Inventan una máquina que transforma las bolsas de plástico en combustible y la podrás usar en casa

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que en el mundo se usan 5.000 millones de bolsas de plástico al año, de las que un 70% (3.500 millones) terminan en la naturaleza, como en los mares que rodean a España; lo que supone un grave problema para los animales y el medioambiente. Al igual que se cree que los barcos podrían utilizar estos residuos como combustible, un investigador ha llevado esa misma idea al hogar.

Akinori Ito, un inventor japonés, ha creado una máquina que puede convertir las bolsas de plástico en combustible que se podría utilizar para diversas aplicaciones, como para calentar generadores o estufas que generan calor en el hogar. Una solución que trata de acabar con este residuo que, por culpa del ser humano, se encuentra muy presente en la naturaleza. No es raro andar por la calle y encontrar una bolsa de plástico tirada en el suelo o verlas en el mar mientras uno se baña.

Las bolsas de plástico son altamente contaminantes. Esto se debe a que para su fabricación se requieren grandes cantidades de energía y a que están compuestas por sustancias derivadas del petróleo, que tardan en degradarse muchísimo tiempo. Por otro lado, las bolsas que cuentan con serigrafías que pueden contener residuos metálicos tóxicos. Asimismo, cabe tener en cuenta que se contaminan con la luz solar y se terminan convirtiendo en microplásticos que absorben toxinas que son realmente perjudiciales para el medioambiente.

Transformación en combustible

El empleo de estas bolsas es cómodo y está extendido, y pese a que se están tomando medidas contra ellas, es un problema que está cada vez más presente. Para terminar con ello, el inventor japonés se dio cuenta de que las bolsas de plástico, que se crean a partir de derivados del petróleo, pueden volver a su forma original con un proceso pionero. 

El inventor japonés con la máquina que convierte las bolsas de plástico en combustible. Universidad de las Naciones Unidas Omicrono

El funcionamiento de la máquina resulta un tanto complejo. Este aparato utiliza pirólisis de alta eficiencia, un método que consiste en usar altas temperaturas para transformar un compuesto en otro más pequeño y simple. Un dispositivo seguro de usar que también tiene la capacidad para procesar otros tipos de plásticos, como el poliestireno o el polietileno; aunque no las botellas PET (polietileno tereftalato).

El proceso de convertir las bolsas de plástico en combustible comienza abriendo la tapa del aparato e introduciendo los residuos. Después, éstos se calientan y, posteriormente, se introducen en un horno presurizado sin oxígeno. Ahí se calientan de nuevo a 427 º C para convertirlo en plástico líquido, que la máquina después transforma en un estado gaseoso.

El gas que se produce se atrapa y se almacena para su enfriamiento, mientras que el vapor se condensa cuando está frío y forma petróleo crudo. Akinori Ito descubrió que dicho petróleo producido por la máquina es una mezcla de gasolina, diésel, queroseno y combustible pesado. Un elemento que se podría utilizar para calentar algunas estufas y generadores, y servir como una alternativa a la gasolina cuando se refina o para impulsar vehículos como barcos, coches o motos.

Un uso doméstico

Akinori Ito ha diseñado este sistema pensando para que los usuarios lo utilicen en su casa, por lo que no abulta y se puede colocar en cualquier parte, siendo un poco más grande que una cafetera de cápsulas o un robot de cocina.

El inventor estima que un kilogramo de plástico puede producir aproximadamente un litro de aceite, aunque para convertir esa cantidad se necesita alrededor de 1 kWh de electricidad, que equivale aproximadamente a unos 18 céntimos en la factura. Además, también cabe tener en cuenta que, a la hora de usar la máquina, ésta produce una pequeña cantidad de residuos de carbón inerte que se pueden tirar en la basura normal.

Otro interesante detalle de esta máquina es que podría revolucionar la forma en la que se tratan actualmente los residuos plásticos, ya que al convertirlos en combustible se elimina la contaminación por CO2. 

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