La tecnología que se diseña, tanto en España como en el resto de países, tiene siempre un dilema a resolver: hacer con ella un mundo mejor —o peor, claro—. Esto es especialmente cierto en las innovaciones aplicadas al ámbito de la salud. Así, mientras se editan genéticamente unos embriones, también hay investigadores que desarrollan herramientas para detectar el cáncer en tan sólo tres segundos. Una de cal, y otra de arena.
En esta ocasión, otro grupo de investigadores ha presentado sus nuevos avances en las conocidas como tiritas inteligentes: parches que se colocan en la piel y sirven para detectar cánceres, infartos o hemorragias.
Aunque no suelen encontrarse más allá de los laboratorios debido a su elevado coste. Es por este motivo por lo que uno de los autores de este trabajo y profesor asociado de la Universidad Estatal de Washington (Estados Unidos), Jong-Hoon Kimm, tenía en mente un diseño "que fuera adecuado para la producción en masa".
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El estudio, publicado en la revista Applied Materials & Interfaces, ha estado dirigido por investigadores de la Universidad Estatal de Washington (WSU), aunque también han participado en él investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia y de la Universidad Nacional Pukyong (Corea del Sur). Y si algo se puede sacar en claro de esta colaboración científica es que es muy posible que en un futuro se fabriquen este tipo de tiritas inteligentes a bajo coste y a una escala tan grande como la de los dispositivos electrónicos.
Cómo funciona
Antes de dar con el resultado final, los investigadores de la Facultad de Ingeniería e Informática debían elegir cuál sería el método de fabricación. Y por extraño que parezca, lo cierto es que el diseño de estas tiritas inteligentes es más sencillo de lo que se puede llegar a pensar.
De hecho, es probable encontrarlo en una tienda en la que anuncien algo así como "estampados de camisetas personalizados". Así es, la técnica de elaboración para fabricar estos dispositivos es la misma que la utilizada en la serigrafía.
Hasta este punto, los investigadores de las distintas universidades no habían descubierto nada nuevo, pues otros trabajos acerca de este tipo de innovaciones ya habían utilizado esta técnica de impresión. Y es que con la serigrafía se pueden 'imprimir' múltiples electrodos a partir de una sola impresión.
Sin embargo, en esta ocasión utilizaron la serigrafía durante todo el proceso, a diferencia de anteriores proyectos en los que se limitaba a algunas pasos del mismo. De esta forma, consiguen abaratar costes, sobre todo si se tiene en cuenta que las conocidas como salas blancas, diseñadas especialmente para obtener bajos niveles de contaminación, requieren procesos costosos.
Entonces sí, los investigadores de las universidades internacionales se decidieron a imprimir los electrodos en un portaobjetos de vidrio pretratado. Los propios electrodos fueron diseñados tras un proceso de varios pasos para estratificar las tintas poliméricas y metálicas, creado así una estructura en forma de serpiente.
A simple vista, puede parecer que el resultado será frágil a la hora de utilizarlo. Sin embargo, los autores aseguran que los electrodos pueden estirarse en un 30% y doblarse hasta 180 grados, lo que los hace flexibles e idóneos para adaptarse al cuerpo.
Qué aplicaciones tiene
Una vez impresos los electrodos, los investigadores los colocaron en un tejido adhesivo. Así, los voluntarios que participaron en el estudio ya podían poner a prueba este parche electrónico.
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Los resultados del estudio mostraron que estos electrodos inalámbricos habían registrado con precisión tanto la frecuencia cardíaca como la respiratoria. Y es que el principal objetivo con el que se diseñó este parche fue para sustituir a los monitores de eventos cardíacos. Estos no sólo se caracterizan por no ser portátiles, sino que también presentan un tamaño considerable.
En cambio, los investigadores de la WSU habían podido diseñar un dispositivo que se conecta al tórax para monitorear en tiempo real el estado del corazón. Tanto es así, que los datos se pueden controlar en cualquier dispositivo Android que tenga Bluetooth.
La información registrada también se puede exportar a los servicios médicos, para que tengan un control inmediato del paciente. El algoritmo que se ha desarrollado en este estudio es capaz de medir la variabilidad de la frecuencia cardíaca, con la que se puede detectar a tiempo una arritmia, que en algunos casos puede ser fatal.
Pese a que este estudio se centró en cuestiones tan importantes como medir la actividad del corazón, este proceso de serigrafía también permite crear electrodos con una gran variedad de aplicaciones. Sin salirse de la función sanitaria que cumple, el parche electrónico también se puede utilizar como si se tratara de una pulsera inteligente, con la que comprobar los niveles de actividad física diarios.
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De hecho, el laboratorio que dirige Jong-Hoon Kim no sólo se encuentra trabajando en la ampliación de esta tecnología para imprimir electrodos con otros usos, sino que también plantean la posibilidad de lanzar en un futuro una placa de circuito impreso al completo.
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