La movilidad en las ciudades vive una auténtica revolución y en ello contribuirán decisivamente en los próximos años los aerotaxis, aeronaves autónomas para transportar de un punto a otro de la ciudad a uno o varios pasajeros.
Lo que hasta hace poco parecía un escenario de ciencia ficción es una realidad cada vez más cercana, y es algo que EL ESPAÑOL-Omicrono ha podido comprobar hoy en primera persona en el Centro de Vuelos Experimentales Atlas situado en Villacarrillo (Jaén). Bajo un cielo nublado y entre un mar de olivos, Concept Integrity, el primer aerotaxi 100% español, ha realizado su primer vuelo en España.
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La sensación es la de encontrarse ante un momento histórico: la aeronave, diseñada por Umiles Next en colaboración con Tecnalia para un único pasajero, despegaba verticalmente controlada de forma remota.
El 'viaje', acompañado por el ruido de las hélices, apenas ha durado unos minutos, con el dron a una altura de 10 metros y a unos 15 km/h, pero es una demostración de que la tecnología ya está bastante madura y podría verse circulando por los cielos de cualquier ciudad española a partir de 2028. Se trata del segundo vuelo del aerotaxi, que ya ha estado haciendo pruebas en Tolouse y a principios de noviembre volará cerca de Lugo en su tercer test.
Lo más novedoso de Concept Integrity y lo que lo diferencia de los otros 713 conceptos de aerotaxi presentados en los últimos años (con sólo 10 de ellos haciendo pruebas de vuelo real), es su configuración como 'dron de drones'. Este concepto patentado con el nombre de FlyFree "sitúa, donde habitualmente hay cuatro hélices, un dron completo, que une cuatro brazos distintos a través de una esfera que les permite moverse libremente", explica Joseba Lasa, responsable de Urban Air Mobility Lab en Tecnalia.
Ventajas competitivas
Gracias a FlyFree, Concept Integrity logra tres ventajas competitivas clave. La primera y más importante es una gran estabilidad en vuelo, "porque podemos controlar las fuerzas en todas las direcciones. Cuando sube podemos mover los multicópteros y bloquear el movimiento frente a cualquier ráfaga de viento, también las laterales, sin que la cabina sufra ninguna desestabilización", explica Lasa.
Óscar Lara, COO de Umiles Next, insiste en lo que supone esa esfera o rótula que, de manera pasiva, "consigue cambiar la orientación de la propulsión sin mover la aeronave. Esto hace que la persona que va dentro se sienta mucho más cómoda". Y es que estas aeronaves no sólo tienen que ser seguras, sino también parecer seguras para sus futuros pasajeros.
Este sistema patentado también permite que las certificaciones sean mucho más sencillas, porque proporciona una seguridad redundante: "si falla cualquier rotor tenemos otros 15 que pueden corregir ese defecto. Esto no lo tiene ninguno de nuestros competidores y nuestro vuelo es mucho más estable", señala este ingeniero aeroespacial que ha trabajado en desarrollos para la NASA y la ESA.
La segunda ventaja competitiva es la precisión en el aterrizaje y el despegue, los momentos más delicados para cualquier aeronave, "porque al moverse cada uno de ellos de forma independiente lo que conseguimos es aterrizar en el punto exacto que queremos y eso para la integración en un entorno urbano es muy importante", prosigue Lasa.
Por último, la tercera ventaja competitiva es la eficiencia energética que proporciona los motores eléctricos, así como la velocidad punta. "Los multicópteros son los que giran y la aerodinámica se mantiene constante, con lo que conseguimos que la velocidad y la eficiencia sean mucho mayores con respecto a cualquier aerotaxi basado en una arquitectura de multicóptero convencional". En las pruebas que han realizado con simuladores la velocidad aproximada a la que puede llegar el aerotaxi español es de 100 km/h con un viento de 46 km/h, pero en la práctica los responsables de Tecnalia confían en lograr una velocidad máxima en 120 km/h.
Todo el prototipo está diseñado para seguir la regla 15:15, es decir, que permitirá llevar a su único pasajero de forma autónoma a 15 kilómetros de distancia o al lugar deseado en 15 minutos. Puede parecer poco, pero esa distancia cubre el 85% de los centros urbanos de las ciudades del mundo y permite hacer en línea recta la mayoría de trayectos en cualquier centro urbano en 7 minutos.
