Hace unos días el robot humanoide de Tesla acaparaba todas las miradas durante la presentación anual sobre inteligencia artificial de la compañía automovilística. El Tesla Bot hacía sombra al que sería un avance más significativo para la conducción autónoma, el chip D1, un procesador que en un futuro recorrerá las carreteras de España dentro de los nuevos vehículos autónomos de la marca.
La apuesta por el desarrollo de sistemas de conducción autónoma es, sin duda, el principal aspecto diferencial de Tesla con las demás compañías de la industria. No hay ni una sola marca de coches que no trabaje en dotar de más autonomía a sus vehículos, pero la empresa de Elon Musk lleva la delantera en este sentido.
Sin estar exenta de polémicas, la marca trabaja con firmeza en la mejora del sistema inteligente para que en un futuro sus vehículos alcancen la plena autonomía. Este chip de inteligencia artificial, fabricado por TSMC, es un paso más hacia ese objetivo futurista.
Un chip para la IA
El D1 de Tesla es un procesador de 645 milímetros cuadrados que agrupa 50.000 millones de transistores. Se trata de un tamaño bastante reducido si lo comparamos con los 54.000 transistores de la tarjeta gráfica A100 de NVIDIA que ocupan 826 milímetros cuadrados.
Tesla también presume de los 22,6 TFLOPS en FP32 que ofrece su nuevo procesador y los 10 TB/s de su ancho de banda bidireccional. Sin embargo, todos estos datos adquieren mayor relevancia al unirse varios chips. La compañía ha explicado que su intención es crear una red de procesadores D1 para construir unidades de supercomputación.
Aquí es donde aparece un nuevo nombre conocido para los seguidores de la tecnología de Tesla, Dojo. Se refiere al superordenador presentado por la empresa de Elon Musk el pasado mes de junio, y que definen como el quinto más potente del mundo ahora mismo.
Construyendo un superordenador
Los superordenadores suelen ser inmensas máquinas destinadas al procesamiento de millones de datos a gran velocidad y operadas por gobiernos, instituciones académicas o empresas tecnológicas. Se utilizan para realizar complicados cálculos para proyectos de investigación, pero es la primera vez que uno de estos superordenadores se centra en impulsar los cálculos de la inteligencia artificial que dé vida a la conducción autónoma plena.
Uniendo 3.000 chips D1 de Tesla se crearía un superordenador centrado en la inteligencia artificial con un rendimiento de 1.1 ExaFLOPS, según los cálculos de Tesla, es decir, sería el superordenador más potente del mundo dentro de su categoría. Para ponerlo en perspectiva, el superordenador más potente en este momento es Fugaku con un rendimiento de 0.54 exaFLOPS en FPS64.
Las capacidades del D1 de Tesla darán sus frutos en un futuro a medio plazo, será en parte responsables de los avances que haga el gigante automovilístico en inteligencia artificial y las mejoras que reciba el Autopilot que ayuda en la conducción a los propietarios de los Tesla. De momento, este procesador está en pruebas, pero promete dar mucho de qué hablar.
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