El de los coches voladores es uno de los sectores de la aviación que más compañías está creando en los últimos años. La movilidad de las grandes ciudades, como en España puede ser Madrid o Barcelona, necesita de un replanteamiento del que se puede aprovechar toda la tecnología aprendida de los coches eléctricos y de los drones.
Las baterías de alta capacidad y los sistemas de vuelo asociados a las aeronaves no tripuladas son los pilares sobres los que sustenta toda una industria que promete eclosionar en pocos años. Justo cuando los desarrollos actuales se vayan cerrando y las autoridades de aviación de cada país comiencen a dar luz verde a los primeros vuelos experimentales.
Entre todo ese ecosistema de empresas y proyectos, siempre hay alguno que llama la atención. El último de ellos en aparecer se aleja mucho de los conceptos que estamos acostumbrados a ver en las presentaciones. Nada de brazos plagados de hélices o diseños estrambóticos, más bien un diseño limpio que recurre a una tecnología muy similar a la de los ventiladores sin aspas.
¿Y los motores?
El principal reclamo tecnológico de Jetoptera son, sin duda alguna, sus motores. Como apuntamos antes, recurren a una tecnología ideada por Dyson hace ya bastantes años donde no se dejan ver las hélices. El funcionamiento pasa por instalar un generador de aire en la parte interior del fuselaje que produce un flujo de aire que es multiplicado por el diseño tipo 'ala de avión' en forma de circunferencia.
Con un pequeño ventilador se consigue, gracias a la geometría de ese ala circular, aumentar hasta en 16 veces el flujo de aire en el caso de los modelos de ventiladores Dyson. Haciendo que salga a más presión si lo comparamos con un ventilador de aspas tradicional. Emplear un generador de aire pequeño se traduce en unas necesidades energéticas también reducidas, algo muy positivo para la autonomía del sistema.
Pero no es lo mismo alimentar de aire un ventilador que generar el empuje suficiente como para hacer despegar un avión. El esquema de Jetoptera se basa en la creación de una corriente de aire primaria a través de un compresor, algo que no han logrado conseguir con la tecnología de baterías disponible actualmente.
Necesitarían una densidad alrededor de 1.500 Wh/kg y actualmente -en el mejor de los casos- se consiguen 260 Wh/kg, según recoge New Atlas. Por esta razón emplean en la actualidad un sistema interno alimentado por gas capaz de generar 75 kW en el modelo más recortado y hasta 1.200 en el más potente.
La tecnología de sus motores "mejora la eficiencia de propulsión más de un 10% al tiempo que reduce el consumo de combustible más de un 50% en comparación con turborreactores de pequeño tamaño", apuntan desde Jetoptera. Además, el sistema es un 30% más ligero en comparación con los turbofans (los de los aviones tradicionales) y reduce "significativamente" la complejidad mecánica.
Coche volador militar
Esta compañía, con sede en Seattle, cuenta con una cartera de 7 prototipos de vehículos que emplean la misma tecnología de motor. Cuatro de ellos están diseñados para despegar y aterrizar en vertical mientras que los tres restantes se conforman con la operativa tradicional de despegue longitudinal.
Los tres modelos que llaman más la atención son los J-2000, J-4000 y uno llamado High-speed. Los dos primeros son exactamente iguales desde el punto de vista estético variando únicamente la potencial de los motores y la carga que puede soportar cada uno.
Ambos cuentan con una velocidad punta de 320 kilómetros por hora, una altitud máxima de 4.500 metros y la capacidad para despegar y aterriza verticalmente. El J-2000 tiene un peso máximo de 900 kilogramos (2.000 libras) mientras que el del J-4000 es de 1800 (4.000 libras). Según se puede ver en los diseños por ordenador, los motores delanteros pueden esconderse dentro del fuselaje del avión cuando vaya incrementando la velocidad para eliminar carga aerodinámica.
Para el High-speed, Jetoptera ha variado el diseño de los J-2000 y J-4000 consiguiendo aproximadamente el mismo peso y doblando tanto la velocidad como el alcance, que en esta última aeronave consigue superar los 640 kilómetros.
La intención de la compañía es suministrar este tipo de vehículo al mercado militar. En enero de 2020 Jetoptera y Honeywell anunciaron un acuerdo por el cual aunaban esfuerzos en el desarrollo de esta tecnología.
"Honeywell está trabajando con Jetoptera para impulsar un sistema de propulsión revolucionario que cambiará la dinámica de las operaciones de vuelo", reza el comunicado. Honeywell es una de las empresas de aviación más importantes del mundo y empleará su tecnología para generar el aire comprimido que haga funcionar los motores de Jetoptera.
"El FPS [como se llama el sistema de propulsión de Jetoptera] reemplazará los sistemas de propulsión tradicionales y debería permitir construir aeronaves más rápidas, seguras y menos detectables". El objetivo de la alianza de ambas empresas es el de construir aeronaves que puedan emplearse en el transporte de tropas y carga. Jetoptera ya ha conseguido un par contratos menores de la Fuerza Aérea de Estados Unidos para estudiar el perfil sonoro de su sistema y el potencial de sustentación.
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