Hace pocas semanas, días después de que saltara en España la noticia de la invasión de Rusia a Ucrania, se dio otra triste noticia: la destrucción del Antonov An-225 Mriya, el que hasta ahora era el avión más grande del mundo. No obstante, el ataque de Rusia lo destruyó en el aeródromo de Antonov de Hostomel, cerca de Kiev, o al menos así lo reportaron diversas fuentes. En un conflicto repleto de ataques hacker y desinformación, un vídeo confirma el suceso.
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Han llegado los primeros vídeos del ataque al aeródromo de Hostomel. En él no solo se ve la destrucción de todo el complejo, sino que se ve al fondo al An-225 Mriya, devastado por el ataque de Rusia a Kiev. De esta forma, se confirma lo que la compañía de armas Ukroboronprom escribió en su página de Facebook, afirmando que el avión sufrió las consecuencias de dicha ofensiva.
En medio del caos de la guerra, no se ha sabido exactamente el estado del An-225. No obstante, el vídeo sirve para ver que, como mínimo, el avión ha quedado en llamas. La compañía de armas explicó que, en caso de que se quisiera restaurar este avión, el proyecto costaría más de 3.000 millones de dólares.
El An-225, destruido
El AN-225 era un gigante áreo que se usaba habitualmente para hacer grandes transportes de carga en todo el mundo. Durante el inicio de la Covid-19 fue EEUU quien lo usó para disponer de material sanitario de forma rápida ante el aumento de casos y contagios en el país. El vídeo ha sido publicado por la cuenta de Twitter @TheDeadDistrict, que sube vídeos relacionados con el conflicto.
En él, se pueden ver camiones militares rusos y destrucción alrededor. Al fondo, bajo un gran aeródromo, está el An-225, totalmente envuelto en humo. Se distingue la parte delantera del avión, que tenía en su morro dibujadas las franjas azules y amarillas características de la bandera de Ucrania.
Como la inmensa mayoría de aeronaves civiles o militares que sobrevuelan hoy los cielos rusos o ucranianos, el Antonov An-225 fue fruto de un programa militar soviético. En particular, de uno que pretendía diseñar y construir un avión de carga gigante que sirviera de método de transporte al programa espacial al igual que Estados Unidos había acondicionado uno de sus Boeing 747.
Tenía 6 motores capaces de alcanzar los 850 kilómetros por hora. Podía alcanzar los 11.000 metros y mantenerse en vuelo durante 15.400 kilómetros. Con el transporte de 200 toneladas, esta cifra baja hasta los 4.000 kilómetros. El propio peso del avión, sin carga, ya son 285 toneladas sumadas a la capacidad máxima de combustible, 300 toneladas.
Despegó por primera vez en 1988 y siguió realizando vuelos de pruebas hasta 1990. Después de que desapareciera la URSS, solo quedaba un An-225 terminado y operativo, con una segunda unidad a medio construir. En 1994, el avión se almacenó por un tiempo indeterminado, y posteriormente el fabricante del avión usó sus 6 motores para instalárselos a otras unidades de Antonov An-124, y hasta el 2001 no se volvió a intentar restaurar el An-225.