La lluvia es, sin duda, la situación climatológica que más incidencia negativa tiene en la siniestralidad del tráfico. La media diaria de siniestros aumenta en España una media de un 7,4% cuando llueve, llegando a un 27% en provincias como Zaragoza o Teruel, según datos del Comisariado Europeo del Automóvil (Fundación CEA).
La conducción, sobre todo en situaciones de lluvia leve o llovizna, tiene un plus de peligrosidad por tres motivos fundamentales: la reducción de la visibilidad del conductor, el aumento de la distancia de frenado y el temido efecto de aquaplaning, cuando los neumáticos no se adhieren al asfalto a causa de una película de agua que cubre el suelo.
En lo que afecta a la visibilidad, el rendimiento de los limpiaparabrisas se reduce drásticamente con el paso del tiempo, hasta el punto de que la DGT recomienda cambiarlos cada 6 meses o al menos una vez al año, dependiendo de su estado. Para evitar ese desgaste prematuro y mejorar sus prestaciones, la startup estadounidense Kimblade ha patentado los limpiaparabrisas CarbonFit, con una escobilla rectangular fabricada en silicona y reforzada con grafeno que los hace mucho más eficaces, resistentes y silenciosos.
Los limpiaparabrisas CarbonFit de Kimblade
La primera idea de los responsables de Kimblade surgió en 2015. Tras organizar varias campañas de crowdfunding con éxito en EEUU y Corea del Sur, han lanzado su cuarta promoción en Kickstarter con su nuevo producto estrella, que empezará a enviarse a principios de 2024 e incorpora un limpiaparabrisas específico para la luna trasera del coche. "Nuestro distintivo diseño de hoja rectangular y nuestra tecnología de vanguardia presentan un limpiaparabrisas que no solo dura más, sino que también resiste la disminución del rendimiento para una eficacia prolongada y constante", señalan.
Por qué son diferentes
Uno de los problemas más habituales a los que se enfrentan los conductores de automóviles cuando quieren sustituir sus limpiaparabrisas es encontrar uno que se adapte correctamente a su coche. Por eso, los técnicos de Kimblade han diseñado una amplia colección de adaptadores, que permiten usar CarbonFit en la inmensa mayoría de vehículos. Además, el sistema dispone de escobillas intercambiables, por lo que, cuando toque sustituirlas, no hace falta cambiar el limpiaparabrisas completo.
[El ingenioso invento para cambiar fácilmente una rueda pinchada en menos de 10 minutos]
Pero lo realmente especial de este invento es su característica forma rectangular, que le permite entrar en contacto más directo y limpiar mejor el parabrisas. Es un cambio importante en la forma de este complemento de los coches, que lleva casi un siglo prácticamente inalterado, con el aspecto de un triángulo invertido y una amplia superficie de contacto con el parabrisas.
Fabricada con una innovadora estructura de varillas de 4 barras, las hojas de silicona de Kimblade (en lugar del caucho habitual) tienen una menor superficie de contacto, lo que permite concentrar la presión de manera más efectiva. Las escobillas se dividen en dos partes: la superior, con cierta flexibilidad para realizar un movimiento suave pero resistente a la deformación, y la inferior, algo más rígida y diseñada para entrar en contacto con el cristal, eliminando la humedad de forma más silenciosa y eficiente que los limpiaparabrisas convencionales.
El diseño rectangular de CarbonFit y el triangular de los limpiapabrisas convencionales
Es algo que se nota especialmente en el movimiento de retroceso, que en las triangulares puede dejar restos de humedad o suciedad. En el caso de las escobillas rectangulares, disponibles además en varios colores, se elimina por completo cualquier elemento que pueda restar visibilidad al conductor.
En el último modelo de CarbonFit, que cuenta con un elegante marco de fibra de carbono y un perfil más bajo para mejorar su adherencia a altas velocidades, a la estructura de silicona de las escobillas se ha añadido además grafeno. Este componente, también conocido como CNT, son nanopartículas de carbono que la hacen más duradera y resistente a elementos como la corrosión, la deformación o el deterioro que pueden producir la exposición al sol o las temperaturas extremas.
Otras novedades
Una de las mejoras más demandadas por los patrocinadores de las anteriores campañas de crowdfunding de la compañía consistía en incorporar el diseño rectangular de Kimblade a los limpiaparabrisas traseros. Y es que limpiar bien la luna trasera del coche, donde también se puede acumular barro o nieve, es imprescindible para tener una buena visibilidad.
Los limpiaparabrisas traseros se usan con mucha menos frecuencia que los delanteros, lo que lleva a que pase inadvertido su desgaste provocado por el tiempo, especialmente en los modelos de caucho.
Los limpiaparabrisas CarbonFit
El último elemento mejorado en esta nueva campaña tiene que ver con el tratamiento hidrófugo para los cristales del coche que también comercializa Kimblade. Hasta la fecha, este revestimiento se secaba demasiado rápido, lo que dificultaba extenderlo y limpiarlo. Ahora, una fórmula mejorada de este producto permite que los parabrisas conserven durante más tiempo esa película que repele el agua.
Este aditivo mejorado para ofrecer un rendimiento constante en todo tipo de climas hace que las gotas de lluvia resbalen más fácilmente y evita que los parabrisas se empañen y acumulen suciedad. Kimblade recomienda aplicar este producto de limpieza en todos los cristales del coche, pero especialmente en las zonas que no alcanzan los limpiaparabrisas CarbonFit.
En cuanto a su coste, es bastante superior al de los limpiaparabrisas habituales, pero todas las ventajas que aportan y su mayor durabilidad lo convierten en una opción a tener muy en cuenta. Para los primeros patrocinadores, los limpiaparabrisas delanteros se pueden comprar por unos 62 euros, mientras el paquete que incluye además el limpiaparabrisas trasero cuesta poco más de 81 euros. Ambos packs incluyen el tratamiento hidrófugo y varios adaptadores para distintos modelos de coche.
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