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Tecnología

Fallos estructurales y falta de supervisión: los graves agujeros de seguridad del submarino Titan

El sumergible estadounidense ya tuvo fuertes problemas estructurales a principios de 2020 y una ausencia de supervisión que extraña a los expertos. 

22 junio, 2023 03:44

Las particularidades técnicas y el historial del Titan son dos de los temas más importantes en la investigación de su desaparición el pasado domingo y en el proceso de búsqueda y rescate actualmente activo. Se trata de un vehículo creado específicamente para realizar este tipo de grandes inmersiones turísticas, pero del que tan solo existe una unidad operativa diseñado a la carta por la compañía OceanGate. 

El comienzo de los trabajos de diseño del batiscafo se produjo en el 2013 con la creación de un novedoso casco fabricado a partir de titanio y fibra de carbono. En el proceso participaron instituciones académicas y empresas privadas hasta que finalmente el proyecto cristalizó en 2018, entrando entonces en su etapa comercial en mitad de críticas sobre su fiabilidad.

Éstas vinieron tanto de dentro de la propia empresa como de especialistas externos, que avisaban sobre el enfoque "experimental" de OceanGate y su decisión de renunciar a una evaluación tradicional, según recoge The New York Times. Y que podría conducir a problemas potencialmente "catastróficos" con la misión del Titanic.

Otro de los puntos que arrojan dudas sobre Titan es que no estaba clasificado por ninguna entidad oficial. Algo que un experto consultado por EL ESPAÑOL - Omicrono califica como "muy extraño". Estas instituciones "certifican toda la parte del diseño estructural, las técnicas constructivas... y luego también sirven para garantizar que se haya construido según las normas".  Además, si va a ser tripulado tiene que "cumplir una serie de requisitos extra" para garantizar todavía más la seguridad.

Problemas estructurales

El protagonista de las voces críticas internas fue David Lochridge, cuando todavía desempeñaba el papel de director de operaciones marítimas de OceanGate. Lochridge presentó en 2018 un informe a los máximos responsables de la compañía —incluido Stockon Rush, CEO y piloto del batiscafo en el momento de la desaparición— donde señalaba carencias en el control de calidad del Titan.

Batiscafo Titan

Batiscafo Titan OceanGate

Lochridge fue despedido muy poco después de enviar el reporte y seguidamente recibió una denuncia de su antigua empresa acusándole de compartir secretos comerciales patentados y de fabricar de manera fraudulenta una razón para despedirlo. Tal y como se recoge de la declaración judicial, el exdirector requería a OceanGate en la carta a "abordar adecuadamente los elementos que pueden representar un riesgo para la seguridad del personal".

"La comunicación verbal de los elementos clave que he abordado en mi documento adjunto se ha descartado en varias ocasiones, por lo que siento que ahora debo hacer este informe para que haya un registro oficial". En él se detallan "numerosos problemas que plantean serias preocupaciones de seguridad", como "defectos visibles" en la fibra de carbono suministrada que podrían desencadenar en desgarros más grandes durante el "ciclo de presión", según recoge TechCrunch.

Anunció también que no se había realizado ningún tipo de prueba no destructiva al casco de fibra de carbono para comprobar si había vacíos o deslaminación que pudieran comprometer la resistencia. La compañía se defendía alegando el uso de un sistema de monitorización acústica en tiempo real para conocer "la salud del casco en cada inmersión".

En la última reunión que Lochridge mantuvo con la cúpula de OceanGate, también se le informó que el fabricante de la ventana frontal del Titan —esencial para obtener buena visibilidad— solo la certificaba para sumergirse 1.300 metros debido al diseño experimental del vehículo. Al parecer, la compañía se negó a pagarle al fabricante para que desarrollara una ventana que cumpliera con los 4.000 metros que el batiscafo tenía previsto alcanzar.

Titan

Titan OceanGate

La salida forzada de Lochridge no detuvo los planes de la compañía para probar Titan, llegando incluso a sumergirse a 4.000 metros en las Bahamas, según indicaron desde OceanGate. Pero en enero de 2020 ocurrió lo esperado, en una entrevista a GeekWire, Stockton Rush —CEO de OceanGate— declaró que el casco del sumergible "mostraba signos de fatiga cíclica".

Este tipo de afecciones estructurales se producen debido a los diferentes ciclos de presión y descompresión a los que se había sometido a Titan durante sus inmersiones en mar abierto. Durante ese año y el siguiente se llevaron a cabo trabajos de reparación por parte de dos compañías que trabajan habitualmente en el sector aeroespacial. Y a finales del 2021 se ejecutó el primer viaje para visitar los restos del Titanic.

Por otro lado, Spencer Composites, una de las compañías que había trabajo en el casco de fibra de carbono, ha declarado que el Titan no estaba usando esta tecnología en la inmersión del pasado domingo, añadiendo todavía más misterio a la desaparición. Se desconoce por el momento si se retiró en la última remodelación.

Sin clasificación

Otra línea de advertencias a las que se enfrentó OceanGate en 2018 es la llevada a cabo por un grupo de 38 expertos de la industria de las embarcaciones sumergibles. Todos ellos miembros del comité de Vehículos Submarinos Tripulados de la Sociedad de Tecnología Marina, un grupo industrial creado hace 60 años que promueve, estudia y enseña al público sobre la tecnología naval.

Simulación de una visita del Titan al Titanic

Simulación de una visita del Titan al Titanic OceanGate- Andrea Gatti Omicrono

La carta enviada a Rush señalaba la "preocupación unánime" sobre la forma en la que se había desarrollado Titan y sobre las misiones planificadas a los restos del Titanic. También acusaban a OceanGate de la comercialización de sus servicios por ser "como mínimo, engañosa" al afirmar que el sumergible cumpliría o superaría los estándares de seguridad de una empresa de evaluación de riesgos". Lo que se conoce como clasificación. "Si bien esto puede exigir tiempo y gastos adicionales [...] es un componente crítico en las salvaguardas que protegen a todos los ocupantes del sumergible".

"Una sociedad de clasificación lo que hace es revisar y supervisar que se cumplan una serie de características fundamentales", según ha explicado la fuente experta consultada por este medio. En Estados Unidos, país de base de Titan, "existe una sociedad de clasificación llamada American Bureau of Shipping (ABS) que seguramente tenga que decir mucho de todo esto".

Estas críticas quedaron reflejadas en la carta de los 38 expertos y fueron respondidas mediante una entrada en el blog corporativo de OceanGate. Las agencias de clasificación, como la ABS mencionada antes, "no garantizan que los operadores se adhieran a procedimientos operativos y procesos de toma de decisiones adecuados, dos áreas que son mucho más importantes para mitigar los riesgos en el mar", aseguran desde la compañía. "La inmensa mayoría de los accidentes marítimos (y aéreos) se deben a errores de los operadores, no a fallos mecánicos".

"La clasificación puede ser eficaz para filtrar a los diseñadores y constructores insatisfactorios, pero las normas establecidas hacen poco para eliminar a los operadores de buques deficientes, porque las agencias de clasificación sólo se centran en validar el buque físico", concluyen.

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