Aterrizar un Boeing con comandos

El sistema de control disponible era muy sencillo. Los espectadores, mediante la caja de texto del chat, podían cambiar aspectos del vuelo tan importantes como la velocidad, el rumbo y seleccionar una altitud. El viaje comenzó en el aeropuerto internacional Kosice, en Eslovaquia. En medio de la pista y saltándose el taxi (desplazamiento desde la puerta de embarque hasta el umbral de la pista) el streamer puso la aeronave en manos de los espectadores.

Avión despegando por comandos de Twitch Tha_rami Omicrono

Tras un despegue limpio y sin mayores novedades, los espectadores manejaron el Boeing 787 durante media hora alrededor del aeropuerto. Como suele ocurrir en este tipo de retransmisiones, los trols hicieron de las suyas. Un caramelo demasiado apetitoso que no dejaron escapar. En uno de los vídeos se les puede ver realizando una maniobra conocida como tonel que consiste en un giro de 360 grados en el eje longitudinal del avión. Los pasajeros virtuales se libraron de esa peligrosa maniobra y comenzó la aproximación al aeropuerto. En ese y en otros muchos intentos antes del éxito, el avión terminó estrellado en mitad de la ciudad o cayendo en picado en el mar. Hasta que por fin lo consiguieron.

Como se puede ver en el clip de vídeo, la maniobra de acercamiento al aeropuerto se produjo de forma bastante ordenada teniendo en cuenta que decenas de pilotos estaban al mando. Un descenso más o menos continuado a una velocidad contenida es el secreto del éxito de cualquier aproximación. El problema real vino cuando la pista se acercaba y el avión no estaba bien encarado. Un giro casi en corta final logró alinear el aparato y, tras algunos avisos de entrada en pérdida, finalmente aterrizó. Pero no en la pista sino en una zona de tierra aledaña. Un final agrio para un vuelo bastante dulce.

Twitch Plays o cómo jugar con la comunidad

Todo empezó con Twitch Plays Pokemon, un proyecto llevado a cabo por un usuario australiano de la plataforma que desarrolló el software necesario para que los espectadores que estuvieran viendo en directo su streaming pudieran manejar el videojuego Pokemon Rojo. La retransmisión tuvo muchísimo éxito y aglutinó a más de 80.000 espectadores. 16 días con sus respectivas noches después, la comunidad terminó el juego y, según las estimaciones, más de un millón de personas participaron en el experimento.

A partir de ese momento más juegos colaborativos fueron apareciendo. Uno de los más sonados en la época reciente ha sido PUBG hasta que Microsoft Play Simulator ha llegado. Aterrizar un avión sigue siendo tarea complicada y más cuando hay varias decenas de pilotos al mando y no están coordinados.