Las centrales eléctricas de híbridas consiguen paliar la intermitencia característica del resto de energías renovables empleando sistemas de apoyo que garanticen un suministro estable. En España, se encuentra la central hidroeléctrica de bombeo más grande de Europa que, en esencia, busca apoyar la inestabilidad y temporalidad de algunas renovables rebombeando agua a un depósito para utilizarlo como almacenamiento energético. Pero China quiere ir mucho más allá.
[Baihetan, la nueva central hidráulica china que dobla en potencia a todas las nucleares de España]
El principio básico de este tipo de generación de energía híbrida pasa por aprovechar todo lo posible la energía fotovoltaica, teniendo el respaldo de una central hidroeléctrica. Algo así como ocurre en los coches híbridos que siempre se prioriza la circulación empleando el sistema eléctrico en lugar del motor de combustión.
Esto ocurre debido a que la generación solar cae a cero durante la noche y se ve condicionada por algunos eventos climáticos y meteorológicos que merman su capacidad. Cuando esto ocurre, para garantizar un suministro constante y adecuado a la demanda, se puede emplear la central de la presa como una enorme batería de energía potencia capaz de transformar el agua almacenada en electricidad de forma prácticamente instantánea.
La idea de China es precisamente esa. Crear una combinación de central fotovoltaica que inyecte energía a la red eléctrica nacional, pero que el sobrante se utilice para realimentar la presa. De esta forma, se aprovechan al máximo ambos métodos de generación renovables.
La más grande
Como suele ocurrir con cualquier infraestructura, los ingenieros chinos se tienen que enfrentar a las más grandes jamás diseñadas y construidas. La central hidrosolar —como así la llaman— se levantará en la prefectura autónoma tibetana en Garze, en la provincia de Sichuan, donde se acaban de comenzar las obras para la construcción de la planta fotovoltaica.
La central Kela tendrá una capacidad instalada de generación de 1 millón de kilovatios (1.000 megavatios) y eventualmente se conectará a la central hidroeléctrica de Lianghekou en el río Yalong. Esta última se puso en funcionamiento el pasado marzo con 3.000 MW de capacidad instalada.
La combinación de ambas centrales convierte al proyecto chino en la central hidroeléctrica-solar híbrida más grande del mundo. Impulsando este tipo de tecnología a unos límites hasta ahora no alcanzados.
Situada en una altitud entre 4.000 y 4.600 metros sobre el nivel del mar, la fotovoltaica Kela tiene previsto 1735 horas de utilización anual y una generación de energía promedio de 2.000 millones de kWh de energía limpia cada año. El equivalente a quemar unas 600.000 toneladas de carbón, según los cálculos de Qi Ningchun presidente de la Yalong River Hydropower Development.
La superficie que ocupará todo el entramado de paneles solares será de unos 16 kilómetros cuadrados, el equivalente a 80 estadios de fútbol, donde se instalarán 3 millones de paneles solares en módulos situados a 1,9 metros de altura para permitir el crecimiento de la vegetación y asegurar el pastoreo para el ganado. Se espera que comience a funcionar el próximo 2023.
La central hidroeléctrica a la que va conectada está en el interior de la presa Lianghekou que comenzó a construirse en 2009. Cuenta con una altura de 295 metros y una longitud de 650 metros con una capacidad de almacenamiento de casi 11.000 metros cúbicos de agua.
En su interior se encuentran un total de 6 turbinas hidroeléctricas tipo Francis con una potencia instalada de 3.000 MW. Que, unidos con los 1.000 MW de la solar, serán capaces de proporcionar energía a más de 450.000 hogares.
Versión española
El máximo exponente de central de bombeo de Europa se emplaza en el margen derecho del río Júcar, en el término municipal de Cortes de Pallás (Valencia). En 2006 se comenzó a construir la hidroeléctrica La Muela II como parte de una ampliación de La Muela I, inaugurada en los 80 del siglo XX, dentro del embalse de Cortes-La Muela.
Los trabajos concluyeron en 2013 y consistieron en la creación de un depósito emplazado a 500 metros de altura respecto al embalse original. También se excavó una red de tuberías dedicadas a la realimentación del depósito y a la generación de energía, al conectarse con las turbinas de la nueva central.
El principio básico de este tipo de generación de energía aprovecha las horas de bajo consumo para bombear agua de nuevo a la presa o a un depósito creado para tal fin. De esta manera, cuando la demanda escasea, la electricidad sobrante de la red se aprovecha para llevar de nuevo el agua al reservorio como almacenamiento en forma de energía potencial.
La caverna central de la hidroeléctrica tiene una bóveda de 117 metros de longitud por 19,85 metros de anchura por 50 metros de alto y construida con hormigón armado. La Muela II añade 850 MW a las otras dos centrales ya presentes (Cortes II de 140 MW y La Muela I de 630 MW), convirtiéndola en la más potente de toda España y de Europa en su tipo.
En total, 1.470 MW de potencia que equivalen al consumo de unos 200.000 hogares en un año. Según Iberdrola, quien ha llevó a cabo la obra y explotación, evita la emisión de 650.000 toneladas de dióxido de carbono al año.