Google, Microsoft, Apple y Mozilla son las empresas que están detrás de los principales navegadores web, los más usados en España y en el mundo: Chrome, Edge e Internet Explorer, Safari y Firefox. Ahora, han impulsado la creación de la WebExtensions Community Group (WECG) con un objetivo claro: hacer que desarrollar extensiones sea más fácil.
Estas extensiones se han convertido en uno de los grandes atractivos de los navegadores. Casi como las aplicaciones para los smartphones. Con ese bagaje tan importante y con el fin de ponérselo más fácil a los diferentes desarrolladores de extensiones, los primeros espadas de la industria se han puesto de acuerdo.
Tras envainar el arma de la sana competencia, la WECG ha emitido un comunicado. "Con múltiples navegadores adoptando un modelo ampliamente compatible para extensiones en los últimos años, el WECG se complace en explorar cómo los proveedores de navegadores y otras partes interesadas pueden trabajar juntos para promover una plataforma común para extensiones".
Sus objetivos son claros y los dividen en dos ramas. Primero, facilitar el proceso de creación de las extensiones para los desarrolladores al proveer un modelo coherente y un núcleo común de funcionalidades, APIs y permisos. Y segundo, crear una arquitectura que mejore el rendimiento y sea aún más segura y resistente a los abusos.
"Nuestro trabajo estará guiado por un conjunto de los principios de diseño de HTML y W3C TAG: centrado en el usuario, compatibilidad, rendimiento, seguridad, privacidad, portabilidad, capacidad de mantenimiento y comportamiento bien definido". La intención de WECG no es empezar de cero, algo que sería realmente costoso tanto para los desarrolladores de extensiones como para los de navegadores.
Quieren utilizar el modelo de extensiones existente y las API compatibles con Chrome, Microsoft Edge, Firefox y Safari como base. Y a partir de ahí ir avanzando. "Nuestro objetivo es identificar un terreno común, acercar las implementaciones y trazar un rumbo para la futura evolución".
Esta declaración de intenciones también ha ido acompañada de una puntualización sobre lo que WECG no hará en la materia. "No pretendemos especificar todos los aspectos de la plataforma de extensiones o de las implementaciones existentes", apuntan. Desde esta nueva iniciativa se busca que los navegadores sigan innovando y enviando API que puedan servir como base para continuar mejorando las extensiones.
"Cada proveedor de navegadores continuará operando su tienda de extensiones de forma independiente, con sus propias políticas técnicas, de revisión y editoriales". Evitando de esta forma entrar en las condiciones impuestas en cada plataforma, una de las líneas rojas que se suelen poner para continuar teniendo cierto mando a la hora de revisar que todo esté correcto. Por ejemplo, para evitar que las extensiones puedan ser usadas para colar malware o robar datos.
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