Dogen, la distópica ciudad flotante que planea Japón: 40.000 habitantes en una circunferencia de 4 km
El consorcio N-Ark ha presentado sus planes para construir antes de 2030 una urbe flotante con un innovador sistema sanitario y de energía.
17 junio, 2023 03:55Una de las consecuencias más temidas del cambio climático en el que estamos inmersos, más allá del aumento de las temperaturas o la rápida sucesión de fenómenos climáticos extremos, es la subida del nivel del mar. Según los expertos en la materia, a mediados de este siglo habrá aumentado entre 15 y 60 centímetros, un ritmo muy superior al que se conocía hasta la fecha. El hielo derretido de los polos seguirá creando inmensas masas de agua, que amenazan con inundar grandes extensiones costeras, también en España.
Frente a ello, científicos e ingenieros de todo el mundo llevan años trabajando en soluciones y macroproyectos como la Presa de Cerramiento del Norte de Europa (NEED), que implicaría la construcción de diques de cientos de kilómetros para salvaguardar las costas noreuropeas. También hay quienes han apostado por la construcción de ciudades flotantes, como el proyecto Oceanix City de la ONU o la iniciativa de Maldivas en el Pacífico sur, una de las regiones más amenazadas del planeta por el aumento del nivel del mar.
En esa misma línea, la compañía japonesa N-Ark acaba de presentar Dogen City, "una ciudad inteligente que integra el entorno alimentario, la arquitectura, los datos, la energía y los recursos oceánicos, con especial atención a la atención sanitaria", según explican sus responsables en la página web del proyecto. Las cifras de esta urbe autosuficiente que podría estar construida en 2030 llaman poderosamente la atención: una circunferencia de 4 kilómetros con capacidad para albergar hasta 40.000 personas.
Edificios en el mar
La escasez de espacio en un país como Japón, formado por cerca de 7.000 islas, ha llevado a gobiernos, arquitectos y expertos en tecnología a proponer alternativas para las ciudades niponas del futuro. Así surgen iniciativas como el Proyecto eSG de Tokio, una ciudad futurista que quiere ser ejemplo de construcción sostenible, o la propia Dogen City, diseñada con forma circular para resistir el aumento del nivel del mar, condiciones meteorológicas adversas y hasta tsunamis.
Los arquitectos detrás de la propuesta han planteado dividir la ciudad en tres zonas distintas. La parte superior del anillo externo, formado por 24 componentes de 150 metros de largo cada uno, sería la indicada para situar las viviendas de los residentes. La zona inferior del anillo, además de las instalaciones de electricidad y fontanería, contaría con cámaras de aire para permitir la flotabilidad de toda la estructura. Su forma, similar a la de un barco, serviría para proteger la bahía interior del oleaje y de la subida del nivel del mar.
A una distancia entre 30 y 50 metros de profundidad se establecería un centro de datos submarino, refrigerado de forma natural por el mar, ya que la temperatura media anual a esa profundidad es de 15 ºC. Estas instalaciones también serían las encargadas de 'correr' el sistema operativo de gestión urbana, el análisis de datos de atención médica y la investigación biomédica de nuevos fármacos.
Por último, en el interior del anillo encontraríamos edificios de arquitectura flotante, diseñados para que puedan moverse libremente en la bahía interior para permitir una reconfiguración flexible de las funciones urbanas. El plan todavía no es muy detallado, pero puede alojar una gran variedad de edificios, como instalaciones de producción de alimentos, laboratorios de I+D, centros de almacenamiento, oficinas, hospitales, parques, estadios, islas móviles, estaciones de telecomunicaciones y hoteles, entre otros.
En total, el diámetro de la ciudad sería de 1,58 kilómetros, espacio suficiente para albergar a 10.000 residentes, a los que se podrían sumar otros 30.000 visitantes diarios, entre turistas y pacientes de sus instalaciones médicas. Según los cálculos de los diseñadores de Dogen City, eso implicaría un consumo de unos 2 millones de litros de agua y generaría más de 3.000 toneladas de basura al año.
Para satisfacer todas las necesidades de los residentes y visitantes, se producirían cerca de 7.000 toneladas de alimentos en la propia ciudad flotante y sus sistemas de energías renovables, especialmente fotovoltaicos, serían capaces de generar 22.265.000 kW.
Ambiciones de futuro
Todavía quedan muchos detalles por concretar, como el lugar donde se ubicará finalmente la ciudad o el presupuesto definitivo para su construcción, pero desde N-Ark aseguran que puede estar lista en 2030. Además, no se conforman con esta urbe flotante, sino que están intentando poner en marcha un consorcio llamado New Ocean para integrar varias industrias, tecnologías y regulaciones específicas para este tipo de territorios ganados al mar.
No en vano, mencionan los logros de SpaceX en el apartado espacial, y quieren postularse como líderes de una iniciativa que vincule a industria, investigación científica y gobiernos para revolucionar la manera de entender y gestionar el océano. De hecho, esa es otra de las posibilidades que ofrecen: usar sus ciudades flotantes para el lanzamiento y aterrizaje de cohetes y misiones espaciales, algo en lo que ya trabajan compañías como The Spaceport Company.
El otro gran pilar de Dogen City es en el apartado sanitario. Para ello contará con un sistema llamado City OS Dogen, como un sistema operativo para gestionar toda la ciudad, basado en los datos que generen los residentes del anillo habitable. Estos ciudadanos podrán recibir consultas diarias de telemedicina y analizar su estado de salud mediante dispositivos y sensores como anillos y otros wearables, además de muestras de sangre y análisis del genoma para una evaluación precisa y una medicina personalizada.
Las partes más avanzadas de este sistema están volcadas en la atención médica más puntera, con complejas simulaciones para el descubrimiento de nuevos fármacos o la cirugía robótica a distancia, gracias a la potencia, velocidad y fiabilidad del ya mencionado centro de datos submarino.
Lo que esperan desde N-Ark es poder financiar buena parte de los servicios que ofrece Dogen City con un ambicioso programa de turismo médico, que además de la atención clínica pretende educar a la población en materias como "alimentos medicinales y cocina cultivada en ciudades marítimas". Esos alimentos procederán directamente de los complejos agrícolas de la propia Dogen City, en los que los responsables de N-Ark ya tienen cierta experiencia con su propuesta de granjas flotantes Green Ocean.
En estas instalaciones, el nivel superior se utiliza para el cultivo de alto rendimiento de hortalizas mediante tecnología que aprovecha las propiedades del agua de mar. Mientras, el nivel inferior se destina a la investigación orientada a la mejora del suelo y a la acuicultura o cultivo de múltiples variedades de peces y algas.
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