Personajes tan conocidos en España como James Bond o el inspector Gadget dieron a conocer los artilugios más rocambolescos de los espías y su afición por destruir los mensajes tras leerlos. Ahora son los mensajes de WhatsApp los que se autodestruyen, pero podrían ser los dispositivos con este circuito en papel los que ardan hasta no dejar rastro.
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Con un fin ecologista más que con la intención de servir a las agencias de espionaje de cada país, el Prof. Seokheun Choi y su equipo de la Universidad Estatal de Nueva York en Binghamton han creado la primera placa de circuito de papel para usar y destruir sin contribuir a generar más basura electrónica en el mundo.
Los equipos electrónicos pueblan la Tierra, usándose para el día a día, para monitorizar la naturaleza o en medicina. El uso de circuitos flexibles permite integrarlos en la piel de un paciente, hasta en cada brick de leche del supermercado, de ahí la necesidad de reciclarlos o destruirlos sin residuos.
Papel y tinta
Los circuitos electrónicos que se pueden encontrar en multitud de pequeños dispositivos son placas de fibras de vidrio, resina y con muchos componentes metálicos. Una combinación de materiales difíciles de reciclar o destruir. En contraposición el equipo de Binghamton ha creado una placa como si de un libro se tratara, imprimiendo tinta en una hoja.
Para conseguirlo, primero usaron cera con la que impregnar la hoja dibujando unos canales con el patrón del circuito diseñado. Al meter el papel en un horno, la cera se derrite allí donde se había aplicado, facilitando el dibujo y precisión del circuito. Una vez empapada la hoja en esa capa de cera, se imprimió sobre ella las tintas conductoras y semiconductoras.
Explica el equipo en la revista ACS Applied Materials & Interfaces. Las tintas se integraron con el papel en ese dibujo inicial que no se había cubierto de cera. En último lugar, el equipo serigrafió componentes metálicos conductores adicionales y arrojó un electrolito a base de gel sobre la lámina.
Flexible e inflamable
Con resistencias, condensadores y un transistor, el prototipo obtenido es muy flexible y delgado, como la hoja de papel que se puede encontrar en los libros. Otro objetivo en este proyecto era poner a prueba su degradación, el circuito se redujo a cenizas tras prenderle fuego. Este logro supone, según los investigadores, un paso hacia la producción de dispositivos electrónicos completamente desechables.
Hasta ahora, las opciones conocidas implicaban usar un tipo de papel especial y unirlo a componentes mecánicos. Utilizar placas de papel más fáciles de desechar, siendo también flexibles y más baratas de fabricar puede ser una oportunidad para muchas aplicaciones que se están investigando.