Desde que estallase la pandemia de la COVID-19 en España y en todo el mundo, una de las conspiraciones más absurdas e importantes que nacieron de dicha situación fue la creencia de que el 5G era peligroso para el ser humano. Se ha demostrado por activa y por pasiva a nivel científico que estas conexiones no tienen peligro alguno para las personas, y por eso algunos investigadores ya están pensando cómo podríamos ayudar a mejorar la próxima red de comunicaciones, el 6G.
Si bien es cierto que aún nos encontramos en la fase de adopción y despliegue del 5G, los expertos ya ven un futuro en el que el 6G esté disponible en nuestro día a día. Científicos de la Universidad Amherst, Massachusetts, han lanzado una curiosa propuesta por la cual los humanos podrían servir como 'antenas móviles' para ayudar a la eficiencia de dicha conexión.
Los científicos hablan de utilizar bobinas de alambre de cobre en forma de brazalete para conseguir aumentar la eficiencia de la conexión 6G. Un método que, además, sería bastante barato de confeccionar y fácil de aprovechar.
Nosotros transmitiríamos el 6G
Actualmente, la tecnología móvil del 5G se constituye como redes de celdas con áreas de servicio divididas en regiones geográficas conocidas como celdas. Los dispositivos 5G en una celda se conectan a Internet y a la red telefónica mediante una antena de la celda por ondas de radio, codificando y transportando la información pertinente. De hecho, es capaz de usar hasta 10 veces más información que el 4G, gracias al mayor soporte de ancho de banda y el uso de frecuencias más altas de ondas de radio.
Según lo hablado hasta ahora del 6G, esta nueva conexión podría incluir anchos de banda todavía mayores y transmitir más información usando VLC, también conocido por 'comunicación con luz visible' o Visible Light Communication. Este usa la luz de entre 400 y 800 THz (o lo que es lo mismo, 780-375 nm) para transmitir datos, usando lámparas fluorescentes o LEDs para transmitir señales. En el caso de los LEDs, se pueden alcanzar velocidades de hasta 500 megabits por segundo.
Solo hay un problema. Y es que VLC es bastante poco eficiente. Este método implica muchas 'fugas' en forma de ondas de radiofrecuencia, por lo que se pierde una cantidad bastante notoria de energía en el proceso. Eso no quita que el potencial sea alto, ya que usando la luz de los LEDs, aprovechamos su capacidad para apagarse y encenderse hasta un millón de veces por segundo.
Así lo expone Jie Xong, profesor de informática y ciencias informáticas en la Universidad Amherst y responsable en la propuesta. "Cualquier cosa con una cámara, como nuestros teléfonos inteligentes, tablets u ordenadores portátiles podría ser el receptor", explica el experto.
[Samsung prevé que el 6G llegará en 2028: así superará al 5G]
En el estudio, se analizaron formas en las que se podían aprovechar esas señales de radiofrecuencia para usarlas en otras tareas. Se experimentó con montones de diseños, llegando finalmente a una bobina de cobre que podía acoplarse a diversos objetos. Una bobina que se puede aplicar en forma de brazalete para la parte superior del antebrazo de una persona.
Fabricarla sería tremendamente barato, y los investigadores afirman que se podría captar suficiente energía como para soportar hasta sensores de todo tipo. Tanto es así, que se podría aprovechar para aplicar sensores de monitoreo corporal, como ya hemos visto usados en montones de patentes de dispositivos dedicados a la salud por parte de Apple.
De nuevo, hemos de aclarar: la ciencia ha refutado en más de una ocasión todos los fundamentos de las teorías conspirativas alrededor del 5G, por lo que está demostrado que estas ondas no tendrían impacto alguno sobre el ser humano. Desgraciadamente, no serían pocos los que se opondrían frontalmente al hecho de colocarse este tipo de brazaletes para ser usados como antenas.