El fenómeno Concorde fue uno de los reclamos aeronáuticos más importantes durante las últimas décadas del siglo XX. Cada aterrizaje y despegue congregaba a decenas -cuando no cientos o miles- de personas y fue todo un fenómeno de masas cuando operó en aeropuertos españoles pequeños como en el de Valladolid o Badajoz.
Desde hace unos años, algunas compañías han querido rescatar ese espíritu de los vuelos de largo radio más allá de la velocidad del sonido. Y, como suele pasar con cada tecnología incipiente, también se cobran algunas víctimas. La última de ellas ha sido Aerion, una compañía estadounidense que se las prometía muy felices en el mundo de la aeronáutica supersónica.
Aerion estaba inmersa en el impulso de su aeronave AS2 como una de las mejor posicionadas de su categoría. Un avión supersónico, silencioso, de largo radio y un espacio suficiente como para acomodar a los pasajeros que tuvieran los bolsillos suficientemente llenos como para comprar uno de sus billetes.
La compañía ha emitido un comunicado donde indica que "el entorno financiero actual ha demostrado ser un gran desafío para cerrar los nuevos requisitos de capital programados y necesarios para finalizar la transición del AS2 a la producción", según la compañía. Este último paso es, sin duda, el más importante de una compañía que pretendía comenzar a fabricar las aeronaves en 2023 y comenzar las operaciones en algún momento del 2026 o 2027.
"El programa de aviones comerciales supersónicos AS2 cumple con todos los requisitos del mercado, técnicos, regulatorios y de sostenibilidad", indica Aerion en el mismo comunicado. "Y el mercado para un nuevo segmento supersónico de la aviación general ha sido validada con 11.000 millones de dólares en ventas pendientes [pedidos] para el AS2".
La factura del AS2, como la de cualquier otra revolución tecnológica, era astronómica. Solo en el desarrollo del motor necesario para impulsarlo más allá de la velocidad del sonido costó más de 1.000 millones de dólares. Sin contar con que no se había realizado siquiera un prototipo funcional a escala, el AS2 solo se sustentaba en modelos por ordenador.
El Aerion AS2 habría sido capaz de volar a Mach 1,4 (1.700 km/h) con una autonomía de 9.000 kilómetros. En su interior, estaba pensado para acomodar a 8 o 10 pasajeros con todo el lujo que se espera en una aeronave como esta. Este cierre afecta directamente a la compañía española Aernnova, quienes se iban a encargar de la fabricación del fuselaje de este avión. A pesar de estar en el ojo del huracán, el AS2 no es el último de los modelos presentados por la compañía.
El pasado mes de abril, sacaron a la luz el AS3 Mach 4+. Un nuevo concepto de aeronave supersónica capaz de superar los 4.000 kilómetros por hora y con capacidad para sentar a unos 50 pasajeros.
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