El nacimiento de la carga inalámbrica fue una innovación muy aplaudida. Y es que deshacerse de la maraña de cables que alimentan el creciente número de gadgets en casa es una necesidad imperiosa. Sin embargo, esta tecnología hasta ahora solo ha conseguido aportar algo de orden en casa y no la libertad que se prometía. Se requiere un sistema potente y de largo alcance para poder cargar el teléfono mientras andamos por una estancia, una meta que podría estar más cerca con sistemas que utilizan láser, como el recientemente presentado por un equipo de científicos de Corea del Sur.
[Adiós a cables y enchufes: en esta habitación la electricidad se transmite a través del aire]
No son pocas las soluciones que tratan de dar con la clave de ese futuro sin limitaciones de movimiento. Se han creado fundas para móvil que reciben la carga a través del WiFi y paredes desde las que se transmite un campo electromagnético. Los últimos en presentar su propuesta son un equipo de investigadores de la Universidad de Sejong en Corea del Sur cuyos resultados parecen bastante más prometedores.
En un estudio publicado en la revista Optics Express describen cómo han obtenido resultados más potentes que otros proyectos partiendo de una tecnología ya conocida. Su nuevo sistema transmite 400 mW de potencia a 30 metros de distancia y de forma segura por el aire y sin instalaciones excesivamente complejas.
Sistema seguro
El equipo de Sejong ha optimizado un sistema conocido en el sector denominado carga láser distribuida. Está técnica, explican, ha adquirido una reciente popularidad entre quienes se han propuesto inventar la carga inalámbrica definitiva por las ventajas que ofrece en seguridad, sin provocar daños cuando una persona traspasa la luz infrarroja que conduce la carga.
Proyectos como el de Wi-Charge, uno de los más conocidos de esta nueva industria, también se basan en esa esta técnica, que cuenta con un emisor encargado de transmitir la energía en forma de luz, hasta el receptor que se conecta al dispositivo que se pretende recargar. La carga láser distribuida es más atractiva porque permite reducir la señal o bloquearla cuando el sistema detecta que una persona se ha interpuesto entre ambos equipos.
Los investigadores de la Universidad Sejong de Corea del Sur también describen cómo el sistema cambia automáticamente a un modo seguro de transferencia de energía cuando una mano humana interrumpe la línea de visión. En este supuesto, el transmisor produce una luz de intensidad muy baja que no supone ningún riesgo para las personas.
De punto a punto
El funcionamiento es similar al de los láseres tradicionales, la diferencia radica en la integración de los componentes ópticos. Estos no se colocan juntos en el dispositivo, sino que se distribuyen entre transmisor y receptor para que se reconozcan y transmitan la energía a distancia.
Cuando el transmisor y el receptor se encuentran dentro de una misma línea de visión se crea una carretera de transmisión entre ambos por el aire que debe permanecer despejada para que pase la luz a una potencia alta. Esto significa que de implementarse en las casas, los fabricantes de otros productos deberían agregar ese receptor u ofrecer adaptadores que se puedan conectar y desconectar del móvil, ordenador o cualquier aparato.
En el nuevo sistema, los investigadores utilizaron una fuente de energía óptica de amplificador de fibra dopada con erbio con una longitud de onda central de 1550 nm. "Este rango de longitud de onda se encuentra en la región más segura del espectro y no representa ningún peligro para los ojos o la piel humanos con la potencia utilizada", insisten en el comunicado.
Hasta 30 metros
Con esta optimización el estudio presume de haber conseguido una transmisión con una potencia de hasta 400 mW en distancias de hasta 30 metros entre ambos dispositivos. Frente a los cargadores de móviles actuales, que llegan a ofrecer 60, 90 vatios (sin olvidar los de 200 W), contar con únicamente con 400 milivatios de potencia no es suficiente para cargar la batería de un smartphone.
Sin embargo, sí podría servir para alimentar a pequeños sensores colocados a través de una estancia. Aunque a los consumidores les interese más la idea de cargar el móvil mientras entran y salen de las tiendas de un centro comercial, por ejemplo, la carga de sensores y pequeños aparatos también es útil en un mundo inundado por el Internet de las Cosas (IoT), con medidores de temperatura, cámaras de seguridad y sensores de movimiento, entre otros dispositivos.
Más adelante, el equipo coreano aspira a incrementar esa potencia para poder trabajar con equipos más pesados, como móviles, tablets, ordenadores, electrodomésticos y todo tipo de gadgets conectados en el hogar o centros de trabajo.
Sea cual sea el uso que se le acabe dando, lo cierto es que las cifras de alcance que propone son comparables e incluso mejores que las que aportan algunas empresas que trabajan en la comercialización de tecnologías similares. Wi-Charge, tiene actualmente en su catálogo se pueden encontrar dos transmisores de energía por luz infrarroja el R1 y R1 HP que tienen un alcance de 10 y 5 metros respectivamente y pueden transmitir entre 100 y 250 mW.
En este nuevo mercado también está intentando entrar Xiaomi, que presentó en 2020 su propio sistema. Prometía cargar varios dispositivos a la vez con una potencia de 5W a "varios metros de distancia", sin especificar la medida exacta.