Los drones han pasado de ser aeronaves con un papel secundario a auténticas máquinas de guerra. En España, por el momento, tan solo se prevé el uso de drones para labores de vigilancia con la flota de cuatro Predator recién llegados, pero otras naciones quieren ir mucho más allá para no perderse la ola de los cazas no tripulados.
La última de ellas ha sido Reino Unido a través de su Royal Air Force (RAF), uno de los ejércitos más poderosos -y con más presupuesto- del mundo, que acaba de anunciar un contrato por 30 millones de libras (más de 33 millones de euros) a Spirit Aerosystems, una compañía con base en Kansas, que cuenta con una fábrica en Belfast.
Los drones guardaespaldas, como el que tendrá la RAF próximamente, conforman una de las apuestas más en firme de ejércitos como el de Estados Unidos o Australia y se basa en la conectividad entre los drones y los aviones caza pilotados. De esta forma, los no tripulados pueden servir de apoyo en las misiones más arriesgadas sin poner en peligro una vida humana.
Por ejemplo, en labores de reconocimiento más allá de las líneas enemigas, ataques a objetivos complicados o escolta. Esta última función es una de las más apreciadas por los pilotos pues los drones serán capaces de interponerse entre un misil y el caza tripulado.
En particular, la aeronave del ejército de Reino Unido se diseñará para que sea capaz de volar a alta velocidad junto a los cazas, según el propio Ministerio de Defensa. También estarán armados con misiles y todo el equipamiento electrónico necesario para llevar a cabo misiones de reconocimiento y guerra electrónica.
El dron desarrollado por Spirit será el primero de la RAF capaz de identificar y derribar a un objetivo prefijado y sobrevivir a un ataque con misiles tierra-aire. Se espera que el primer vehículo a escala real esté listo en el año 2023 y de trabajo a más de 100 personas en Irlanda del Norte.
"El Proyecto Mosquito [como así lo han denominado] es un elemento vital de nuestro enfoque al Future Combat Air, que supone el comienzo de las habilidades de diseño, construcción prueba para las capacidades aéreas de combate de la próxima generación", en palabras de Richard Berthon, director de Future Combar Air, dependiente del Ministerio de Defensa.
"Los aviones autónomo loyan wingman [denominación técnica de estos drones] crean la oportunidad de expandir, diversificar y actualizar rápidamente las Fuerzas Aéreas de Combate de una manera rentable, actualmente y en futuro", según Berthon.
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