Cada día, miles de conductores en España se enfrentan a la tortura de los atascos, sin mayores herramientas a su alcance que la paciencia y las indicaciones de Google Maps o Waze para evitar los peores embotellamientos. Según un ránking elaborado por TomTom, los conductores de Barcelona pierden 59 horas al año en estas interminables aglomeraciones, lo que la convierte en la ciudad con más problemas de tráfico de todo el territorio nacional. Pero, ¿y si antes de quedar atrapado en una congestión tu automóvil pudiera desplegar unas alas para levantar el vuelo?
Eso es lo que varias empresas llevan más de una década buscando y hoy está un poco más cerca de convertirse en realidad gracias al fabricante chino XPeng, especializado en la movilidad eléctrica. Después de realizar en Dubái la primera exhibición pública del X2, su eVTOL (vehículo eléctrico de despegue vertical, por sus siglas en inglés) para dos pasajeros, esta misma semana ha mostrado su evolución: el primer prototipo del X3, que funciona como un coche convencional en carretera pero puede desplegar un octacóptero instalado en el techo para alzarse en el aire.
El vuelo de prueba del X3 ha sido todo un éxito, aunque todavía está lejos de parecerse al modelo de deportivo eléctrico de lujo que presentaron hace casi un año. Gracias a los renders parecía un verdadero vehículo del futuro, pero el diseño primigenio implicaba también ciertos riesgos, ya que utilizaba únicamente dos rotores eléctricos con palas de gran diámetro.
Unos brazos articulados, plegados bajo la parte trasera de la carrocería en el modo 'conducción por carretera', serían los encargados de sostener el vehículo entero, algo que los ingenieros de XPeng han tenido que modificar para dotar a su vehículo de mucha más estabilidad y seguridad. Sí, es menos atractivo a primera vista, ya que parece un coche de rally enganchado a un dron de transporte de mercancías, pero todavía queda mucho margen para mejorar el diseño, toda vez que se ha demostrado su capacidad para volar. Las intenciones de XPeng es que esté a la venta en 2024.
Ocho rotores y dos toneladas
La decisión de modificar el diseño inicial tiene todo el sentido del mundo. Y es que depender únicamente de dos motores, por muy potentes que fueran, suponía un riesgo que una aeronave de estas características no se puede permitir. Al ser un octacóptero, si falla alguno de los ocho rotores los demás pueden seguir sosteniendo el vehículo gracias a la redundancia.
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De hecho, durante estos experimentos iniciales con el X3 los técnicos de XPeng probaron a apagar de forma remota uno de los rotores, para comprobar si con los otros 7 eran capaces de controlar la aeronave y consiguieron su objetivo sin mayores inconvenientes.
A lo largo del vídeo se ve cómo este coche de 1936 kilogramos alcanza una altura de 10 metros y realiza un hover (matiene la posición), además de avanzar unos metros hacia adelante. En el modo conducción, señalan desde XPeng, "es comparable a cualquier coche convencional en cuanto a funcionalidad y medidas", sin más especificaciones.
La novedad llega en el modo de vuelo. A diferencia de lo que sucedió en la prueba, donde fue dirigido por control remoto, la idea de los ingenieros es que el prototipo final del X3 "se pilote utilizando el volante y la palanca de cambios de la derecha como controles para avanzar y retroceder, hacer giros, ascender, planear y descender".
En cuanto a la regulación, el principal desafío pendiente para que empiecen a comercializarse este tipo de vehículos, el coche volador de XPeng "estará sujeto a las leyes y normativas del espacio aéreo de baja altitud. Puede despegar y aterrizar verticalmente, y volar por encima de atascos, obstáculos y ríos para satisfacer una nueva serie de necesidades de movilidad a corta distancia".
En ese sentido, el de los límites en el espacio aéreo, las compañías chinas cuentan con ventaja frente a las europeas y norteamericanas, ya que los requerimientos y la normativa son mucho más laxos, tanto a nivel de la licencia necesaria para pilotar como en la facilidad para realizar este tipo de pruebas en zonas restringidas de su territorio.
Aún queda por ver cómo solucionarán los ingenieros de XPeng el problema de la autonomía, ya que un eVTOL de estas características necesitará gran cantidad de energía para mantener sus cerca de 2 toneladas en el aire, sin contar con lo que pese el sistema de plegado del octacóptero, todavía por desarrollar. Los aerotaxis, mucho más ligeros (el de Umiles Next pesa 600 kilos, por ejemplo), ya se están encontrando con este problema y lo habitual es que no puedan volar más de 15 o 20 minutos.
Otros coches voladores
Pese a todo, parece que la apuesta del fabricante chino va muy en serio y a ello ayuda decisivamente la inyección de 500 millones de dólares que recibió la compañía el año pasado de varios fondos de inversión. Eso marca una diferencia fundamental con la mayoría de sus competidores, que han presentado sus propios prototipos de coche volador en los últimos años pero no cuentan con un respaldo económico tan holgado.
Sus rivales suelen ser startups sin un colchón financiero tan mullido, que pese a la capacidad demostrada para volar de sus vehiculos, no han podido llegar a comercializarlos, al menos de momento. El más avanzado en todos los aspectos parece ser el AirCar, que se convierte en avión en 3 minutos y hace Madrid-Barcelona en 2 horas.
La última prueba pública de este coche volador de Klein Vision fue un viaje de 35 minutos que tuvo lugar en noviembre de 2021 entre los aeropuertos de Bratislava y Nitra (Eslovaquia). El AirCar Prototype 1 cuenta con un motor de 160 CV de BMW y una velocidad máxima de crucero de 190 kilómetros por hora. Su característica más espectacular es la velocidad a la que pliega y despliega las alas y alerones: la rapidez de la transición de avión a coche y viceversa. El siguiente desarrollo tendrá un motor mucho más potente de 300 caballos y recibirá la certificación de aeronave por parte de la EASA con un permiso especial para poder circular por carreteras.
Otros modelos de coche volador, como el Pal-V Liberty, hace tiempo que dejaron de ser prototipos y ya son productos finalizados, pero siguen sin tener permisos para alzar el vuelo. Es sólo cuestión de tiempo que los veamos surcando los cielos.
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