España se quema cada verano. Decenas de incendios forestales calcinaron el año pasado cerca 310.000 hectáreas, el 40% del total de la Unión Europea, hasta convertir 2022 en el peor año en lo que va de siglo y el quinto con peores cifras desde que existen registros. Estos datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), obtenidos gracias a las imágenes del satélite Copernicus, pueden volver a repetirse este año, a pesar de las continuas mejoras tecnológicas en la prevención y extinción de incendios, como el robot madrileño que ayudará a los bomberos.
Hay quien ha buscado otras maneras de mantener el fuego a raya. Hablamos de César Sallén, un inventor de Binéfar (Huesca), que lleva trabajando desde hace 18 años en un líquido 100% orgánico y biodegradable capaz de prevenir y extinguir incendios, tanto industriales como forestales, de manera rápida y totalmente inocua. Su creación, Ecofire, "se puede pulverizar sobre personas, animales y bosques sin ningún problema y no deja residuos", explica Sallén en conversación con EL ESPAÑOL - Omicrono. "Los bomberos que lo han visto en acción no dan crédito a lo que ven", asegura.
Para demostrar la insólita eficacia de Ecofire, Sallén ha llevado a cabo distintas demostraciones, a cual más sorprendente. Entre ellos destaca una en la que reparte el producto sobre un papel de cocina y le aplica un soplete a más de 1.000 grados de temperatura, mientras sujeta el papel con la otra mano... sin quemarse. Parece magia, pero no lo es, y Sallén protege la composición de su invento como si fuera la fórmula de la Coca-Cola: "todo son extractos de plantas comestibles. No puedo desvelarlo, pero es como si mezclara soja con zumo de naranja y la pulpa de la pera, por ejemplo. Esto es algo parecido, pero con 25 componentes distintos".
Así funciona Ecofire
Este producto líquido se vende en formatos de varias capacidades para uso forestal, industrial y doméstico y no necesita de grandes cantidades para ser eficaz. "Se pulveriza y, al contacto con el fuego, aumenta su tamaño hasta 50 veces. Cuando Ecofire llega a una temperatura por encima de los 95 grados, crea una capa carboxílica, que no tiene transmisión térmica".
La capa refractaria del líquido se queda adherida a todo tipo de materiales, lo que también permite aislarlos del oxígeno. "Así rompemos dos partes del triángulo del fuego: la temperatura y el aporte de oxígeno", afirma Sallén. Y lo demuestra aplicándolo a los elementos más inflamables, desde un bidón de gasóleo hasta una plancha de poliestireno, un neumático o zonas con paja en un campo seco.
Otra de las ventajas de Ecofire es que no es necesario cambiar ninguno de los sistemas que utilizan hoy en día los cuerpos de bomberos y los equipos de extinción de incendios. "Al ser líquido, simplemente hay que meterlo en el depósito del camión, del avión de descarga o en cualquier otro medio que se utilice para apagar un fuego". Su eficacia es, según las pruebas llevadas a cabo por Sallén, entre 30 y 40 veces superior al agua, y entre 6 y 10 veces más rápido a la hora de extinguir fuegos, dependiendo del tipo de material que se esté quemando.
Sallén explica así la diferencia que marca su producto: "el agua apaga el fuego por sofocación. Echas cantidades ingentes y sí, apagas el incendio, pero quedan las brasas por debajo. A la hora y media no queda nada de agua, porque se ha evaporado o ha sido absorbida por la tierra. Esa es una de las grandes ventajas de Ecofire, que no se evapora. Si te doy un papel o un cartón mojado con Ecofire, estará mojado toda la vida, porque no se seca".
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Así, una vez aplicado el producto, este se mantiene estable hasta que se retira con agua: en casa puede ser directamente agua del grifo y en un bosque, el equivalente a una lluvia de más de 10 litros por metro cuadrado. De esta manera, no hay riesgo de rebrote de los incendios, algo que sucede todos los veranos por distintas causas, lo que los hace más duraderos, peligrosos y difíciles de extinguir.
Ecofire, presume Sallén, "es la mejor solución frente a lo que los bomberos llaman triple 30: más de 30 grados de temperatura, menos del 30% de humedad relativa en el aire y más de 30 km/h de viento". Es la situación en la que estuvieron varias comunidades españolas durante buena parte del verano de 2022 y en la que estará en los próximos veranos, las peores condiciones posibles para combatir contra la propagación de un fuego.
