En menos de 24 horas Joe Biden pasó de negar el envío de lanzamisiles HIMARS y M270 a aprobar un lote que no solo contenía esos sistemas, sino que añadía algunos más presentes desde hace meses en Ucrania como los Javelin y los Stinger. Ahora, en un movimiento acompasado con otros países de la OTAN, entre los que está España, Estados Unidos estaría trabajando en vender 4 unidades de drones MQ-1C de espionaje y ataque de largo radio.
Este modelo de aeronave no tripulada es la apuesta de la administración Biden con la que intentará buscar la aprobación del Congreso de Estados Unidos, según recoge Reuters citando a un funcionario. Un trámite que tienen planeado llevar a cabo en los próximos días y que podría no reunir todos los apoyos necesarios.
Según las mismas fuentes, la venta de los drones fabricados por General Atomics podría ser bloqueada por el propio Congreso desbaratando el plan del presidente estadounidense. También existe el riesgo de que cambien repentinamente las intenciones del plan que lleva pergeñándose en el Pentágono desde hace varias semanas.
El más grande
El General Atomics MQ-1C es uno de los drones más avanzados del mundo y, si finalmente recala en Ucrania, se posicionará como el más grande de todos los operados por las tropas de Zelenski. El desarrollo del vehículo aéreo no tripulado comenzó en 2002 con la necesidad del ejército de Estados Unidos de relevar al RQ-5 Hunter, que estaba a punto de cumplir 7 años de puesta en servicio.
Al concurso se presentaron una unión de la israelí IAI con Northrop Grumman con el Hunter II, la versión más actualizada del dron que debía ser relevado, y General Atomics con el MQ-1C apodado como Gray Eagle (águila gris). Finalmente, se hizo con el contrato este segundo dron en 2005 con un total de 11 unidades completas, compuestas por 12 drones y 5 estaciones de control en tierra cada una.
El contrato ascendió en total a 1.000 millones de dólares y la primera de las plataformas entró en servicio en 2009. A finales de ese mismo año, General Atomics junto con la Army consiguieron ejecutar la integración del dron con los misiles Hellfire y comenzaron las pruebas de vuelo en agosto de 2010.
La primera dotación con tan particular característica de ataque estaba comprendida por 4 unidades de Gray Eagle cuyo destino fue apoyar a las tropas estadounidenses en Afganistán. Este rápido despliegue y alto ritmo de producción se debe a que el dron está basado en la plataforma del conocido Predator, que sirve dentro del Ejército del Aire de España.
Las diferencias entre ambos son mínimas. Para el MQ-1C se incrementó la longitud de las alas, dando como resultado mayor envergadura y sustentación en pleno vuelo. Además, su arquitectura modular le permite equipar todo tipo de cargas de espionaje o una amplísima carta de sensores más allá de los misiles Hellfire.
Con 9 metros de largo y 17 de envergadura, el Gray Eagle tiene espacio para albergar una carga interna de 261 kilogramos más una externa de otros 227 kilos. Entre la carta de sensores se encuentran sistemas electroópticos, infrarrojos, designadores de objetivos con láser, radares, indicadores de objetivos móviles en tierra y sistemas de telecomunicaciones.
El Gray Eagle emplea un motor de combustión que rinde 165 caballos de potencia y es compatible con el concepto de "combustible único en el campo de batalla" que emplea el Ejército de Estados Unidos con el diésel. Este propulsor está presente en algunas avionetas, como las últimas versiones de la Cessna 172 o algunos modelos de la firma Diamond.
El motor se combina con una gran capacidad de planeo que le confiere una altitud de operación máxima de 8.800 metros, a una velocidad de 277 kilómetros por hora y con una autonomía que supera las 30 horas de vuelo ininterrumpido.
En lo relativo al armamento, los Hellfire son una de las municiones más extendidas dentro de las fuerzas armadas estadounidenses. Se trata de misiles aire-superficie instalados bajo las alas de la aeronave no tripulada, con un rango de acción que va desde los 500 metros a los 8 kilómetros.
Compañero turco
Si finalmente sale adelante la propuesta de Biden de vender los 4 drones Gray Eagle, deberán compartir espacio aéreo con los turcos Bayraktar TB2. Ucrania es uno de los grandes clientes de esta compañía —lo era ya antes de la invasión— y han demostrado ser una de las principales armas de su ejército machacando a la artillería rusa.
El TB2 es uno de los drones más modernos y avanzados que se pueden encontrar actualmente en el mercado. Y es que, además de su amplia capacidad de ataque, puede emplearse para labores de espionaje. Un concepto muy similar al estadounidense.
El dron se encuentra en servicio desde el año 2014 en las Fuerzas Armadas, la Gendarmería y la Policía Nacional turcas. En total, se han construido más de 160 Bayraktar TB2 que han cosechado cierto prestigio internacional con unidades desplegadas en Catar, Azerbaiyán y Marruecos.
Las especificaciones se componen de una altitud de crucero de 5.500 metros con un techo de vuelo situado en 8.200 metros. La autonomía máxima que consigue es de 27 horas, aunque depende de las conciones meteorológicas y de la cantidad de carga que acarree. Otro de sus pilares es que dispone de un vuelo totalmente autónomo, con la capacidad incluso de desdespegar y aterrizar sin intervención humana.
Por su parte, la munición que puede emplear está compuesta por un par de modelos de cohetes Roketsan MAM de fabricación turca. En concreto, de las variantes MAM-C y MAM-L. El primero es la versión explosiva mientras que la segunda se encuadra dentro de las municiones termobáricas. Ambas tienen guiado por láser y un alcance que llega a los 15 kilómetros.
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