Tras alcanzar a principios de año a su órbita final, James Webb inicio un largo proceso de pruebas para calibrar y alinear cada uno de sus instrumentos. Este prodigio tecnológico en el que ha participado España, está a una semana de mostrar sus primeras imágenes a todo color, aunque como adelanto ya está demostrando de lo que es capaz sin siquiera pretenderlo.
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La NASA, a modo de aperitivo, ha publicado la que consideran la fotografía más profunda del universo tomada hasta ahora. Una imagen resultado de las pruebas de un sensor que no está destinado a este uso.
El sensor Fine Guidance Sensor (FGS) es realizar mediciones científicas precisas para que el resto de instrumentos puedan apuntar al objetivo de estudio y tomar las mejores fotografías. Sin pretenderlo, las pruebas han servido para demostrar de lo que es capaz este telescopio a punto de dar los primeros frutos tras años de desarrollo.
El universo más profundo
Este sensor es capaz de tomar imágenes del universo, pero no es su principal tarea. En su lugar, se destina a servir de apoyo a los sensores que realmente están destinados a ser los ojos del telescopio. El FGS se encarga de encontrar y fijar el objetivo a observar y que el resto del equipo consiga imágenes con una alta precisión.
El objetivo de esta prueba consistía en demostrar que el telescopio puede controlar su "giro" mientras observa una estrella como punto fijo, y así lo han hecho. Pero al ser una prueba, las imágenes que toma el FGS no se suelen utilizar. También se descargan para priorizar el uso del limitado ancho de banda "entre el punto L2 y la Tierra, Webb solo envía datos de hasta dos instrumentos científicos a la vez".
Sin embargo, explica la NASA que durante las pruebas de estabilidad del mes de mayo, dispusieron de suficiente ancho de banda para recibir desde tan lejos los datos captados por el FGS. Las 72 tomas que habían realizado durante una exposición de 32 horas cada una a lo largo de 8 días de trabajo, se combinan en esta curiosa imagen que la NASA define como la más profunda que se ha conseguido hasta ahora.
"La imagen de prueba de ingeniería resultante tiene algunas cualidades toscas, no fue optimizado para ser una observación científica", explica la agencia que los puntos negros en el centro de las estrellas se deben a la saturación de los sensores del telescopio. "Cuando la apertura de FGS está abierta, no usa filtros de color como los otros instrumentos científicos, lo que significa que es imposible estudiar la edad de las galaxias en esta imagen con el rigor necesario para el análisis científico".
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Si el James Webb es capaz de sorprender así solo con los resultados de su puesta a punto, crecen las expectativas de lo que conseguirá mandar cuando esté a pleno rendimiento. En una semana, la NASA publicará las primeras imágenes realizadas con los sensores centrales del telescopio.
El objetivo de este nuevo telescopio siempre ha sido ver el universo más lejano para comprender su origen. "Las manchas más tenues de esta imagen son exactamente los tipos de galaxias tenues que Webb estudiará en su primer año de operaciones científicas", ha dicho Jane Rigby, científica de operaciones de Webb en la NASA.