La agencia espacial estadounidense ha tenido que suspender un ensayo de lanzamiento para su gigantesco cohete SLS, desplegado hace días en una emisión en directo histórica que se pudo ver desde España. La prueba de este finde consistía en cargar de combustible el cohete y realizar una cuenta atrás, se volverá a intentar en los próximos días cuando se solucione el problema técnico.
Este paso es necesario para poner a punto la inmensa carga de combustible que necesita el cohete, el cual se ha creado para llevar a los astronautas de la NASA de vuelta a la Luna con la misión Artemis 1 y que persigue establecer una colonia en el satélite.
A pesar de no haber sufrido daños por una fuerte tormenta que había descargado varios rayos sobre la plataforma de lanzamiento, un fallo técnico ponía en peligro la prueba que debía realizarse el 1 de abril. El ensayo incluía una cuenta atrás de lanzamiento, así como la carga de 700.000 galones de oxígeno líquido superfrío e hidrógeno líquido propulsor del cohete.
Suspensión por un fallo
"Los equipos han decidido eliminar las operaciones de tanqueo para el ensayo general húmedo debido a la pérdida de capacidad para presurizar el lanzador móvil", explicó la agencia espacial en un mensaje en su blog. Los ventiladores son necesarios para proporcionar presión positiva a las áreas cerradas dentro del lanzador móvil y evitan la entrada de gases peligrosos, aquí es donde se ha detectado el fallo.
Sin esa capacidad, los técnicos no pueden continuar con la seguridad necesaria con la carga de propulsores en la etapa central del cohete y en la propulsión criogénica. Aún así, este pequeño inconveniente técnico sería más por motivos de precaución que por un verdadero fallo del sistema, pues una vez revisado, la NASA espera retomar pronto este ensayo general.
"La próxima oportunidad para continuar con el tanqueo es el lunes 4 de abril", aseguran. La agencia espacial tiene previsto hacer volar al inmenso cohete a lo largo de 2022 para comprobar todos los sistemas que en 2025 deben llevar a un grupo de astronautas hacia una experiencia en la luna que durará semanas.
Alcanzado por los rayos
Antes de la suspensión de la prueba, los técnicos ya se habían enfrentado a otro riesgo, habían tenido que inspeccionar la plataforma de lanzamiento tras una fuerte tormenta. A las 11:20 GMT, 13:20 hora en España el pasado 1 de abril, los responsables daban luz verde tras comprobar que no se habrían producido daños.
Llegaron a caer hasta cuatro rayos durante el sábado en el área alrededor de la plataforma de lanzamiento 39B. Los tres primeros fueron de una potencia relativamente baja, pero el cuarto resultó ser más potente e impactó en una de las tres torres pararrayos según explican en Space.com.
Preocupaba que el rayo hubiera causado daños, a pesar de que la plataforma está protegida con las tormentas por una serie de torres construidas con un mástil de fibra de vidrio y unidas por un cable de catenaria que sirven de pararrayos. "Uno de los ataques de anoche fue el más fuerte que hemos visto desde que instalamos el nuevo sistema de protección contra rayos", escribió en Twitter Jeremy Parsons, subgerente de Sistemas Terrestres de Exploración de la NASA.
La NASA explica que en el momento de los impactos, la parte central del cohete y la nave espacial Orion estaban encendidas, al contrario que los propulsores de cohetes sólidos montados en los laterales y la etapa de propulsión criogénica provisional que permanecían apagados.