Los drásticos contrastes climáticos que experimenta España, hacen pasar el calor más extremo a un clima húmedo y frío en pocas semanas. Muchas casas no están preparadas para soportarlo y obligan a invertir en aires acondicionados o bombas de calor que consumen electricidad. En los últimos años se está dando solución a este problema con ingeniosos sistemas de ventilación o construcciones que mantiene un clima constante sin engordar la factura de la luz de sus inquilinos.
El proyecto Nhà Bè es un buen ejemplo de vivienda pensada para acoger espacios lujosos y confortables aislando a sus inquilinos de las inclemencias externas, pero sin renunciar a la naturaleza y la luz solar. Todo de forma natural, gracias al ladrillo y la arquitectura. Esta casa en Vietnam se enfrenta así a estaciones muy calurosas y otras con copiosas lluvias.
La casa se ha configurado como un gran rectángulo de ladrillos que alberga cuatro dormitorios y espacios comunes que están comunicados entre sí y donde destaca una gran sala de estar abierta al jardín y al patio delantero. Los arquitectos de Tropical Space la diseñaron con el objetivo de separar las necesidades individuales, al mismo tiempo que proporcionaban espacios de comunicación para que se reuniera la familia que quería vivir en ella. Cuatro mujeres de mediana edad conviven en ella para pasar el resto de sus vidas juntas mientras cuidan de su madre en este espacio privado.
Una de las peculiaridades de la vivienda es como su estructura juega con el clima de esta región. Cerca de ella, una canal de palmeras aporta humedad a los vientos que atraviesan la vivienda entre las diferentes aventuras con que cuenta, como el telar de ladrillos que sirve de frontal a la casa. Así se consigue un aire fresco constante, que pase la luz, pero manteniendo la privacidad de la familia.
El techo inclinado en lo más alto integra un vacío central que se abre al ático, lugar que la familia utiliza como espacio de culto. Este suelo entre techo y zonas comunes actúa como transición para proteger a las inquilinas del impacto térmico de la radiación solar al mediodía.
Mientras tanto, los aires frescos que entran por el frontal, empujan al aire caliente hacia el ático, donde se escapa por los agujeros del techo. Este mecanismo de ventilación natural mantiene frescos los pisos inferiores.
El microclima que se crea dentro de la vivienda contrasta con el habitual calor que se percibe fuera, más en los días de mayor impacto del verano. Pero no solo en esa estación es confortable la casa, también en época de lluvias tropicales. Los techos de esponja dejan pasar la luz y disfrutar de las lluvias sin mojar el interior de la casa.
Todos los espacios interiores están abiertos a jardines interiores y exteriores para brindar comodidad a los ocupantes a través del contacto con la naturaleza. Estos espacios reciben desde las aberturas del techo el agua que necesitan para mantenerse sanos y así ahorrar en riego.
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