El robot ruso con forma de piedra para vigilar enemigos.

El robot ruso con forma de piedra para vigilar enemigos. Zvezda Omicrono

Tecnología

El último avance militar ruso es una piedra robot: camuflaje para vigilar y grabar a los enemigos

La Fuerza Aérea Rusa está probando un pequeño robot con aspecto de roca diseñado para observar a los enemigos en el campo de batalla sin ser detectado.

16 diciembre, 2021 06:01

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La tecnología se ha convertido con el paso del tiempo en un gran aliado del ejército de España y de las principales potencias, que cuentan con máquinas que sirven para todo tipo de misiones, como desactivar bombas. Rusia es uno de los países que más está apostando por los robots militares, de hecho, ya está produciendo sus propios Terminators; y ahora cuenta con uno con forma de roca diseñado para vigilar a los enemigos.

Apodado la 'piedra espía', este nuevo robot tiene una forma y apariencia de una roca, lo que le permite camuflarse perfectamente con el entorno para acercarse y observar a los enemigos sin ser detectado. Una máquina que es fruto de tres años de trabajo de cadetes de la Fuerza Aérea Rusa en el Centro Científico y Educativo Militar (MESC) de la Academia Zhukovsky-Gagarian; aunque por ahora se trata de tan sólo un prototipo.

Su zona exterior que simula una roca es la parte más llamativa de este robot, que tiene un diseño que incluso recuerda a un tanque de jueguete. También incorpora una cámara similar a un periscopio. Cuando está en movimiento, esta máquina se desplaza sigilosamente y cuando llega a su destino, el cuerpo de piedra desciende tapando las ruedas oruga, similares a la de los tanques, dejando únicamente la cámara al descubierto para observar todo lo que sucede a su alrededor.

Pasar desapercibido

La 'piedra espía' rusa también destaca por contar con una cámara al estilo periscopio que le permite captar hasta 15 horas de audio y vídeo. La máquina es capaz de procesar y transmitir las grabaciones a los operadores humanos a una distancia de 1,25 millas, que son aproximadamente un poco más de dos kilómetros. 

El robot espía ruso con forma de piedra

Para asegurarse de que la máquina solamente grabe vídeos de interés, la filmación se activa cuando los sensores integrados detectan movimiento y, para optimizar su autonomía, el robot puede entrar en un modo de suspensión inactiva durante cerca de 24 horas.

Este robot con aspecto de roca no es realmente útil en todas las situaciones, pero sí que es interesante para labores de reconocimiento en trincheras estáticas y las líneas de frente, que aunque se asocian más con la Primera Guerra Mundial a día de hoy se siguen utilizando en determinados contextos, ya que ofrecen un refugio y seguridad.

Su principal ventaja en comparación con otras máquinas militares, como los drones, es que en esas localizaciones puede pasar desapercibido. También podría permitir que una unidad de soldados sepa cuándo una zona está despejada y pueden pasar o si, por el contrario, se avecina un ataque enemigo. Igualmente, sus creadores señalan que también podría ser útil para recolectar datos.

Un robot frágil

No todo son ventajas, ya que la 'piedra espía' también tiene ciertos puntos débiles a mejorar. Por ejemplo, es una máquina frágil y podría dañarse fácilmente, sobre todo si es descubierto por el adversario, ya que no cuenta con ningún tipo de armamento ni defensas.

La 'piedra espía' rusa en acción.

La 'piedra espía' rusa en acción. Zvezda Omicrono

Las ruedas de oruga son mejores que los neumáticos para desplazarse en la mayor parte de terrenos, aun así el robot podría volcar en zonas llenas de rocas o con grandes pendientes. Esto implicaría que un operador esté relativamente cerca para colocarlo correctamente para que vuelva a funcionar.

Por el momento el robot de camuflaje, que está basado en otras pequeñas máquinas de combate utilizadas con fines de exploración, es tan sólo un prototipo y sus creadores aún tienen que terminar de desarrollarlo. Si Rusia decide impulsar finalmente esta máquina, también podría agregar una ventaja psicológica en el campo de batalla, ya que los enemigos podrían comenzar a pensar que cada roca que se encuentren es un espía.

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