Tan sólo China supera a España en kilómetros construidos de vías de alta velocidad. El gigante asiático apuesta por este medio de transporte como método esencial para vertebrar un país tan extenso que cada vez requiere de trenes más rápidos. De hecho, en los últimos años ha conseguido avances importantísimos en el terreno de los trenes de alta velocidad convencionales y de levitación magnética, en este último campo compitiendo contra su vecina Japón.
Una de las grandes promesas sin levitación del sector ferroviario del país acaba de batir un récord entre las estaciones de Fuqing y Qianzhou, en la provincia de Fujian, al este de China. Alcanzando los 453 kilómetros por hora sobre el puente que cruza la bahía de Meizhou —suficiente para cubrir la distancia entre Madrid y Barcelona en hora y media— y sumando 891 km/h de velocidad relativa con un tren que realizaba el mismo trayecto en sentido contrario.
Estas pruebas tienen el objetivo de acelerar el desarrollo de una nueva generación de trenes de alta velocidad que son "más rápidos, más seguros, más ecológicos, energéticamente eficientes e inteligentes", tal y como recoge China Railway, la compañía estatal que opera el transporte de carga y pasajeros. "Los componentes pasaron rigurosas pruebas de rendimiento y mostraron excelentes resultados en una variedad de métricas".
El nuevo tren bala
"Este logro representa un punto de inflexión crítico en la creación del tren de alta velocidad CR450 y sienta las bases para la ejecución del proyecto". Por ejemplo, este modelo de tren podrá reducir a la mitad el tiempo de viaje entre Pekín y Shanghái hasta las 2 horas y media y alcanzando una velocidad de crucero de 400 kilómetros por hora.
El desarrollo del tren CR450 proviene del Plan Quinquenal de China, el que va de 2021 a 2025, en el que se recogen los planes de investigación y desarrollo para el tren bala más rápido, tal y como indica Eurasian Times. Ya a principios de este año 2023, el operador ferroviario China State Railway Group publicó las especificaciones técnicas provisionales para este modelo y los ingenieros comenzaron un periodo de pruebas que ha culminado en el ensayo reciente.
"Basándose en esas especificaciones y requisitos estamos trabajando en el diseño técnico del tren", declaró Zhao Hongwei, investigador principal de la Academia China de Ciencias Ferroviarias, a China Daily. "Se espera que el diseño general y los esquemas de los subsistemas estén finalizados en el próximo año, y el tren se dará a conocer en un futuro próximo".
Zhao ya trabajó en el desarrollo del primer tren bala chino CR400, conocido como Rejuvenecimiento en su traducción al castellano. El CR450 que protagonizará los mayores avances tecnológicos pertenece a esa misma familia de trenes que actualmente se encuentran operativos en varias líneas de alta velocidad en el país, pero "los desafíos a los que enfrentamos ahora no son exactamente los mismos".
"No existe ninguna referencia que se pueda usar de otros países", señala Zhao. "Tenemos que ser pioneros y encontrar respuestas para un tren con una velocidad de 400 km/h". Por ejemplo, el nivel de ruido que viaja tan rápido es 3 decibelios más alto que un tren que va a 350 km/h, que es lo más rápido que operan los trenes de alta velocidad actuales en China.
Los ingenieros están empleando una unidad de CR400 —un tren de la anterior generación— como banco de pruebas para ensayar todas las innovaciones desarrolladas que aplicarán en el CR450. Algunas de ellas tan importantes como el freno eléctrico de inducción, el disco de freno cerámico, un sistema de tracción con imanes permanentes y un control activo del pantógrafo.
Más que romper cualquier récord ferroviario de la industria, el objetivo de China con este nuevo tren es estandarizar una nueva velocidad máxima de crucero en su red. Actualmente los trenes más rápidos del país circulan a 350 kilómetros por hora y quieren que esta nueva generación llegue a los 400. Todo ello sin emplear la levitación magnética a alta velocidad, algo en lo que también están trabajando y que ya cuenta con una ruta comercial entre el Aeropuerto Internacional de Pudong y la Estación Lonyang en la que alcanza 431 km/h.
Rivalidad magnética internacional
Justo al otro lado del mar de China Oriental, los japoneses se encuentran inmersos en la construcción de un tramo de línea de levitación magnética con el objeto de unir las urbes de Tokio y Nagoya. Quieren que el trayecto de unos 340 kilómetros se cubra en menos de 40 minutos para el año 2027. Actualmente ese mismo trayecto se cubre en hora y media.
El problema de estos trenes es el elevadísimo coste que supone la construcción de la infraestructura. Por ejemplo, la línea de 500 km que unirá Tokio y Osaka prevista para el año 2037 tiene previsto una factura total de 80.000 millones de euros. Por su parte, en el lado chino, la vía entre Shanghái y la ciudad portuaria de Ningbo en 2035 ascenderá a 12.000 millones.
Según algunas estimaciones, el coste de la infraestructura de una línea de levitación magnética es del orden de 2 a 3 veces mayor si se compara con una línea de alta velocidad tradicional. Los diferentes proyectos llevados a cabo dentro de cada uno de los países se erigen como el escaparate perfecto para participar en proyectos internacionales.
La carrera entre Japón y China dará como vencedor a aquel país que consiga construir una línea de larga distancia de levitación magnética. Básicamente por el ahorro de tiempo que supone esta altísima velocidad en un tramo de cientos de kilómetros. A 600 kilómetros por hora, la velocidad máxima que planean tener los trenes de levitación magnética de Japón y China, se podría cubrir el trayecto entre Madrid y Barcelona en prácticamente una hora, respecto a las dos horas y media que toma en la actualidad. Un rival todavía más duro para el puente aéreo.