El incremento de las tensiones entre Taiwán y China en los últimos días ha tenido como aliciente principal la visita de la política estadounidense Nancy Pelosi. Fue anunciar su visita a Taipéi y Pekín comenzó a movilizar todo su ejército hacia el sureste del país con incursiones en espacio aéreo y aguas taiwanesas incluidas. El enfado del presidente chino Xi Jinping junto al comienzo de las maniobras cerca de la isla ha provocado el aplazamiento un ensayo de un misil balístico intercontinental por parte de Estados Unidos.
"La administración Biden pospuso una prueba planeada desde hace mucho tiempo de un misil balístico intercontinental Minuteman III de la Fuerza Aérea para evitar una escalada de tensiones con Pekín durante la demostración de fuerza de China cerca de Taiwán", tal y como comentó John Kirby, portavoz de seguridad nacional. "Estados Unidos está demostrando el comportamiento de una potencia nuclear responsable al reducir los riesgos de errores de cálculo y percepción".
En la misma comparecencia, señaló que la prueba de lanzamiento del misil —con capacidad nuclear— ha sido reprogramada para un futuro cercano, sin acotar más en el tiempo. Y es que, es la segunda vez que la Fuerza Aérea de Washington D. C. tiene que aplazar el evento en este año. Inicialmente estaba planeado ejecutarlo en abril, pero las condiciones diplomáticas en Rusia con una guerra que acababa de comenzar no fueron las apropiadas.
Desde la Guerra Fría
El programa LGM-30 Minuteman comenzó en plena Guerra Fría como respuesta a los desarrollos de los soviéticos de la época. Eran los años 50 y la tecnología disponible comenzaba a permitir los misiles balísticos intercontinentales capaces de llegar a prácticamente cualquier parte del mundo en cuestión de minutos.
El primero de la saga entró en servicio en 1962 y permaneció durante 7 años, el segundo desde el 65 al 95 y el tercero desde 1970 hasta nuestras fechas. Este último es el resultado de toda la experiencia acumulada de los primeros, en el que se corrigieron algunos problemas y mejoraron aspectos tan claves que 50 años después sigue siendo el eje central de este tipo de armamento en Estados Unidos.
Las mejoras respecto a las anteriores versiones se aplicaron principalmente en la última etapa de propulsión —correspondiente con la tercera— y el sistema de reentrada. El primero recibió un nuevo motor de inyección de fluido que proporcionaba un control más preciso que la propuesta anterior. En cuanto al sistema de reentrada, los ingenieros de Boeing diseñaron nuevos vehículos con mayor resistencia y espacio de carga para acarrear las ojivas.
Cada uno de los sistemas de reentrada colocados en la parte superior de los misiles estaba compuesto por 3 vehículos con capacidad de atacar una localización de forma independiente. Esta particularidad alzó al Minuteman III como el primer misil de categoría MIRV del mundo y el concepto fue copiado posteriormente por el resto de países con modelos equivalentes.
También incorporó algunas contramedidas como el lanzamiento de señuelos para confundir a los radares y a los sistemas antiaéreos enemigos. Todo ello en una longitud de 18 metros por 1,68 de diámetro en la parte más ancha. Toda la familia Minuteman tiene como plataforma de lanzamiento instalaciones subterráneas protagonizadas por silos y se calcula que el ejército de Estados Unidos tiene unas 400 unidades —de la tercera versión— repartidas en bases aéreas de los estados de Wyoming, Montana y Dakota del Norte.
Algunos reportes indican un alcance estimado de 14.000 kilómetros, mientras otros son algo más conservadores y tan solo mencionan que pueden recorrer más de 10.000 sin acotar. Las 30 toneladas del misil las componen 3 etapas de propulsión y el vehículo de reentrada. Este último se estima que puede llegar a una altitud de 1.100 kilómetros y alcanzar las 23 veces la velocidad del sonido (unos 28.000 km/h).
La última sección de los misiles está representada por una ojiva termonuclear. En las diferentes actualizaciones que ha ido tomando el Minuteman III, Estados Unidos ha integrado la carga denominada W87, que anteriormente servía en el LMG-118A Peacemaker como uno de los misiles balísticos más importantes del ejército.
En 2007, la Fuerza Aérea adaptó las ojivas del Peacemaker que dejó de estar operativo dos años antes —y que llevaba desde 1986— para colocarlas en el Minuteman III. Esto supuso una reducción considerable de la potencia de la carga a bordo.
Equivalente chino
El ejército de China entró en el selecto club de los misiles balísticos intercontinentales en los años 80. El DF-5 fue el primero que inauguró la saga entrando en servicio en 1981 y permaneciendo en él hasta hoy; incluso habiéndose desarrollado el relevo.
El DF-5 consta de un sistema de propulsión de 2 etapas alimentadas por combustible líquido gracias a las cuales puede recorrer entre 12.000 y 15.000 kilómetros con una velocidad máxima terminal de 22 veces la del sonido, unos 27.000 km/h. Al igual que el Minuteman III estadounidense, emplea un sistema de lanzamiento desde silos subterráneos dispuestos en instalaciones secretas en varios puntos del gigante asiático.
Cuenta con una longitud de 32 metros por un diámetro por 3,35 metros y un peso de 180 toneladas. Según algunas informaciones publicadas en 2015, China habría comenzado a desarrollar una nueva versión con capacidad MIRV que consiste en desplegar diferentes ojivas en diferentes localizaciones desde un mismo misil. En el años 2016 Pekín tendría bajo su mando 10 unidades de DF-5B —de la nueva versión MIRV— acompañadas de 30 ojivas.
La capacidad de carga del cohete está estimada en unos 4.000 kilogramos correspondientes la mayoría de ellos a la ojiva. Tal y como recoge Missile Threat, la versión original del DF-5 podía contar con una única ojiva con potencial nuclear de entre 1 y 3 megatones. Por otro lado, la DF-5B se estima que puede acarrear entre 3 y 8 ojivas.
Existe una tercera versión, denominada DF-5C, que apareció por primera vez en el año 2017 con motivo de un lanzamiento de prueba. Se trataría de la versión más avanzada de toda la saga de misiles balísticos intercontinentales ya que podría equipar hasta 10 vehículos de reentrada independientes capaces de atacar 10 localizaciones diferentes en un mismo lanzamiento.
También te puede interesar...
- Así es el DF-17, el misil hipersónico indetectable que China prueba en mitad de su crisis con Taiwán
- Así son los Su-35, los cazas que China ha mandado al estrecho de Taiwán con la llegada de Nancy Pelosi
- Dragón contra Halcón: la desigual batalla de cazas en la que China arrasaría a Taiwán en el aire
O gestiona tu suscripción con Google
¿Qué incluye tu suscripción?
- +Acceso limitado a todo el contenido
- +Navega sin publicidad intrusiva
- +La Primera del Domingo
- +Newsletters informativas
- +Revistas Spain media
- +Zona Ñ
- +La Edición
- +Eventos