Evitar colisiones
Durante toda la semana, en este aeródromo de Jaén especializado en el vuelo de drones, los técnicos de Umiles Next y Tecnalia han estado probando cómo podría detectar Concept Integrity la presencia de otras aeronaves o drones. "Es la collision avoidance, es decir, la detección de otros vehículos y cómo evitarlos", explica Lara, algo similar a lo que utilizan ya los coches autónomos que están en el mercado. "Una cámara proporcionada por Honeywell detecta la trayectoria de otros vehículos aéreos y envía una señal al controlador para avisarle de que existe posibilidad de colisión y hay que ejecutar una maniobra. Esto ayudará a poder introducir estas aeronaves en el tráfico aéreo convencional".
Concept Integrity impresiona a corta distancia, por su tamaño, sus formas curvas y aerodinámicas y los cuatro grandes brazos, cada uno de ellos con cuatro motores, hasta llegar a un total de 16 motores. Sus dimensiones son de 5,2 metros de longitud, 6,5 de ancho y 2,7 de alto, lo que implica un peso de 600 kilos sin tripulante. Dispone de una cámara inferior, para ayudar en el despegue y aterrizaje e incorpora GPS militar para un posicionamiento con una precisión de 1 cm.
La experiencia real, cuando esté disponible la cabina definitiva, implica entrar de pie por la puerta trasera, que se despliega hacia arriba, y sentarse en el asiento, que luego girará 180 grados para ponerse mirando hacia adelante. El usuario tendrá a su disposición un habitáculo muy amplio, e irá acompañado por una voz que irá ofreciendo distinta información y se encargará de tranquilizar al viajero si es necesario. "Nuestra idea es cambiar una experiencia que puede implicar cierto nerviosismo por una de relajación. Por eso la aeronave está diseñada para que el pasajero ni siquiera vea las hélices, sólo el cielo y la ciudad a sus pies".
El vuelo de demostración en Jaén se realizó por control remoto, pero Concept Integrity ya dispone de la tecnología para realizar el aterrizaje y el despegue de forma autónoma, además del control en altura. Ahora mismo disponen de un prototipo a una escala menor en el que ya están probando que las trayectorias también sean autónomas. En paralelo, Umiles Next está desarrollando otros prototipos, como Integrity 3, que contará con piloto y espacio para dos pasajeros.
Retos pendientes
El principal desafío tecnológico al que se enfrentan los aerotaxis en los próximos años tiene que ver principalmente con las baterías, que según se vayan desarrollando ofrecerán mayor autonomía. El otro gran reto es el de la regulación, en la que, en principio, existirán distintas alturas en el espacio aéreo para que operen los diferentes tipos de aeronaves y drones sin interrumpir la aviación comercial. En principio, está previsto que los drones de pasajeros como Concept Integrity vuelen a entre 100 y 300 metros de la superficie.
"La normativa a día de hoy está en fase de borrador", admite Iñaki Iglesias, responsable técnico de Tecnalia de U-Space, el corredor aéreo seguro que se está desarrollando a nivel europeo. "Lo que están haciendo ahora es asimilar normativa de aeronaves similares como los helicópteros e intentar ajustarla a este tipo de aerotaxis. Pero todavía hay que hacer muchos ajustes, porque habrá distintas regulaciones en cada país. El principal escollo es que estas aeronaves son muy diferentes a nivel tecnológico que lo que conocíamos hasta ahora y hay que tener en cuenta todo el rango de posibilidades que ofrecen".
El otro desarrollo necesario es urbanísitco y de infraestructuras, ya que para integrar los servicios de estos aerotaxis en las ciudades deberán instalarse vertipuertos, los lugares en los que empresas como Umiles Next ofrecerán sus servicios de movilidad aérea.
Por último, los responsables del proyecto están pensando ya en cuánto sería el coste de un viaje de estas carecterísticas. "Es una de las cosas que nos quita el sueño", dice Carlos Poveda, CEO de Umiles. "No sabemos todavía cuánto van a ser las tasas que van a cargar los operadores del espacio aéreo o los operadores de los vertipuertos. Nuestra idea es equipararlo a lo que cuesta un Uber o un taxi, quizá un poco más caro. La diferencia es que un desplazamiento en el que ahora se invierten 45 minutos lo podremos hacer en 10 o 15 minutos". Será el principio del fin de los atascos y ese futuro que veíamos como lejano, el de los coches voladores, está un paso más cerca de convertirse en realidad.
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