"El uso de los videojuegos se debe educar como los hábitos alimenticios o el hacer ejercicio"
En las últimas semanas China ha restringido el uso de videojuegos a menores así como se han conocido un caso en España de adicción a ellos, ¿qué decisión se debe tomar?
3 octubre, 2021 02:34Noticias relacionadas
La industria de los videojuegos en España crece cada año, convirtiéndose en una de las grandes herramienta de entretenimiento y unión durante la pandemia. Sin embargo, con el fin del confinamiento y las restricciones surgen de nuevo los mensajes en contra de su uso, principalmente para limitar las horas de juego de los menores.
China ha establecido un nuevo límite de tiempo, mucho más estricto que el anterior. Los menores de 18 años no podrán jugar más de 3 horas semanales en el país. Medidas que se están extendiendo también al uso de las redes sociales y en las que se aplican tecnologías como el reconocimiento facial para restringir el acceso de los jóvenes a estas herramientas.
En Occidente, por el contrario, se deposita esa responsabilidad en los tutores que cuentan con controles parentales en los dispositivos y plataformas para configurarlos según consideren. A su vez, en España ha surgido el primer menor hospitalizado por adicción a los videojuegos por , con lo que se abre el debate de si es necesario aplicar medidas más duras al respecto.
Juegos más adictivos
En España hay más de 15 millones de jugadores, de los cuales el 72% son de entre 11 y 14 años. La siguiente franja de edad con más afición a los videojuegos tiene entre 15 y 24 años, según los datos recogidos por la Asociación Española de Videojuegos en su informe de 2020.
Según este mismo documento, los gamers españoles pasaron una media de 7,5 horas diarias jugando a los videojuegos el año pasado. Esta cifra se acerca a las 8 horas diarias que considera el Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales de la American Psychiatric Association, como el límite para considerar que una persona es adicta a esta forma de ocio.
Es verdad, que 2020 fue un año peculiar en el que el confinamiento durante meses propició que se viera más la televisión o se consumieran más juegos. No obstante, en 2019 la media ya era de 6,5 horas diarias. A este crecimiento se suma el primer caso del mundo de un menor hospitalizado por su adicción a los videojuegos. Ha pasado dos meses ingresado en el Hospital Provincial de Castellón y atendido por un equipo de profesionales entre los que se encuentra el doctor en Psiquiatría, Matías Real-López.
Este especialista considera que hay un problema con el uso de las pantallas en general en edades muy tempranas al que debería prestarse más atención. "El problema está en la inmediatez de las nuevas tecnologías" explica a EL ESPAÑOL-Omicrono.
Acceder a los videojuegos y las redes sociales es cada vez más fácil desde cualquier dispositivo y en cualquier lugar, lo que evita que "los jóvenes desarrollen la tolerancia a la frustración", que aprendan que en la vida lo bueno requiere un esfuerzo y paciencia. Una vez dentro, los menores se encuentran con una serie de dinámicas que propician la adicción y el abuso de las pantallas.
Tanto el doctor Real-López como Jorge Flores, fundador y director de Pantallas Amigas, destacan que algunos juegos se han desarrollado de tal manera que resultan más adictivos que otros. "Hay juegos que tienen una apariencia menos violenta, pero su capacidad adictiva es mayor" dice Real-López.
El menor hospitalizado en Castellón sufría de adicción a Fortnite Battle Royale, uno de los juegos más populares de Epic Games. La imposición de plazos para cumplir con los desafíos de una temporada o los eventos temporales y las retransmisiones en vivo, son algunos de los factores que facilitan un uso excesivo de esta forma de entretenimiento.
El problema no son los juegos
"Mucha gente juega y no tiene problemas" recuerda el doctor Real-López, "es verdad que cualquiera de nosotros podemos desarrollar una adicción, pero también deben darse algunas características de vulnerabilidad, atravesar un momento más complicado".
Los expertos indican que no se le puede echar toda la culpa a los videojuegos, ni al contenido violento de estos. "Resultan un bálsamo del malestar general, si tienes una serie de problemas utilizas los videojuegos para refugiarte, pero si eso se convierte en tu única manera de estar bien, entonces acaba siendo un problema mayor", explica Flores.
