El impulso que ha tenido la aviación supersónica en los últimos años ha conseguido cristalizar en proyectos de aviones de todo tipo. Tras la retirada del Concorde, que operó en aeropuertos de España varias veces, los vuelos más allá de la velocidad del sonido habían quedado relegados a unos cuantos pilotos de aviación militar y a los astronautas.
Las nuevas tecnologías fruto de años de investigación comienzan a dar sus frutos y cada vez parece más cerca el momento en el que embarcar en un avión supersónico deje de ser algo excepcional. Estados Unidos es una de las grandes mecas actuales de la aviación comercial supersónica y hace pocas semanas la aerolínea United informó de la compra de 15 aviones de este tipo con opción a adquirir 35 unidades más.
Sin embargo, no es la única gran potencia que trabaja en este sentido. Ahora es Japón desde donde se acaba de crear una nueva organización compuesta por compañías del sector aeronáutico y aeroespacial con el único fin de crear aeronaves supersónicas, y hacerlo antes de que termine esta década.
Japonés supersónico
El pasado 31 de marzo, varias empresas u organismos japoneses firmaron un acuerdo por el que creaban la organización Japan Supersonic Research (Investigación Supersónica de Japón o JSR). Entre empresas privadas como Mitsubishi Heavy Industries, Kawasaki Heavy Industries o Subaru también se encuentra la agencia espacial japonesa JAXA, una de las más importantes del mundo con participación en programas tan punteros como el Artemis.
La industria aeronáutica japonesa es una de las tradicionales del sector y está muy especializada en la fabricación de fuselajes, alas y motores. En cambio, JAXA lleva más de una década investigando sobre la bomba sónica, uno de los inconvenientes clásicos de los aviones supersónicos.
De hecho, la agencia espacial cuenta con un diseño de aeronave con la punta mucho más puntiaguda que la que equipaba el Concorde. Con ello consigue reducir aproximadamente a la mitad la contaminación acústica generada en aterrizajes y despegues respecto a la ya retirada aeronave franco-británica.
Otro de los puntos más problemáticos del Concorde era el elevadísimo consumo de combustible en un punto de inflexión donde la aviación buscaba ser lo más eficiente posible. Tanto por el coste operativo de las aerolíneas como por la huella ecológica que conlleva emitir más gases contaminantes. Pero la JAXA también parece tener controlado este asunto y, según publican, tienen un prototipo que sería capaz de reducir la resistencia con el aire un 13% respecto al Concorde. Al mismo tiempo que reduce le peso y equipa motores modernos.
El objetivo de la Japan Supersonic Research es tener listo su primer avión supersónico en el 2030 con el fin de reducir los tiempos de viaje desde el país oriental al resto del mundo. La propia JAXA indica que conectar Japón con Estados Unidos o Europa toma más de 10 horas en los aviones actuales que vuelan por debajo de la velocidad del sonido. Si se consigue doblar o triplicar esa velocidad, la reducción de tiempos sería notable.
En busca del hipersónico
Con las aeronaves supersónicas a pocos años de comenzar a surcar los cielos de todo el mundo, algunas compañías ya buscan ir un paso más allá e ingresar en el terreno de lo hipersónico. La convención internacional indica que todo lo que se mueva más allá de 5 veces la velocidad del sonido (Mach 5) entra en la categoría de hipersónico.
Aerion era una de las que apostaba -casi- por este terreno con una aeronave capaz de viajar 4 veces la velocidad del sonido, pero hace escasas semanas anunciaron el cierre de la empresa. Ya en el sector hipersónico, la Universidad de Florida Central publicó el pasado mes de mayo un nuevo concepto de motor que rompe con todos los esquemas actuales.
Este motor tan revolucionario consiste en impulsar a la aeronave con una explosión mantenida en el tiempo. Como si toda la energía liberada en la explosión de una bomba se mantuviera en el tiempo y lograra impulsar una nave a velocidades comprendidas entre Mach 6 y Mach 17, es decir, entre 7.400 y 20.100 kilómetros por hora.
"El descubrimiento de estabilizar una detonación, la forma más potente de reacción y liberación de energía, tiene potencial de revolucionar los sistemas de energía y propulsión hipersónica", dijo el profesor Kareem Ahmed, quien trabaja en el equipo científico de la Universidad de Florida Central encargado del proyecto. Este motor podría impulsar a una aeronave y cubrir en una hora el trayecto de Madrid a Los Ángeles (California).
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