En un sofocante verano en España en el que se suceden las olas de calor y el precio de la energía está por las nubes, se hace más patente que nunca la necesidad de acelerar la transición energética hacia las renovables. Y eso sólo se puede conseguir apostando por soluciones innovadoras, como el enorme aerogenerador que produce el triple de energía que uno normal o Wind Catcher, el muro eólico tan grande como la Torre Eiffel que empezará a operar en breve en la costa de Noruega.
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Estas macroestructuras son capaces de alimentar miles de hogares, pero también se necesitan soluciones a pequeña escala, que permitan a casas y granjas aisladas producir su propia energía sin ni siquiera estar conectadas a la red eléctrica. En esa idea se volcaron Arun y Anoop George, los dos hermanos de Kerala (La India) que están detrás de la start up Avant Garde Innovations. Su producto estrella no es otro que Avatar, una turbina eólica económica, fiable y potente capaz de generar hasta 5 kW al día incluso en condiciones climáticas adversas.
Desde 2015, los creadores de este ingenioso invento han ido desarrollando y mejorando su producto, que ahora se vende por algo más de 1.000 euros en los cinco continentes a través de su página web y tiene un enorme potencial. Y es que, pese a ser el tercer consumidor de energía a nivel mundial, solo por detrás de China y EEUU, la calidad de la red eléctrica india es insuficiente para hacer frente a los picos de demanda y a menudo se suceden los cortes y apagones, especialmente durante los meses de verano. También existe el problema de la distribución energética, que no llega a algunas zonas poco pobladas o de difícil acceso.
Generar y almacenar energía
Las pequeñas turbinas eólicas pueden ser una gran solución, pero hasta la fecha han afrontado numerosas limitaciones, como la baja calidad de la construcción o una potencia escasa, que ni siquiera es capaz de cubrir las necesidades de un pequeño consumidor.
Con eso en mente, los responsables de Avant Garde Innovations ya presentaron un prototipo para la Armada de La India en 2018, que fue capaz de hacer frente a las peores inundaciones en el país ese mismo año y en 2021 también demostró su durabilidad frente al ciclón Tauktae, soportando vientos de hasta 185 km/h. Eso les ha permitido, entre otras distinciones, ser elegida como una de las 20 mejores innovaciones de tecnología limpia por las Naciones Unidas.
A diferencia de otros aerogeneradores, Avatar tiene establecido un límite de velocidad en 300 revoluciones por minuto (rpm). Eso se debe a que la rotación de las aspas a alta velocidad conlleva numerosos contratiempos, desde problemas de seguridad hasta el ruido o el desgaste de las piezas. Con esa limitación, esta pequeña turbina produce apenas el 10% del ruido del viento que la hace girar, lo que impide la contaminación acústica y la hace ideal tanto para su instalación en tejados en zonas urbanas como en granjas o zonas rurales.
Sus componentes básicos son un rotor con tres palas que llega a los 3 metros de diámetro además de un accesorio que le permite enfrentar automáticamente cualquier dirección del viento y aprovechar así las corrientes. Combinados, todos los componentes no pesan más de 72 kilos, lo que facilita una instalación sencilla. Aparte se vende el pie de tubería galvanizada que puede llegar a los 9 metros de altura.
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Otro elemento que diferencia Avatar de los aerogeneradores convencionales es que utiliza la tecnología Direct Drive (DD), que elimina casi por completo los engranajes de la góndola y el rotor y por tanto su posible desgaste, además de los problemas y costes derivados de su mantenimiento. Los imanes de neodimio de alto rendimiento que utiliza para funcionar son una de las claves que permiten además ampliar la vida útil de la turbina que, según sus fabricantes, llega hasta los 20 años.
Sin embargo, la característica más distintiva de los aerogeneradores Avatar es la posibilidad de producir, utilizar y almacenar la energía de manera descentralizada. Lo hace a través de otro producto, Aura, una revolucionaria unidad de acondicionamiento de la energía (PCU) que integra inversor, controlador de carga y conmutador automático.
Aura carga las baterías desde los aerogeneradores cuando sopla el aire, pero automáticamente pasa a alimentarse a través de la red eléctrica si la velocidad del viento desciende por debajo de los 1,4 metros por segundo. Así se consigue que las baterías estén siempre cargadas para hacer frente a posibles cortes o apagones, además de una mayor eficiencia energética y una seguridad superior a la que ofrecen habitualmente los pequeños aerogeneradores.
Avatar se ha desarrollado para poder ser desplegado en una amplia gama de regiones climáticas como desiertos, zonas nevadas e incluso las duras condiciones marinas, con rangos de temperatura que van desde 40 bajo cero hasta los 70 grados. Los modelos más recientes también están construidos para resistir vientos extremadamente potentes de hasta 60 m/s (el equivalente a 214 km/h).
Para adaptarse a todas las necesidades (y bolsillos), Avatar está disponible en tres capacidades, correspondientes a una potencia máxima de 1 kW, 3 kW y 5 kW, aunque desde Avant Garde Innovations ya están trabajando en unidades algo más grandes, con capacidades de 10 y 20 kW. El de 1 kW, a la venta por 1.175 dólares,