El avión solar de Albacete ya es autónomo. En un ensayo llevado a cabo en la base aérea de Los Llanos, la aeronave ha conseguido completar un vuelo sin la intervención humana, desde el despegue al aterrizaje. Los ingenieros de Skydweller han aprovechado también para poner a prueba su nuevo sistema de control fly-by-wire que emplea señales eléctricas para manejar las superficies de vuelo.
En esta ocasión, y cumpliendo con los criterios de seguridad exigidos por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), el piloto de pruebas de Skydweller estuvo a bordo del avión solar para supervisar todo el proceso. De este modo, según comentan desde la compañía, se validó tanto la transformación del control de vuelo mecánico al eléctrico como la integración de la capacidad de vuelo autónomo.
La prueba pone también punto final a todo el proceso de conversión de aeronave pilotada a distancia a un sistema fly-by-wire redundante sin intervención del piloto, desde el despegue hasta el aterrizaje, y de manera totalmente autónoma. "Nuestro enfoque y velocidad de ejecución se basa en la experiencia colectiva de nuestro equipo en el diseño y desarrollo de plataformas autónomas", ha declarado Robert Miller, CEO de Skydweller.
"Estos importantes logros técnicos nos impulsan hacia nuestro objetivo final del vuelo perpetuo", continuó. Asimismo, Miller indica que "dado el historial probado de la aeroestructura y su exitosa transformación de una aeronave pilotada a una plataforma autónoma, Skydweller está preparada para demostrar su utilidad operacional aérea".
Desde la compañía también destacan los niveles de redundancia aplicados al sistema autónomo de manejo del vehículo con el fin de proporcionar de una utilidad sin precedentes. Con especial enfoque en la capacidad de carga útil y la energía disponible a bordo. Esta combinación será la que permita a los clientes realizar misiones de varios meses tanto en aplicaciones comerciales como gubernamentales de todo tipo.
En cuanto a los próximos pasos, Skydweller tiene la vista puesta en la maduración de la tecnología adicional para llevar a cabo demostraciones de vuelos con carga útil que llevarán a la compañía hacia su próximo hito: el vuelo completamente autónomo no tripulado.
El avión solar manchego tendrá una capacidad de carga útil de unos 400 kilogramos y podrán viajar a una velocidad de entre 45 y 80 kilómetros por hora. Tiene una envergadura de 72 metros —8 más que un Boeing 747— y sus 4 motores se alimentan de un total de 17.000 placas solares dispuestas sobre la aeronave.
En cuanto a aplicaciones, la aeronave puede funcionar como una plataforma de espionaje e inteligencia para vigilar zonas sensibles, en las que podría permanecer durante meses. También tiene espacio en aplicaciones civiles, como la instalación de repetidores de comunicaciones en zonas donde no existe tal infraestructura terrestre.