A medida que va evolucionando la tecnología de los teléfonos móviles, también se van perfeccionando las técnicas de espionaje que se benefician de estos avances. Aplicaciones espías, usadas contra políticos en España, y cámaras de vigilancia que pasan prácticamente desapercibidas en apartamentos turísticos. Por suerte, a su vez se crean métodos para detectar estos elementos que amenazan la privacidad personal.
Investigadores de la Universidad Nacional de Singapur y de la Universidad de Yonsei han desarrollado un sistema con el que detectar las cámaras ocultas, incluso si son de un tamaño muy pequeño, capaces de esconderse en cualquier rincón. A este software lo han bautizado como LAPD (Laser-Assisted Photography Detection).
Su principal ventaja es que se sirve de los sensores TOF que presentan muchas de las cámaras de los teléfonos móviles que hay disponibles en el mercado. Simplemente con el smartphone y la aplicación resultante de esta investigación sería posible localizar una gran mayoría de las cámaras escondidas en una estancia.
Cámaras vs. ToF
A diferencia de los sistemas más convencionales para detectar cámaras ocultas en una habitación, este software te dice el sitio exacto en el que se encuentra. Otros sistemas registran el uso de redes inalámbricas como la señal WiFi para saber que hay un objeto que no conoces enviando información desde esa habitación, pero no saben dónde está.
Para conseguir una localización más precisa, este proyecto de investigación ha recurrido a los sensores ToF, que comenzaron su andadura por el mercado de los teléfonos móviles hace varios años. El mecanismo de estos sensores es más sensible a las lentes de las cámaras por lo que las reconocerían rápido.
Los ToF o Time of Flight, para el que no lo sepa, se basan en haces de luz infrarroja. Con este sensor la cámara lanza los haces de luz hacia delante para que estos choquen con los objetos que se encuentran de frente y regresen.
Después, la cámara mide el tiempo que tarda el haz de luz infrarroja en rebotar y así calcula la distancia de cada objeto, creando un mapa en 3D de los volúmenes de la escena. Este sistema es muy útil, por ejemplo, para reconocimiento facial o para separar el rostro del fondo en un selfie.
¿Cómo se usa?
Frente a las lentes de las cámaras ocultas, los haces de luz del sensor rebotan con mayor intensidad, delatando su presencia. Así es como los investigadores han dado con la forma de reconocer las cámaras detrás de un marco, o en un osito de peluche.
Mientras el usuario recorre la habitación apuntando a cada rincón con la cámara de su móvil, en la pantalla aparece una experiencia de realidad aumentada donde se puede ver la imagen de la habitación recogida por la cámara y los puntos donde podría estar la cámara indicado por un punto digital.
El software cuenta con un algoritmo de machine learning que analiza la intensidad de la recepción de los haces de luz para determinar si se trata de una cámara. Según el estudio presentado, el sistema LAPD ha conseguido detectar un 88,9% de las cámaras ocultas durante las pruebas.
De momento, se trata de un estudio de investigación cuya aplicación no está disponible para el público, pero de acabar siendo pública, modelos como el iPhone 12, iPhone 13, o los Samsung Galaxy S20+ cuentan con estos sensores que se podrían usar para reforzar la seguridad haya donde se vaya.
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