Los usos de Ecofire son múltiples, ya que también sirve para la prevención. Se puede aplicar, por ejemplo, a la ropa de los bomberos, para que puedan atravesar las llamas sin quemarse, o para trazar líneas cortafuegos en el campo. "El producto no se evapora y esas líneas se mantendrán intactas hasta que llueva con profusión. Y cuando eso sucede, el producto se integra en la tierra, sin dejar residuos químicos de ningún tipo".
De hecho, Sellán asegura que el producto se puede beber, como demuestra en una de sus demostraciones. Eso es posible porque Ecofire no contiene sulfatos, fosfatos ni ningún otro elemento nocivo para los seres humanos, los animales o las especies vegetales, a diferencia de otros productos y aditivos que se utilizan habitualmente para combatir los incendios.
El origen de Ecofire
Este producto tan sorprendente no es el primer invento (ni será el último) creado por Sellán. El responsable de Ecofire se define como alguien "muy inquieto" y durante años se dedicó junto a sus hermanos al sector de la seguridad. "Trabajamos mucho para la banca. Los sistemas de doble puerta con detector de metales para acceder a un banco parten de un invento mío. También he trabajado en patentes de robots artificieros para la Policía Nacional y la Guardía Civil, en sistemas de vallados inteligentes como el de la valla de Melilla...". Su inquietud no parece tener fin.
Al fin y al cabo, la seguridad también fue el punto de partida de Ecofire. Y es que el tema de los incendios "es algo que siempre me ha preocupado, por los desastres medioambientales y humanos que causa y porque no puede ser que un bombero se juegue la vida en pleno verano frente a las llamas", sostiene Sallén. Primero pensó en un producto que se pudiera aplicar en una zona cercana al incendio para que los bomberos se sintieran seguros, una manera de marcar una línea en la que el fuego se apague siempre.
Tras lanzar un producto similar que no acabó de funcionar, en 2020 decidió retomar su investigación con una idea muy clara en la cabeza: "quería crear un producto que fuera comestible e inocuo para el medioambiente". Lo sorprendente es que lo ha hecho todo de forma autodidacta, aprendiendo química sobre la marcha. "Fui sacando materias primas vegetales de aquí y de allá, haciendo todo tipo de combinaciones hasta conseguir el producto que quería. Tengo la tranquilidad absoluta de que se puede rociar donde quieras. Si te cae en los ojos no pasa nada. Y si tienes un accidente al conectar la máquina y te salta un chorro a la boca, no tienes que ir al hospital, sólo lavarte con agua".
Ahora, mientras comienza a ver los frutos de su investigación ya en el mercado, está realizando distintos experimentos para comprobar cómo Ecofire puede proteger las baterías eléctricas, altamente inflamables. "Las primeras pruebas han sido espectaculares: donde cae el producto, lo protege la batería de tal manera frente al calor que rompe la conductividad térmica. Eso impide que se produzca la reacción en cadena que se da en las baterías cuando hay fuego, y evita que exploten".
Gracias a sus demostraciones en las que rocía Ecofire en distintas superficies y demuestra su eficacia a la hora de luchar contra el fuego, su invención ha empezado a recibir la atención de todo tipo de empresas e instituciones. Las primeras conversaciones con varias Comunidades Autónomas ya están en marcha, mientras la Diputación de Huesca ya ha realizado un pedido para empezar a probarlo en las labores de prevención de cara a este mismo verano.
De momento, quienes más interés han demostrado son los miembros del Sindicato de Payeses de Cataluña, que desde de mayo hasta septiembre planean llevar una mochila con varios litros de Ecofire y un pulverizador para delimitar sus campos con líneas cortafuegos y evitar así que miles de hectáreas sean pasto de las llamas.
Más allá de los usos industriales y forestales, Ecofire también se puede utilizar de manera casera, en sustitución o como apoyo de un extintor u otros medios anti-incendios. Por eso Sellán lanzó al mercado la línea Ecofire Home, un pulverizador de 1 litro "para que si se te quema cualquier cosa puedas resolverlo en segundos y sin mayores daños, o para que lo lleves en el coche por si acaso... Así puedes solucionar cualquier conato de incendio antes de que sea demasiado tarde".
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