España cuenta con una industria naval muy importante dentro del panorama internacional. Buena prueba de ello es la cantidad de contratos que la empresa pública Navantia ha cerrado en las últimas décadas para proveer de equipos militares a fuerzas armadas de todo el mundo y los buenos resultados que han logrado cosechar.
Una de las grandes promesas de Navantia y de la Armada española es la fragata clase F-110. Un buque que está en pleno proceso de desarrollo y que promete sustituir a los buques de la clase Santa María, que llevan navegando por aguas de todo el mundo desde los años 80 y van pidiendo un relevo generacional.
Pero más allá de la importancia de la fragata se encuentra el equipamiento del que dispondrá. Y para ello lo mejor es rodearse de los mejores. Navantia, a través del Ministerio de Defensa, ha anunciado que la clase F-110 tendrá un radar muy específico fabricado por Lockheed Martin, uno de los gigantes de la industria militar con sede en Estados Unidos, que cuenta con una amplísima experiencia en el sector naval, espacial, aeronáutico y de defensa en tierra firme.
Radar avanzado
Una de las novedades que incorporará la próxima clase F-110 es el radar SPY-7 avanzado desarrollado por Lockheed Martin y que será implementado en los buques junto con la española Indra como parte del sistema de combate Aegis.
La versión para las naves españolas ha sido denominado por la propia Lockheed Martin como SPY-7 (V)2, para diferenciarla de las versiones desarrolladas como encargo del gobierno de Estados Unidos. Además de España y Estados Unidos, el SPY-7 formará parte de buques de guerra con bandera canadiense y japonesa, todos ellos equipados igualmente con el sistema Aegis como espina vertebral de todo el poder defensivo y de ataque.
En cuanto a especificaciones técnicas del radar, la propia Lockheed Martin recoge alguno de los puntos fuertes dentro de la documentación disponible manteniendo el secreto algunos datos sensibles como el alcance o el funcionamiento pormenorizado. Entre las características desveladas, tenemos la capacidad de proporcionar protección contra misiles balísticos integrado con los programas Aegis para embarcaciones y para emplazamiento en tierra. A diferencia de España, Japón ha optado por la implementación de estos radares en tierra firme para emplazando estaciones en las prefecturas de Akita y Yamaguchi, como parte de la Fuerza de Autodefensa.
La compañía también apunta a que el SPY-7 proporciona un rendimiento varias veces superior a los radares SPY-1; pudiendo detectar, rastrear y atacar amenazas de misiles balísticos sofisticados, varios a la vez incluido. Y concluye apuntando que es interoperable con la mayoría de los radares y plataformas de defensa existentes en el mundo.
"El radar SPY-7 usa nitruro de galio (GaN) como principal bloque de construcción, que permite una mejor refrigeración del radar, lo que conduce a un rendimiento mayor y sostenido en el tiempo", según informa Lockheed Martin. El funcionamiento del radar dista mucho de los tradicionales. En lugar de tener un único sistema radar que escanea el entorno, el SPY-7 cuenta con miles de mini escáneres permitiéndole una cobertura mucho más precisa y discreta. Además, el radar ha sido diseñado para que se pueda ir actualizando a medida que evolucionan las amenazas.
Según informa Lockheed Martin, se espera que el primer radar SPY-7 esté operativo en el mar en el año 2026 a bordo de la primera fragata F-110 que saldrá de los astilleros de Navantia. Se espera que la Armada cuente con 5 de estos buques, todos ellos equipados con el radar, que forma parte del conjunto de sistemas a bordo Aegis.
El buque antisubmarino español
El proyecto F2M2, que luego resultó en la clase F-110, fue un encargo del Ministerio de Defensa a Navantia e Indra para el diseño, desarrollo y construcción de una nueva tanda de buques capaces de relevar a la clase Santa María.
En concreto, un nuevo buque antisubmarino deberá tener una vida operativa de cuarenta años y tendrá el espacio suficiente como para embarcar 2 helicópteros o vehículos no tripulados. Según las especificaciones que la Arma ha proporcionado a Navantia, los buques F-110 tendrán que mantener una velocidad sostenida superior a 35 nudos con 240 días de operatividad. Se estima que la tripulación estará compuesta por unas 150 personas y está propulsado por un par de motores híbridos.
La instalación del sistema SPY-7 deja clara la postura de apoyo al sistema de combate Aegis de la Armada española, que ya está presente en otras embarcaciones de la clase Álvaro de Bazán. Actualmente y según la información que proporciona Lockheed Martin, tan solo Estados Unidos, Noruega, España, Corea del Sur, Japón y Australia cuentan con este sistema en sus barcos. Uno de los más avanzados que integran varios tipos de sensores, radares y armamento como una suite completa de guerra naval.