España está viviendo en primavera un verano adelantado con altas temperaturas y la ausencia de lluvias, lo que provoca una gran preocupación por la sequía. De hecho, el Gobierno celebrará este jueves un Consejo extraordinario para lanzar medidas. Otro inconveniente del calor que azota al país es que resulta muy complicado estar en la calle, por lo que muchos optan por quedarse en casa con el aire acondicionado. Como alternativa para refrescarse, la Comunidad de Madrid abrirá sus piscinas municipales el viernes 13 de mayo, aunque hay comunidades de vecinos que ya tienen las suyas privadas totalmente operativas.
Mantener una piscina en ocasiones no es una tarea sencilla, aunque por salud es fundamental, ya que no es conveniente bañarse en agua sucia. En la actualidad existen diferentes productos de limpieza, accesorios y tecnologías para que el agua esté siempre cristalina, como filtros de arena o robots; pero lo cierto es que a veces no son suficientes. Como alternativa a todos ellos, un ciudadano francés ha inventado un revolucionario sistema que recicla el agua de la piscina para que esté siempre limpia, y que no gasta electricidad y es totalmente ecológico.
En 2018, Patrice Fortin, un exdirectivo de una empresa americana de aire comprimido, vio cómo su piscina en su residencia de Orbesaan, ubicada en la región de Mediodía-Pirineos, departamento de Gers (Francia), quedaba totalmente cubierta por la arena roja del Sáhara durante un episodio meteorológico. En esa ocasión, pensó en una forma eficaz de limpiar su filtro de arena, respetando en todo momento el medioambiente y buscando la forma de ahorrar tanto agua como energía.
Agua siempre limpia
La piscina de Fortin estaba equipada por aquel entonces con un filtro de arena, que se encarga de capturar todo tipo de impurezas que puedan estar presentes en el agua, para que ésta esté siempre limpia. Durante el problema con la arena del Sáhara, y preocupado por ahorrar agua y electricidad, ideó un nuevo sistema para limpiar dicho instrumento. En un primer momento apostó por añadir tres filtros a su dispositivo de filtración, pero el resultado no le dejó muy satisfecho.
Tras un tiempo pensando, finalmente, añadió un depósito específico adicional, un invento que acabó funcionando. "Se trata de un depósito específico que se añade al sistema de filtración y a través del cual se purifica el agua. Gracias a él se puede ahorrar el 100% del agua y se evita el consumo excesivo del motor y el vertido de productos al medioambiente", explicó Patrice Fortin en una entrevista con el diario francés Le Dauphiné.
Cuando se cuenta con un filtro de arena clásico en una piscina y el manómetro -que se utiliza para controlar el nivel de obstrucción del filtro y mantener la eficiencia del sistema- muestra una luz de color rojo quiere decir que llega el momento de limpiarlo. Para ello la palanca del filtro se debe colocar en posición de lavado. Después, el agua de la piscina entra a corriente para eliminar la arena y las impurezas.
En general, durante las fases de lavado y aclarado el agua se desecha junto con los productos de limpieza y el polvo. Lo que implica un importante consumo de agua y energía, además de estar perjudicando al medioambiente. Sin embargo, todo esto se puede evitar con tan sólo utilizar el ingenioso invento de Patrice Fortin, al que ha bautizado con el nombre de 'Stop Eau Gaspi'.
[El vídeo que muestra la piscina donde entrenan los astronautas]
El funcionamiento de este dispositivo es realmente sencillo. Tan sólo hay que añadir este nuevo depósito específico al sistema de filtración y, de este modo, "el agua y los productos de tratamiento que pasan por él se reciclan y se vuelven a introducir en la piscina, eliminando sólo la arena, que permanece en el fondo del tanque", señaló Patrice Fortin.
Costará 250 euros
El creador de 'Stop Eau Gaspi' indicó al mismo medio que explicó el concepto de su invento a Jacques Franck Bristiel, presidente de la Asociación de Inventores, Ingenieros y Creadores de Languedoc-Rosellón, quien aprobó directamente la idea. No sólo eso, sino que hace cuatro años presentó una patente en el INPI (Instituto Nacional de Protección Industrial), la cual fue aprobada el año pasado.
En la actualidad, Fortin está buscando financiación para su sistema, y calcula que necesitaría entre 150.000 y 200.000 euros para lanzar el proyecto. Un invento que estima tendrá un coste de entre 250 y 300 euros, y que promete "un montaje y una utilización sencilla, al alcance de un niño de tres años", a pesar de ser algo nuevo que todavía no existe.
No sólo eso, sino que también aseguró que le gustaría que, a largo plazo, su dipositivo fuera obligatorio a la hora de comprar o hacerse una piscina en casa. Por ahora, su idea ya ha conseguido un reconocimiento, ya que ha ganado un premio en el prestigioso concurso francés Lépine 2023, creado en 1901 por el entonces prefecto de policía Louis Lépine, y que supone la cita anual de los inventores del país galo.
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