El aerogenerador que se 'come': así es el proceso para convertir las palas en caramelos y ositos de goma
Una investigación ha diseñado un método para descomponer la resina compuesta para las palas de los aerogeneradores.
10 septiembre, 2022 02:47Las nuevas generaciones en España han sustituido los cromos de fútbol por el videojuego Fortnite, los mensajes en SMS por los vídeos TikTok y así se podría seguir con una infinidad de ejemplos. Aunque si hay algo que no ha cambiado con el paso del tiempo, son las chuches. Cada cual tiene su favorita, pero una de las más demandadas es, sin duda, los ositos de gominola. Pues bien, la próxima vez que te lleves uno de éstos a la boca, quizá te estés 'comiendo' un aerogenerador.
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Esta escena que parece sacada de la última película de David Lynch realmente proviene de un grupo de investigadores de la Universidad Estatal de Michigan (MSU), que pretende reciclar las palas de los aerogeneradores. Y es que resulta irónico que en el desarrollo de este tipo de energías renovables no se tenga en cuenta, en la mayoría de los casos, los residuos que se terminan generando cuando la vida útil de estos productos llega a su fin. De hecho, los polímeros termoestables que componen las palas de las turbinas actuales no son reciclables.
Teniendo en cuenta esta problemática, el equipo de químicos de la MSU, liderado por John Dorgan, se puso en marcha para elaborar una nueva resina para las palas de las turbinas que pudiera tener una "segunda vida". De esta forma, consiguieron obtenerla a través de la combinación de fibras de vidrio, polímeros sintéticos y algunos derivados de plantas. El resultado de esta mezcla, que se transformó en un panel, se sometió a diversas pruebas de resistencia y durabilidad en las que "se cumplieron todos los requisitos de rendimientos para su uso en turbinas o incluso en automóviles", según los investigadores.
El propio Dorgan ha reconocido en un encuentro de la American Chemical Society (ACS) que lo bueno de su sistema de resina "es que, al final de su ciclo de uso, podemos disolverla y liberarla de la matriz en la que se encuentra". De este modo, asegura que se podría utilizar "una y otra vez en un bucle infinito", como se propone con la economía circular.
Encimeras, portátiles, chuches...
El aspecto que más llamó la atención al equipo fue que tenía un elevado potencial de reciclaje de la nueva resina. Ésta se disuelve para eliminar las fibras de vidrio y permite así que el material se funda para fabricar nuevos productos. Pero ¿qué se puede obtener de la descomposición de la resina de las palas?
Así, sin más, poco se puede hacer con esta secreción orgánica, pero mezclándolo con otros minerales llegaron a producir piedra cultivada, que se podría utilizar como encimera de cocina. Además, si se fusionara con otras resinas plásticas, también se convertiría en un material útil para la cubierta de los portátiles.
Sin embargo, esta investigación ha interesado a un público que no suele 'consumir' este tipo de investigaciones, porque precisamente ha tratado un tema que no entiende de edades, sexo o etnias. Y ese no es otro que la comida, más en concreto, las chucherías. Este producto puede sonar un tanto descabellado al hablar de aerogeneradores reciclables, pero lo cierto es que este grupo de investigadores ha conseguido 'ver' en sus palas un osito de gominola.
Así es, el equipo liderado por Dorgan ha utilizado una solución alcalina con la que digerir la resina. Este proceso la redujo a un material acrílico que se utiliza en ventanas y luces traseras de los coches. Aunque también se obtuvo lactato de potasio, que puede purificarse y convertirse en caramelos.
Los investigadores no quisieron quedarse en la teoría y decidieron pasar a la práctica. Como si se tratase de un cocinero que prueba su último plato, Dorgan reconoce que probó "el caramelo de goma" que había surgido de "un lactacto de potasio con calidad alimenticia".
Por si alguien se había hecho ilusiones antes de tiempo, la verdad es que no hay 'caramelos reciclables' para todos. Al haber obtenido esta nueva resina, se propusieron fabricar palas de turbina con un tamaño moderado para probarlas. Sin embargo, se dieron cuenta de que esta ampliación tendrá sus serias dificultades, pues todavía "no hay suficiente bioplástico como para satisfacer este mercado", asegura Dorgan.
El reciclaje en aerogeneradores
Una de las imágenes que a los más pequeños de la casa puede recodar a la película de dibujos animados WALL•E es la de una pala de turbina depositada en los vertederos junto con otras muchas de su misma 'familia'. Y es que los aerogeneradores están diseñados para ser duraderos, pero todo tiene un fin. Y, en este caso, no es otro que el terminar desmantelado en un basurero tecnológico.
Es por esto motivo por el que la multinacional Ørsted, que recientemente ha estrenado el parque eólico marino más grande del mundo, también se ha puesto manos a la obra para reutilizar las palas de todos los aerogeneradores de su cartera mundial de parques eólicos terrestres y marinos una vez que lleguen al final de su vida útil. Así, la empresa danesa se ha propuesto almacenar temporalmente las palas con el objetivo de encontrar una solución a este reto del reciclaje.
Otras compañías del sector, como es el caso de Vestas, han llevado a cabo una iniciativa que ha venido a llamarse el Circular Económico para Compuestos Termoestables Epoxi (CETEC, por sus siglas en inglés). Las palas de estos aerogeneradores gigantes están fabricadas con una mezcla de fibra de vidrio y carbono junto con resina epoxi. Una vez hecha la combinación, ésta no se puede volver a separar, por lo que acaban en el vertedero.
Con una nueva tecnología, han conseguido separar la fibra de vidrio y de carbono de la resina epoxi, por lo que se podrían reutilizar todos estos componentes para fabricar nuevas palas de turbina. Eso sí, habrá que esperar: la empresa no tiene previsto que lleguen a realizar aerogeneradores con cero residuos hasta el año 2040.