El hormigón es uno de elementos básicos de la industria de la construcción en todo el mundo, España incluida. Su composición más habitual a base de agua, cemento y grava se remonta a principios del siglo XIX y, desde entonces, ingenieros y especialistas en materiales trabajan en mejorar sus propiedades para hacerlo más resistente o incluso autorreparable. Sin embargo, su fabricación sigue teniendo terribles consecuencias para el medioambiente: es el responsable del 9% de las emisiones globales de CO2.
Para contrarrestar las emisiones que están acelerando el cambio climático, hay quien busca alternativas que no sólo no produzcan dióxido de carbono, sino que sean capaces de 'secuestrarlo'. Entre ellos está Rick Fox, exjugador de baloncesto (ganador de tres anillos de la NBA con Los Angeles Lakers), que en 2021 cofundó Partanna, una empresa de materiales de construcción sostenible que acaba de presentar la primera casa construida con ladrillos de hormigón con huella de carbono negativa.
Esta edificación en Nassau (Bahamas), donde Fox se crio, es la primera de un plan de 1.000 viviendas sostenibles para jóvenes planeada por el gobierno del país caribeño. Una iniciativa que puede ser el punto de partida para la internacionalización de estos ladrillos fabricados con desechos de otras industrias para ofrecer un producto más resistente y, sobre todo, ecológico.
Un proyecto ambicioso
"Entré en el mundo del hormigón por pura supervivencia y por la necesidad de innovar en mi propio país", explica Fox en The Verge. En 2019, el huracán Dorian acabó con el 75% de las viviendas de Abaco, una de las islas de Bahamas, lo que implicó una verdadera catástrofe humanitaria.
Fue el detonante de una búsqueda que le llevó a unir fuerzas con el arquitecto estadounidense Sam Marshall, que llevaba años investigando para desarrollar un nuevo tipo hormigón que no usara cemento. Fabricar este componente básico del material implica calentarlo a altas temperaturas en hornos industriales, lo que desencadena una reacción química que libera gran cantidad de CO2 procedente la piedra caliza.
Así fue como Partanna dio sus primeros pasos, con un ambicioso plan para financiarse a través de pequeños inversores y grandes fondos de inversión, y una receta secreta para elaborar el revolucionario hormigón. Los ingredientes principales de la fórmula para sustituir el clásico cemento Portland sí se conocen: salmuera procedente de plantas desaladoras, muy numerosas en un archipiélago como Bahamas, y la escoria, subproducto de la industria metalúrgica.
Según sus responsables, la otra gran ventaja de este cemento sostenible es que puede curarse a temperatura ambiente, lo que evita usar más energía para calentar la mezcla. Además, los ingredientes aglutinantes, naturales y reciclados, pueden absorber el CO2 del aire y 'secuestrarlo' en los ladrillos confeccionados con este material.
Eso se traduce en que en una casa como la ya construida, sus muros siguen capturando CO2 durante todo su ciclo de vida, e incluso más allá. Si en algún momento la estructura es derruida, el material es capaz de retener el dióxido de carbono y se puede volver a utilizar en la fabricación de nuevo hormigón sostenible. Según los cálculos de Partanna, la casa piloto de 116 metros cuadrados ya ha capturado tanto CO2 como 5.200 árboles al año.
Ladrillos negativos en carbono
Entre las principales ventajas de los bloques estándar construidos con el hormigón de Partanna, la empresa de Rick Fox sitúa su mayor durabilidad, "garantizando un rendimiento duradero y reduciendo los costes de mantenimiento". Además, también mencionan una resistencia superior a la compresión frente a los bloques tradicionales de hormigón, lo que amplía su gama de aplicaciones en la construcción.
Sin embargo, la característica más sorprendente de los ladrillos de Partanna se debe al uso de la salmuera. Gracias a este ingrediente activador de la mezcla, este hormigón sostenible adquiere mayor resistencia cuando está expuesto a la humedad y al agua del mar, lo que lo convierte en una opción ideal para proyectos costeros y marinos. Esto es algo especialmente valioso en países isleños como Bahamas y ciudades como Nassau, amenazadas con la subida del nivel del mar.
A todo esto, los ingenieros de Partanna han unido una "innovadora tecnología" (sin ofrecer más detalles), que "permite la creación de texturas y diseños únicos, proporcionando a los arquitectos y constructores una mayor libertad creativa en sus proyectos", según la ficha del producto en su página web.
En cuanto al coste, el precio de los bloques de Partanna frente a los tradicionales es similar, lo que los hace especialmente atractivos. La pretensión última es reducir significativamente la huella de carbono de los proyectos de construcción, a través de "una solución viable, sostenible e innovadora para satisfacer las crecientes demandas de la industria".
Los siguientes pasos se cifran en las 29 nuevas viviendas que se construirán el año que viene junto a la casa piloto en Nassau y en el proyecto de un hub de sostenibilidad de 14 kilómetros cuadrados en Diriyah, Arabia Saudí, país en el que el 70% del agua potable proviene de plantas desaladoras. Eso implica unas cantidades enormes de salmuera, que puede reutilizarse directamente para la fabricación de miles de los bloques de hormigón sostenible de Partanna.
También te puede interesar:
- El ladrillo ligero y aislante que revoluciona la construcción: se coloca más fácil que el tradicional
- El hormigón que cambiará la construcción: barato, ultrarresistente y capaz de reparar cualquier grieta
- El ingenioso ladrillo de vidrio que cambiará la construcción: aísla las casas dejando pasar la luz
- Hormigón enrollable, la revolucionaria técnica para que las casas sean más eficientes y baratas