La energía eólica sigue creciendo a pasos agigantados, tanto en España como en el resto del mundo. Y no sólo lo hace con aerogeneradores cada vez más grandes y potentes, en una carrera que no parece tener fin, sino buscando nuevas soluciones tecnológicas que permitan hacer las turbinas más eficientes, como las que tienen aspas verticales, o instalarlas invirtiendo menos tiempo, recursos y dinero.
Precisamente, ese último es el empeño de la empresa navarra Nabrawind desde su fundación, allá por 2015. Desde entonces, han patentado y comercializado distintos sistemas que buscan simplificar la logística y facilitar la instalación de estos molinos de viento encargados de generar energía limpia, que en algunos casos superan los 200 metros de altura, el equivalente a un edificio de 70 pisos.
Tras ocho años de investigación y desarrollo, Nabrawind acaba de presentar Skylift, "el sistema de autoizado de aerogeneradores que estaba casi desde nuestra idea original de empresa, en el primer plan de negocio que preparamos", afirma Eneko Sanz, ingeniero y Director General de la compañía, en conversación con EL ESPAÑOL - Omicrono. Es el resultado de integrar algunas de las tecnologías desarrolladas anteriormente por la propia empresa, para poder instalar la góndola, el rotor y la propia torre tubular de un aerogenerador en apenas una semana, sin utilizar grúas pesadas y en condiciones de viento de hasta 15 m/s (54 km/h).
Como piezas de Lego
"La idea básica es muy sencilla", explica Sanz con ánimo didáctico. "¿Cómo montarías algo en una mesa estando sentado? Levantando con una mano y metiendo por debajo la siguiente pieza con la otra mano, haciendo que encajen. Esto es similar, pero a gran escala".
Aunque es algo que llevaban rumiando desde sus inicios, el momento eureka para los ingenieros de Nabrawind sucedió en pleno desierto de Marruecos, cuando instalaron el aerogenerador más alto de África, con una altura de buje de 144 metros. Para ello utilizaron Nabralift, una primera versión del sistema de autoizado para torres de hasta 250 metros, diseñado en principio para soportar las mismas condiciones de viento que una grúa estándar.
Al segundo día de montaje empezó a soplar un viento con ráfagas de 15 y 20 m/s, que suele implicar la pausa temporal en este tipo de instalaciones hasta que amaine. Sin embargo, Nabralift aguantó perfectamente. Así descubrieron una ventaja competitiva en la que no habían reparado previamente y se propusieron adaptar el sistema a todo tipo de aerogeneradores y torres tubulares convencionales, no sólo a las que están diseñadas para ser izadas por Nabralift.
La mejor manera de entenderlo es ver el vídeo de demostración que ha elaborado la empresa, pero básicamente consiste en tres mástiles de 20 metros de altura, que funcionan como grúas-torre. "En el centro del triángulo que forman es donde montamos todo el aerogenerador. Primero ponemos la góndola sobre el utillaje en el suelo y éste se encarga de levantarla. Una vez la eleva, mete el primer tramo de la torre por debajo. Anclamos al suelo, el utillaje baja a la cota inferior y levanta de nuevo todo el conjunto. Así vamos instalando el aerogenerador de arriba abajo, izando los tramos de la torre hasta la altura que necesitemos", explica Sanz.
Una vez terminada la torre, ésta queda anclada al suelo. Es entonces cuando entra en juego otro de los sistemas diseñados por Nabrawind, diseñado para facilitar el montaje y desmontaje de las palas, que en algunos casos superan los 100 metros de longitud. En líneas generales, esta solución incluida en Skylift "consiste en introducir una serie de polipastos de utillaje -algo parecido a un sistema de poleas- dentro del buje. Así, mediante unos cables, conseguimos levantar las palas sin necesidad de grúa, girando el rotor para irlas instalando una a una". Este método reduce el coste del montaje y sustitución de palas hasta en un 70% en comparación con las operaciones convencionales, según la empresa.
El otro gran avance de la empresa navarra, empeñada en encontrar ingeniosas soluciones para facilitar y abaratar la instalación de aerogeneradores, es Nabrabase. "Una construcción tradicional de una torre tubular de las muy altas puede llevar unas tres semanas, entre la excavación, el curado del hormigón y demás", sostiene Sanz. "En cambio, con nuestra cimentación pilotada Nabrabase lo hacemos en un tercio de ese tiempo. La excavación la hace una simple taladradora y utilizamos un 80% de hormigón menos que con una cimentación convencional. Así conseguimos que vaya todo mucho más rápido".
Macroparques eólicos
Una solución como Skylift no está en principio pensada para países como España, donde los precios de las grúas no son excesivos y no están planeados macroparques eólicos en lugares remotos como los que ya están sobre la mesa en varias zonas deshabitadas de África y Asia. "En el último año, con el tema de la producción de hidrógeno verde, han surgido un nuevo tipo de parques eólicos, que antes no eran tan habituales. Tienen un tamaño descomunal, son multigigavatio, y en ellos se busca una velocidad de viento media muy alta", indica Sanz.
Skylift no sólo hace posible la construcción de parques eólicos en lugares donde la velocidad de viento media sea de hasta 15 m/s, sino que permite un despliegue mucho más rápido. En los lugares donde sopla mucho viento, las grúas sólo pueden trabajar durante un 30% del tiempo, mientras Skylift permite proseguir con la instalación en hasta un 70% de los casos. "Eso supone más que doblar el tiempo disponible para el montaje. Esto, en parques muy grandes, plantea un ahorro de tiempo y costes muy importante. Combinado con Nabrabase es sin duda una fórmula ganadora", se enorgullece el Director General de la empresa navarra.
Otra de las grandes ventajas que implican estos sistemas es que para transportar el sistema de autoizado sólo se necesitan 16 camiones, mientras una grúa de cadenas grande necesita unos 40 camiones. Ahí, tanto a nivel logístico como de emisiones de CO2, se produce otro ahorro significativo. Depende mucho del tamaño del parque, la cantidad de aerogeneradores a instalar y las condiciones del terreno, pero Sanz calcula que si el tiempo de despliegue de una de estas macrogranjas eólicas multigigavatio es de 3 años con la tecnología convencional, podrían reducirlo a sólo un año recurriendo a las soluciones de Nabrawind.
De momento, Skylift ha sido presentado en una feria en Bremen (Alemania) y la compañía ya está cerrando los detalles de un contrato para utilizarlo con un cliente entre este año y 2024. En cualquier caso, la expectación es máxima entre promotores y fabricantes de aerogeneradores, cuyo recibimiento Sanz califica como "muy positivo".
Mientras tanto, desde la empresa navarra siguen trabajando para "que siga bajando el coste de la energía, que ya es ultracompetitivo, haciendo posible instalar aerogeneradores a gran escala. Eso permitirá que este tipo de turbinas sean cada vez más eficientes y produzcan más energía. Nuestro papel es el de facilitar esos avances, eliminando todo tipo de barreras logísticas, de instalación y de costes", concluye Sanz.
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