En la era de la inteligencia artificial, de los supermateriales y del hombre a punto de viajar a Marte, todavía queda mucho que aprender del laboratorio más grande que lleva experimentando más tiempo: la naturaleza. Millones de años de evolución que han permitido la adaptación de animales a los entornos más complicados. Lo podemos ver en España, concretamente en la zona de Rio Tinto (Huelva) donde, en unas condiciones de acidez del agua muy complejas, sobreviven una serie de bacterias y otros organismos.
Ese periodo de adaptación trae consigo el desarrollo de algunos sistemas de protección en los seres vivos que ven mejoradas sus capacidades para sobrellevar condiciones adversas como al calor extremo o una resistencia extraordinaria a ser aplastados en el caso del escarabajo diabólico acorazado. Los camellos han desarrollado algunos y gracias a ellos son unos animales capaces de recorrer grandes distancias bajo el sol y el calor de los desiertos.
En esa propiedad se han fijado ahora unos científicos del Massachusetts Institute of Technology, más conocido por sus siglas MIT. Este equipo ha conseguido desvelar cómo funciona la refrigeración de los camellos al tiempo que conservan una parte importante de agua almacenada para evitar la deshidratación.
Frío en el desierto
El objetivo de los científicos, según recoge una publicación del mismo MIT, es el de desarrollar un sistema de refrigeración que pueda ayudar a mantener frías algunas sustancias fundamentales como medicamentos o productos frescos en ambientes calurosos sin la necesidad de un suministro eléctrico. Esto último está más de actualidad que nunca debido a que la vacuna de Pfizer contra la Covid-19, una de las más avanzadas actualmente, necesita de temperaturas que rondan los 80 grados negativos.
"La mayoría de la gente no pensaría en usar un abrigo de pelo de camello en un día caluroso de verano, pero de hecho, muchas personas que viven en el desierto tienden a usar prendas exteriores pesadas", recalcan desde el MIT. Según algunas investigaciones, el secreto está en el pelo del camello que permite reducir la pérdida de humedad y proporcionar un efecto refrecante. "Un camello afeitado pierda un 50% más de humedad que uno con pelo, bajo las mismas condiciones".
Para intentar replicar el funcionamiento de la piel de camello, los científicos del MIT han creado un sistema compuesto por un par de capas. El material de la parte más interna, donde se encuentran las glándulas sudoríparas en el camello, está compuesto por un hidrogel con una cosistencia gelatinosa cuyo principal ingrediente es el agua. Este gel acuoso está almacenado en una matriz de material esponjoso desde el que el agua puede evaporarse fácilmente.
En la siguiente capa estratigráfica, el sistema de refrigeración está compuesto por una capa de aerogel que hace la función del pelaje manteniendo fuera el calor extremo mientras permite que el vapor pase a través. El hidrogel es uno de los materiales que más de moda están, a pesar de no ser algo realmente novedoso sí se está empezando a aplicar en algunos casos como en las "ventanas líquidas" capaces de ahorrar energía en el acodicionamiento de edificios.
Este sistema de refrigeración pasiva puede emplearse en los envases de comida para preservarla fresca abriendo unas vías de distribución que, hasta este momento, permanecen cerradas. "También permite que medicinas como las vacunas puedan mantenerse en óptimas condiciones cuando tienen que ser repartidas en zonas remotas", apuntan. Aplicado en los sitemas actuales de distribución, se evitan los picos de temperatura que se producen en las cargas y descargas de los productos.
No tan barato
"Las materias primas básicas involucradas en el sistema de dos capas son económicas", según recogen en el MIT. El aerogel de la capa externa está fabricado de sílice, el mineral más abundante en el mundo y el que forma, por ejemplo, la arena de las playas. Es también el mismo mineral que se emplea en el proceso de fabricación de chips como el del procesador que podemos encontrar en ordenadores o teléfonos móviles. El incremento en el precio se produce en la fabricación a través de un proceso complejo y caro.
Esto último es algo muy común en las nuevas tecnologías que acaban de arrancar y necesitan de unos años para poder conseguir unos precios competitivos para el mercado. Se suele conseguir con el descubrimiento de nuevos métodos de fabricación o usando la economía de escala. Según indican, ya hay una compañía que está investigando un nuevo proceso de fabricación para emplear los materiales en asilamientos de ventanas; mismo sistema que usan en las "ventanas líquidas" a las que hicimos mención antes, pero el MIT no desvela el nombre.