Es evidente que existen proyectos de colonización fuera de la Tierra, como en la Luna o en Marte. Ya existen avances sobre ellos que estamos viendo poco a poco en España que se basan en tecnologías como la robótica para sus planes a futuro. Ahora, la NASA podría recurrir a una solución ciertamente drástica: la energía nuclear.
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Y es que según ha anunciado la NASA en conjunto con el Departamento de Energía de Estados Unidos, otorgarán 15 millones de dólares en contratos para 3 diseños conceptuales de reactores de fisión nuclear de 40 kW que se probarán en la superficie lunar en el año 2030. Es decir, que la NASA financiará proyectos para llevar centrales nucleares a la Luna en menos de una década, con la iniciativa Fission Surface Power.
La clave de esto sería la energía necesaria para suministrar las instalaciones y equipamiento que se establecieran en la Luna. Y es que, debido a los altísimos costes de envío de equipamiento a la Luna y los problemas que suponen alternativas más ecológicas como la energía solar, la nuclear podría ser una de las mejores opciones para potenciar los asentamientos humanos en dicho satélite.
Energía nuclear en la Luna
De base, partimos del hecho de que instalar un enclave humano en la Luna es un proyecto increíblemente costoso. Se estima que lanzar equipamiento fuera de la Tierra tendría un coste aproximado de entre 10.000 a 100.000 dólares por cada carga de 0,45 kilos. Esto, lógicamente, dificulta el transporte de envío de equipamiento a la superficie lunar.
Pero, ¿por qué la energía solar no funcionaría? La clave está en las temperaturas extremas que puede alcanzar la superficie lunar. La base tendría que soportar 14 días seguidos de luz solar, con temperaturas fuera de sombra de hasta 120 grados. En el caso de la noche, también se soportarían 14 días, pero esta vez con temperaturas de 130 grados bajo cero.
Las limitaciones de la energía solar hacen imposible que una base lunar pudiera aguantar con este sistema, al tener que calentarla en días tan fríos. La idea, por ende, es la de llevar una fuente de energía compacta y que sea relativamente fácil de llevar a la Luna, que use además un combustible con una densidad de energía muy alta.
Es aquí donde entran en juegos los diseños que quiere financiar la NASA. Se necesitará un sistema modular, escalable y que pueda operar durante al menos una década y suministrar energía a la base, para calentarla durante toda una quincena de temperaturas extremas bajo cero.
Los contratos ya se han adjudicado a las compañías Lockheed Martin, IX y Westinghouse para desarrollar unos diseños iniciales para reactores de fisión lunares. Estos contratos tendrán una duración de un año, y se aprovechará para ayudar, de paso, a desarrollar los diseños de cohetes nucleares pensados para su uso en el espacio.