Terremotos como los que están sacudiendo Turquía y Siria siempre desencadenan la duda de si la tecnología actual es capaz de predecir este tipo de catástrofes naturales. En España también existen zonas con elevado riesgo sísmico especialmente localizadas en el sur de la península y en Canarias, aunque a un nivel mucho menor que en otros puntos del globo.
Precisamente, en los países con un número elevado de seísmos y con mayores magnitudes se intentan desarrollar todo tipo de herramientas y elementos predictivos que permitan cierto anticipo en los avisos. Porque, por el momento, la predicción de los terremotos es una especie de sueño al que aspiran los geólogos a largo plazo.
"El estado crítico al que tiene que llegar una falla para que se rompa y genere un terremoto depende de muchos factores", según explicó Juan Miguel Insúa, profesor del departamento de geodinámica de la Universidad Complutense a EL ESPAÑOL - Omicrono. "La acumulación de esfuerzos, la de fluidos, la orientación de la falla respecto a los esfuerzos, las propias características de la falla desde el punto de vista mecánico...".
La inabarcable cantidad de información y variables que participan en la generación de un terremoto se atraganta todavía hoy a la tecnología disponible. De ahí, que algunas compañías como Google se hayan centrado en la creación de sistemas de alerta temprana que avisen del seísmo antes incluso de su llegada. Unos segundos de antelación que pueden ser esenciales.
Alerta temprana
La gran cantidad de terremotos que se producen a diario en todo el mundo llevó a Google a pensar la manera en la que ayudar a mitigar los efectos. Comenzaron entonces a desarrollar un programa dentro del centro de respuesta a crisis de la compañía para emplear los dispositivos Android como sismógrafos.
Ante el gran coste que supone desplegar una infraestructura de sismógrafos pública, "vimos la oportunidad de utilizar Android para proporcionar a las personas información útil y oportuna sobre terremotos", indican desde la compañía californiana. Que lleva incorporando esta función desde agosto de 2020.
Además de toda la información disponible cuando se use el buscador, Google también enviará "una advertencia con unos pocos segundos de antelación" con el fin de que el usuario se ponga a salvo. Se trata de un servicio gratuito incluido en todos los teléfonos con Android como sistema operativo y los servicios de Google instalados. Y la idea es que cada vez la notificación del terremoto llegue antes a los usuarios para proporcionarles más margen.
En los estados de California, Washington y Oregón, Google colabora con la red de ShakeAlert que cuenta con 1.675 sensores sísmicos especialmente desplegados para detectar temblores y proporcionar información sobre la ubicación y la magnitud del seísmo. En caso de producirse un terremoto, ShakeAlert envía un aviso al sistema de alertas de terremotos de Android, que posteriormente envía una notificación a todos los usuarios del sistema operativo.
Fuera de esos 3 estados de EEUU, la compañía tecnológica emplea una estrategia de colaboración colectiva para detectar terremotos. Según indican, todos los dispositivos móviles contienen acelerómetros muy pequeños que pueden sentir vibraciones y velocidad, "señales que indican que podría estar produciéndose un terremoto".
[Así ha alertado Google de un terremoto antes de que ocurriera con una notificación en el móvil]
En el momento de la detección, el propio smartphone envía un reporte al servidor de detección de terremotos de Google junto a la ubicación aproximada en la que se produjo el temblor. "El servidor combina entonces la información de muchos teléfonos para averiguar si se está produciendo un terremoto".
Tal y como recogen desde Google, "este método usa los más de 2.000 millones de teléfonos Android de todo el mundo como minisismógrafos para crear la red de detección de terremotos más grande del mundo". El sistema tan solo envía la alerta de peligro a los usuarios que vayan a notar temblores de 3 y 4 grados en la escala de Marcalli (MMI) durante un terremoto de magnitud 4,5 o superior.
Por otro lado, cuenta con otro modelo de aviso que insta al usuario a tomar medidas urgentes. Este formato solo se envía a usuarios que van a notar temblores de grado 5 o superior en la escala MMI durante un terremoto de magnitud 4,5 grados o superior. Esta alerta reproducirá un sonido fuerte y encenderá la pantalla.
Sistema de prevención
Lo que sí se puede es prevenir, según apuntó el geólogo Insúa. Para ello se llevan a cabo análisis que determinan cuál es el terremoto máximo que puede sufrir una determinada zona. Se estudian la cantidad de fallas y en función de la longitud y el tamaño, así será el terremoto máximo que pueda producirse.
"Si las fallas son más cortas habrá terremotos más pequeños, pero si son más grandes, su potencial, es que puede haber terremotos más grandes", continuó Insúa. "No sabemos cuándo va a ocurrir, pero sí podemos calibrar qué cantidad de energía va a emitir esa rotura como máximo".
A eso es a lo máximo que llega la tecnología y el análisis geodinámicos actuales. Una tarea clave para conocer el cómo y el dónde de la concurrencia de terremotos en España y en el mundo. "Sí podemos decir dónde, sí podemos decir cómo y, lo único que no se puede predecir, es el cuándo", concluyó el experto.
Todos estos datos son esenciales para los ámbitos de la ingeniería y la obra civil. La construcción de edificios —o cualquier otro tipo de infraestructura— está condicionada por la Norma de Construcción Sismorresistente que regula algunos aspectos clave en las zonas más propensas a terremotos en España y que es de obligado cumplimiento en cada obra a realizar. Algo que no ocurre en otros países.
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