Paseando entre los muchos pabellones de la feria IFA que se celebra esta semana en Berlín se pueden encontrar productos tecnológicos de todo tipo, innovaciones tan llamativas como las nuevas gafas inteligentes de TCL para llevar una pantalla de 140 pulgadas a todas partes en el bolsillo. Llegarán a las tiendas a finales de año y EL ESPAÑOL-Omicrono ha podido probarlas y comprobar si realmente son una opción más cómoda para ver cine mientras se viaja.
[He probado las gafas inteligentes que muestran el camino para empezar a jubilar el móvil]
No son pocas las empresas que están innovando dentro del mercado de las gafas inteligentes. Cada una propone una utilidad diferente; las de TCL están más pensadas para llevar un gran cine a todas partes que para vivir experiencias inmersivas como las de realidad virtual, grabar el día a día como las que han lanzado Meta o sustituir al móvil como el modelo de Oppo.
Poder llevar con nosotros una pantalla de buen tamaño en el bolsillo para jugar, ver películas o trabajar con comodidad haya donde se vaya es un sueño al que pocos consumidores se resistirían. Sin embargo, la comodidad juega un papel muy importante, más cuando hablamos de un equipo que poner sobre la cara. Esto es lo que hemos venido a comprobar.
Un monitor de bolsillo
Las nuevas TCL NxtWear S son una versión mejorada de las NxtWear G, con un estilo más cercano a las gafas de sol habituales, con una montura más robusta. Montan dos pantallas micro QLED con resolución 1.080 x 1.920 píxeles y tasa de refresco de 60Hz que se convierten en una imagen de 140 pulgadas en los ojos.
No se trata de unas gafas de realidad virtual que te aíslan por completo, ya que es posible ver el entorno. Además, las gafas no reposan por completo en cara y orejas como lo hacen los modelos analógicos. La sensación es ver una pantalla de 140 pulgadas a 4 metros, siempre que tengas muy bien colocadas las gafas, ya que sino se pierde algún extremo de la imagen.
Si se tienen dioptrías, más si es miopía, las lentillas son la mejor forma de ver la pantalla con claridad. No permite ajustar la nitidez a la graduación que necesita cada persona, aunque puede integrar unas lentes convencionales dentro para mejorar la visión, porque colocarse las gafas inteligentes encima de las propias es insostenible.
A pesar de que solo pesan 75 gramos, se sienten pesadas y aparatosas. Son difícilmente soportables durante la hora y algo más que puede durar una película o serie.
Para que el entorno no influya en la calidad de la experiencia, se puede colocar una cobertura extra, dos paneles opacos que protegen las pantallas para ver con más brillo la imagen. Sin embargo, este añadido supone algo más de peso sobre el tabique de la nariz.
Lo mejor, el sonido
Al margen de estos detalles, la imagen es razonable y el sonido sorprendentemente bueno. Sale de las patillas y llega alto y claro al oído, sin molestar a los que están al lado. Desde la patilla izquierda es posible controlar el volumen, al otro lado, en la patilla derecha se controla el brillo de la pantalla o pasar del modo 2D al 3D.
En el extremo de las mismas, TCL ha instalado un puerto USB-C con Display Port para conectarlas a otros dispositivos como una consola o un ordenador. Tiene más sentido usar la consola o el teléfono, como mucho el ratón.
Los encargados de mostrar el producto en el stand de TCL nos confirman que para trabajar pueden no ser muy cómodas al ver que trato de escribir en el teclado sin mucho acierto porque las gafas me tapan el teclado.
La idea es muy interesante, poder llevar un gran monitor en unas simples gafas de sol para poder disfrutarlo en aeropuertos, hoteles o cualquier parque es la aspiración máxima de los que teletrabajan de un lado para otro.
Sin embargo, falta mucho todavía para que la propuesta se materialice en una tecnología cómoda y útil. Las TCL NxtWear S llegarán al mercado europeo a finales de 2022, aunque aún no se conoce a qué precio lo harán, pero puede rondar los 300 euros