Los robots bípedos de Boston Dynamics vuelven a sorprender con un nuevo ejercicio de coordinación y destreza acrobática. Esta vez, las redes sociales en España se hacen eco de un ejercicio de parkour en el que, incluso, se han podido ver las tomas falsas.
Con la fecha de los Juegos Olímpicos de París 2024 marcada en el calendario, el parkour calienta motores, o más bien músculos, para ser una de las disciplinas deportivas más de moda en los próximos años. Este nuevo vídeo de la compañía de robótica demuestra el creciente interés por un deporte que nació en los suburbios de la capital francesa en la década de los 90.
Entre tablones de madera y diversos obstáculos, dos Atlas se turnan para hacer saltos y volteretas en una rutina continúa. Estos robots bípedos ya han dejado boquiabierto a medio mundo en anteriores ocasiones, siendo capaces de marcarse una coreografía a ritmo de The Contours con el robot Spot.
Practicando parkour
Un robot inicia la secuencia intercalando saltos entre una y otra pierna por una serie de tablones inclinados y enfrentados. Después se sirve de los brazos para conservar el equilibrio y caer a distancia sobre las dos piernas en una tabla horizontal. A los pocos segundos se suma un segundo Atlas que recorre el circuito en dirección opuesta marcando los mismos pasos y ejercicios de equilibrio. Ambos terminan realizando una voltereta hacia atrás al unísono.
Todo parece perfecto, una coreografía coordinada y ejecutada sin fallos. Sin embargo, para conseguirla han sido necesarios meses de prueba y error, reformular cientos de cálculos para volver a intentarlo. Así lo explican los ingenieros de Boston Dynamics que tratan de sorprender a todos con cada nueva actuación de sus máquinas.
Sin música que acompañe esta vez el ejercicio, puede parecer que la actividad es menos impresionante que las anteriores presentadas por la empresa. Aún así, el resultado implica un esfuerzo diferente e igual de complicado: los bailes trataban de capturar nuestra capacidad de crear una variedad de movimientos dinámicos y encadenarlos en una rutina (...). En ese caso, el sistema de control del robot todavía tiene que realizar muchos ajustes críticos sobre la marcha para mantener los objetivos de equilibrio y postura, aunque el robot no detecta ni reacciona a su entorno" explican en su blog.
Nuevos desafíos
El reto es aún mayor si se tiene en cuenta las diferencias entre las capacidades del cuerpo humano y el de la máquina. Puede parecer que estos enormes robots bípedos son más atléticos que muchas personas, pero los ingenieros de Boston Dynamics aclaran que "el robot no tiene columna ni omóplatos, por lo que no tiene el mismo rango de movimiento que tú o yo".
Las articulaciones más débiles de Atlas deben sostener el torso pesado de este robot, al mismo tiempo que los desarrolladores deben buscar nuevas soluciones para que sus gimnastas sin huesos ni músculos puedan acabar la rutina.
El proceso no ha sido fácil y por el cambio quedan bastantes tomas falsas para que los humanos nos sintamos menos torpes, ellos también se caen. “Creo que ese es uno de los placeres de la robótica, que estamos resolviendo problemas realmente difíciles, y con eso vienen las inevitables frustraciones en el camino”, dice Scott Kuindersma, líder del equipo Atlas.
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