Los diferentes confinamientos y la distanciación social nos han obligado a dejar de lado los eventos públicos muy concurridos. Durante los primeros meses pudimos ver cómo algunos artistas en España retransmitían desde sus casas y, para ello, necesitaron un micrófono.
Además del universo de la canción, los streamings de videojuegos fueron protagonistas impulsando plataformas como Twitch. Y qué decir de los podcast, uno de los medios de difusión que más ha crecido en los últimos años donde cualquiera con un micrófono, un ordenador y una conexión a Internet puede dar a conocer sus ideas.
Algunos de estos micrófonos, como los que se usan en los podcast más amateur, pueden costar unas pocas decenas de euros. Pero a medida que queramos ir mejorando la calidad del audio prácticamente no existe límite de gasto. Aquellas personas que buscan lo mejor de lo mejor -sean artistas musicales u otro tipo de profesiones- son para las que compañías como Blue desarrollan su gama más profesional.
Solo para profesionales
Los micrófonos más 'baratos' de Blue en esta gama parten de los 999 dólares. El primero de los representantes de esta gama XLR Signature es el micrófono Dragonfly, de tipo cardiode y especialmente diseñado para ser empleado en voces femeninas y en instrumentos de percusión.
Esos mismos 999 dólares habrá que desembolsar para llevarse a casa el Blueberry, un micrófono de condensador de gran diafragma para estudio. A diferencia del anterior, el Blueberry está especialmente diseñado para su uso en voces masculinas, guitarra eléctrica y piano. Todos ellos, además, se pueden emplear en estudios de radio o televisión, especialmente si emiten música en directo.
Llegamos entonces al Blue Mouse, el primero de esta gama que la compañía recomienda para usarse en podcasting y que también puede aplicarse en estudios de radio, donde la voz es más relevante que en otros escenarios donde existen instrumentos musicales. Aunque los 1.250 dólares pueden echar para atrás a más de uno.
El catálogo sigue ascendiendo de precio hasta los 1.999 euros del Blue Kiwi como paso previo al micrófono más caro que tiene la marca: el Bottle. Es uno de los micrófonos más míticos de las últimas décadas y tiene un precio base de 3.999 euros. Sin añadidos.
Uno de los puntos más interesantes de este último micrófono es que cuenta con cápsulas intercambiables. La parte superior que sobresale del micrófono se puede acoplar y desacoplar para elegir la cápsula específica para cada ocasión. La propia marca vende un pack que cuesta 6.000 dólares con micrófono, estuche, fuente de alimentación y los cuatro tipos de cápsulas disponibles.
Los hay más baratos
Seguramente cualquiera que se inicie en el mundo del podcast o del streaming recurra a los micrófonos USB. Existen muchísimos modelos de este tipo que ofrecen un rendimiento excepcional. Eso sí, si hay en ocasiones que esa calidad no basta y se busca tener el control total de los niveles del micrófono; al tiempo que se mejora notablemente la calidad del audio. Y habrá que comprar un micrófono XLR.
Los de ese tipo se deben conectar a una interfaz de audio externa. Es un equipamiento más profesional que permite ajustar cada entrada de audio individualmente y que puede ir conectado a un ordenador desde donde retransmitir en directo o grabar. Realmente no es un dispositivo muy caro, se pueden encontrar interfaces de audio desde pocas decenas de euros en los modelos más básicos.
En cuanto a micrófonos XLR baratos, la propuesta de Blue arranca desde los 100 euros con el Ember. Y existen otras marcas como Shure que también ofrecen micrófonos XLR de calidad en ese intervalo de precio. Si se pretende gastar todavía menos, lo mejor sería mirar un micrófono por USB.
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