El menor ingresado en el Hospital Provincial de Castellón utilizó los videojuegos como sistema regulador ante el intenso malestar por la pérdida de un familiar y la ansiedad derivada del aumento de exigencia en el contexto educativo.
La adicción a los videojuegos se refleja en primer lugar por el número de horas dedicado a las pantallas, aunque no es la única referencia a tener en cuenta. Desde Pantallas Amigas piden prestar atención a otros factores como la irritabilidad o agresividad cuando la persona se ve privada de esa actividad de la que es dependiente.
También su vida se ve relegada a un segundo plano. Se suele resentir la alimentación, las horas de sueño y el rendimiento académico, además de verse afectadas las relaciones sociales y familiares. Todos estos factores se deben dar durante unos meses, e ir en aumento. La Fundación MAPFRE y la Universidad de Valencia desarrollaron el año pasado el primer test para detectar rápidamente una adicción a partir de los 11 años de edad.
En este punto, sería el momento de pedir ayuda profesional, como a los pediatras de la atención primaria. Ellos deben derivar el caso a un especialista en Psiquiatría infantil y de adolescencia, aunque denuncia el doctor Real-López que esta especialidad se ha aprobado recientemente y falta personal en los centros para atender a los menores.
¿Qué hacer?
A pesar de esto, los especialistas consultados para este reportaje coinciden en recalcar el valor positivo que tienen los videojuegos y las nuevas tecnologías en la vida y desarrollo de los más jóvenes. Gisela Vaquero, fundadora de Women in Games España explica a este medio cómo los videojuegos permiten mejorar la puntería o trabajar de forma colaborativa, "con ellos se puede aprender idiomas, matemáticas, incluso muchas personas con problemas para orientarse mejoran su comprensión del espacio en 3D".
Lejos de restringir el uso de horas de forma tan rotunda como se ha limitado en China, piden no demonizar los videojuegos ni las redes sociales y aconsejan una mayor implicación de los tutores. "Los videojuegos es posiblemente la primera experiencia de inserción online de nuestros hijos y puede ser una excusa excelente para compartirlo con ellos" dice Flores.
Pantallas Amigas y Women in Games son algunas de las organizaciones que ofrecen charlas en colegios para padres y alumnos. "Debemos quitarnos la idea de que los videojuegos son cosa de niños, si acaso en un principio hace muchos años, pero ahora ya no es verdad" dice Vaquero.
Las nuevas generaciones de padres han crecido con un mayor contacto con los videojuegos y las redes sociales, por lo que pueden aconsejar de forma más natural a sus hijos y acompañarles en este entretenimiento. Aunque, tanto Real-López como Flores comprenden que la situación económica de muchas familias no permite a los padres dedicar tanto tiempo como es necesario.
"Igual que se les enseñan correctos hábitos alimenticios o hacer ejercicio de forma sana, es importante dedicar tiempo a educarles en un uso responsable de los videojuegos", valora Virginia Calvo, copropietaria del club Vodafone Giants, que se basa en su propia experiencia como madre.
Para iniciarse de forma sana, además de contar con el acompañamiento de los padres, estos expertos recalcan la necesidad de elegir juegos adecuados para cada edad y personalidad. "No se puede dar a un niño de 7 años un juego recomendado para 12 años" señala Vaquero, que compara los videojuegos con la literatura o el cine: "es como recomendar un libro o una película, hay quien prefiere explorar el entorno, mientras a otros les gusta resolver puzles".
Mostrar interés en los juegos puede servir a los padres para mostrar a los más jóvenes que es posible disfrutar de esta alternativa de ocio y combinarla con otras como el deporte al aire libre y las responsabilidades diarias. También es necesario valorar con ellos situaciones desagradables que se pueden dar en los videojuegos como los insultos, el acoso o las estafas online.
Sin ese acompañamiento y educación, el límite de horas o los controles parentales que se puedan establecer no tienen el mismo efecto. "Cuando te prohíben hacer una cosa, se buscan otras formas fuera de la legalidad, se abren cuentas piratas, por ejemplo, no es una solución a largo plazo"dice Gisela Vaquero.