Aunque la guerra entre Rusia y Ucrania nos haya dejado estampas tanto en España como en el resto del mundo harto curiosas, en ocasiones estas imágenes no pertenecen al conflicto bélico que ha marcado 2022. Imagina que te despiertas un día y en la playa de tu pueblo hay dos vehículos anfibios blindados provenientes de la guerra de Vietnam. Es algo que han tenido que vivir los vecinos del parque Island Beach State Park, en el condado de Ocean, Nueva Jersey (Estados Unidos).
Según adelanta The Drive, el pasado martes aparecieron en la playa del Island Beach State Park dos vehículos anfibios de la era de Vietnam. Vehículos gigantescos que pesan unas 100 toneladas que se usaron para transportar tropas y equipo desde barcos hasta playas cercanas, y que llegaron a dicha orilla con problemas de motor.
La curiosa imagen se ha producido debido a que estos dos vehículos LARC-LX tenían problemas de motor, y debían ser reparados en el estuario Chesapeake Bay, en Virginia. Estos vehículos llegaban desde Staten Island y acabaron en la orilla a la espera de tener que ser reparados.
Vehículos gigantescos
Tal y como recogió la cadena de noticias local News12 New Jersey, ambos vehículos fueron comprados por una pareja de hermanos en Staten Island, como parte de un negocio de construcción marina en Virginia. Estuvieron en reparación meses, y ambos vehículos zarparon del área metropolitana de Nueva York.
Gracias a que cada uno de estos vehículos monta 4 motores, pudieron desembargar en la madrugada del martes en el Island Beach State Park pese a haber perdido un par de ellos, acabando varados en la playa esperando a ser reparados para que pudieran continuar su viaje. Una historia que deja muchos interrogantes, especialmente dada la naturaleza de estos vehículos.
Primero, tenemos que hablar de estos vehículos. Estos son los 4x4 más grandes creados nunca por el ejército de los Estados Unidos, y son vehículos a las 4 ruedas con una potencia de 1.000 CV. Comenzaron su servicio en el año 1952, y se retiraron en el año 2021. Fueron usados en la Guerra de Vietnam, pisando por primera vez terreno de guerra en 1967 y fueron manufacturados por LeTourneau Technologies.
Son gigantescos, ya que disponen de 18 metros de largo, 8 de ancho y 6 de alto. Cada uno de estos pesaba 100 toneladas, con una relación de potencia-peso en 10 CV por tonelada. Podía cargar entre 60 y 100 toneladas más, y disponían de 4 motores diésel de 265 CV para mover cada una de las 4 ruedas de 2,5 metros (las cuales se podían mover de forma independiente).
En el agua, la propulsión se realizaba mediante dos turbinas, que permitían que en terreno seco se pudieran mover a 25 kilómetros por hora y en el mar, a 12 kilómetros. Gracias a que cada una de sus ruedas se podía mover de forma independiente podían hacer maniobras como el giro cangrejo, vistas en otros vehículos como los Hummer. De nuevo, servían para transportar equipos, unidades y tropas de barcos en alta mar a tierra, y podían incluso transportar unidades pesadas como tanques.
¿Cómo acabaron ahí?
No fue hasta los años 70 que el ejército comenzó a dejar de usarlos, sustituyéndolos por modelos más modernos. Debido a su alta fiabilidad, su alta capacidad de ser reparado en el terreno y su resistencia, fue la elección favorita para muchas divisiones incluso después de querer ser reemplazado. De hecho, tanto es así que este vehículo puede seguir funcionando con al menos 2 motores inutilizados.
¿Qué pasó entonces? Que aunque aguantó 3 décadas más en servicio por algunas divisiones del Ejército de los Estados Unidos, dejaron de estar en servicio en 2001. Los que aún quedaban en buenas condiciones se vendieron a civiles y empresas de consumo. Hay quiénes los usan para aplastar coches (como es el caso del museo Lane Motor de Nashville), quiénes los han restaurado y otros que permiten incluso alquilarlo para transportar maquinaria pesada.
Puede parecer una auténtica locura que el Ejército de los Estados Unidos vendiera equipamiento militar pesado a sus civiles, pero así fue. Y algunos modelos siguen en activo, siendo tremendamente útiles para ciertas tareas industriales, como la construcción.
El comprador de estos dos vehículos, John Hennage, explicó que aún hay demanda de estos vehículos, y que él compró para poder traer equipo de construcción desde el agua a tierra firme. Simplemente ambos vehículos se estropearon, quedando varados en la playa de Nueva Jersey. Una estampa curiosa que habla de muchas formas distintas sobre la relación entre la población civil y el acceso a equipamiento militar.
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