El precio de la vivienda es un debate al rojo vivo en España en estos momentos, pero también un problema en el resto del mundo, donde el crecimiento de la población y las catástrofes naturales requieren de construcciones baratas y rápidas. Para este problema se presentan soluciones como las casas impresas en 3D, edificios modulares, el uso de robots o la última idea: casas inflables de hormigón.
La ONU estima que para 2030 se necesitan construir 96.000 casas asequibles cada día para los 3.000 millones de personas sin acceso a una vivienda digna que pueblan la Tierra. Poder construir en pocos días la estructura de cientos de hogares aceleraría el proceso y reduciría los costes.
La empresa Automatic Construction está demostrando que su nueva forma de construcción con hormigón puede reducir a la mitad el tiempo de construcción. Su propuesta se ha bautizado como Encofrado de Fábrica Flexible e Inflable (IFFF en sus siglas en inglés) que consiste en dar forma de una casa al hormigón blando gracias a un molde inflable.
La idea se ha fraguado en año y medio en el que esta startup con sede en Nueva York ha estado desarrollando su técnica para levantar en minutos el molde de aire y la estructura de hormigón, algo que suele requerir meses de trabajo. La compañía estima que una casa se puede erigir en menos de una hora y su coste es de alrededor de una quinta parte del precio habitual si se utilizan los métodos más tradicionales de construcción con hormigón.
¿Cómo funciona?
Al ser un sistema inflable en vez de una construcción pesada de paneles y sujeciones, el encofrado se monta en pocos minutos. En lugar de madera o metal, se compone de telas plásticas flexibles o PVC con refuerzos y estructuras internas impresas en 3D. Se inflan dos estructuras: la interna o de apuntalamiento, que soporta el peso del techo, y la externa que recibe el hormigón.
Todo se coloca sobre una base firme, que también puede ser de hormigón, y se procede a inflar el encofrado. Una vez está el molde inflado creando la forma de una estructura con paredes y techo, el cemento mezclado se bombea desde un camión al interior de esa segunda estructura. Durante ese proceso, el aire se va extrayendo por un lado, mientras por el otro se rellena con la mezcla.
Si se está preguntando cómo una estructura inflable puede sostener toda una pared de hormigón hasta que se solidifica, deje de imaginarse un castillo hinchable para niños. Las paredes del encofrado son de 10 cm de espesor y están rellenas de decenas de miles de hilos de poliéster, similares a las que se usan para fabricar tablas de remo o kayaks. Por ahora, la compañía está usando PVC virgen, pero es posible cambiarlo por uno reciclado, según explican en una entrevista para Fast Company.
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Enfocada en las últimas técnicas de construcción sostenible, la empresa utiliza materiales respetuosos con el medioambiente. Por ejemplo, el hormigón que utilizan puede almacenar carbono y ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a su alrededor. "Usamos hormigón premezclado local, aircrete, cemento sostenible y otros materiales de construcción bombeables", explica la compañía.
La casa tarda unos 15 minutos en inflarse y un poco más de una hora en llenarse por completo de hormigón, pero la mezcla necesita un par de días para solidificarse correctamente y convertirse en una estructura segura y resistente. Después, el sistema de apuntalamiento se puede desinflar y retirar para volver a utilizarlo en otras construcciones. Sin embargo, la parte externa del encofrado se mantiene en la estructura tras la colocación del hormigón, ejerciendo la función de aislante, "proporcionando impermeabilización integrada y una barrera hermética para un rendimiento de calefacción/refrigeración sin igual", dice la startup.
Primeros prototipos
El resultado final aún no es visible, se requiere también instalar los revestimientos y materiales de aislamiento para conseguir un aspecto más tradicional. Las paredes interiores se colocan con paneles de yeso y los refuerzos para el hormigón se pueden instalar in situ o llevarlos preinstalarlos de fábrica.
Así, la construcción del edificio se realizaría en las instalaciones de la empresa, después se traslada al lugar en el que se quiere colocar el edificio y la instalación se realiza allí en unas pocas horas de trabajo, sin dejar residuos o alterar en exceso el entorno. El resultado es un esqueleto en bruto, que después debe cubrirse con el resto de elementos de una casa, pero ahorrando gran parte de la preparación inicial.
Esta nueva técnica de construcción está pendiente de patente. Por el momento, la compañía ha construido varios prototipos con una estructura de 30 y 60 metros cuadrados, y ahora trabajan en dos ADU (unidad de vivienda accesoria) y una casa de un piso de 198 metros cuadrados en Nueva York.
Reduciendo costes
Entre las ventajas que menciona la empresa acerca de esta nueva forma de construcción es que, además de ser un sistema más rápido, se reduce la mano de obra necesaria y el desperdicio de materiales como la madera, que se suele emplear para formar el molde.
La vivienda neoyorquina que se proponen inflar costaría entre 10 y 30 dólares el metro cuadrado. Un precio que solo engloba la estructura básica, pero que sería un 80% más económico que el sistema tradicional, según los cálculos de FastCompany en torno al mercado de la construcción en Estados Unidos.
La empresa propone su uso tanto para construir viviendas como túneles, piscinas y otras infraestructuras. Gracias a esa reducción de costes y de tiempo y a su facilidad de uso, esta técnica tendría diversas aplicaciones. Este sistema será especialmente eficaz en aquellas zonas donde se requiera construir viviendas rápidamente para dar cobijo a víctimas de catástrofes naturales que se han quedado sin hogar.
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Otra opción es el uso de esta técnica fuera de la Tierra, por ejemplo en la Luna o en Marte. Ahora que las agencias espaciales de diversos países están trabajando para llevar a astronautas hasta allí y que vivan en su superficie, se están buscando nuevas técnicas de construcción rápidas y con materiales fáciles de transportar o de fabricar. La impresión 3D es una de las opciones más viables de las que hay sobre la mesa, pero el Encofrado de Fábrica Flexible e Inflable (IFFF) podría ganarle la partida.