Los robots humanoides parecen cosa del futuro, pero lo cierto es que son toda una realidad. Un sector que lidera Elon Musk con Optimus, del que ya ha presentado su segunda generación, y en el que cada vez se adentran más compañías, como Xiaomi y su CyberOne. La última en unirse ha sido la NASA, quien ha presentado recientemente a Valkyrie, su robot humanoide que realizará tareas arriesgadas en el espacio.
Con 188 centímetros de altura y 136 kilos de peso, Valkyrie, que toma su nombre de una figura femenina de la mitología nórdica, ya se está probando en el Centro Espacial Lyndon B. Johnson de la NASA situado en Houston, en Texas (Estados Unidos). Una máquina que la NASA, la agencia espacial estadounidense, tiene previsto utilizar en futuras misiones de exploración espacial.
Incluso puede operar en "entornos degradados o dañados por la ingeniería humana", como zonas afectadas por desastres naturales, según señala la NASA. Un robot humanoide que se parece a una persona, normalmente, con torso, cabeza, dos brazos y dos piernas. Los ingenieros de la agencia espacial creen que, con un software adecuado, estas máquinas podrán llegar a funcionar de forma similar a los seres humanos; además de utilizar las mismas herramientas y equipos.
Para tareas arriesgadas
Shaun Azimi, jefe del equipo de robótica Dexterous de la NASA, afirma a Reuters que los robots humanoides podrían realizar en el espacio tareas arriesgadas, como limpiar paneles solares o inspeccionar equipos averiados fuera de la nave, para que los astronautas puedan dar prioridad a la exploración y el descubrimiento. "No pretendemos sustituir a los astronautas, sino quitarles el trabajo aburrido, sucio, y peligroso para que puedan centrarse en actividades de más alto nivel", señala.
La NASA también está colaborando con empresas de robótica como Apptronik, con sede en Austin (Texas), para aprender cómo los robots humanoides creados para fines terrestres pueden beneficiar a las futuras máquinas destinadas a operar en el espacio. Por ejemplo, esta compañía está desarrollando a Apollo, un robot humanoide para trabajar en almacenes y plantas de fabricación moviendo paquetes, apilando palés y realizando otras tareas orientadas a la cadena de suministro.
Apptronik tiene previsto empezar a suministrar este robot a las empresas a principios de 2025. Una máquina que posee claras ventajas sobre sus homólogos humanos, en particular la resistencia. "Nuestro objetivo es tener este sistema conectado 22 horas al día. Esto tiene una batería intercambiable, por lo que puede trabajar durante cuatro horas, cambiar la batería y luego seguir adelante en una duración muy rápida", señala Nick Paine, director de Tecnología de Apptronik.
Por su parte, Jeff Cardenas, CEO de Apptronik, asegura que el cielo es el límite a medida que el nuevo software y el desarrollo mejoren las capacidades de Apollo. "Empezamos en el almacén y en la planta de fabricación, pero luego puede trasladarse al comercio minorista... a la entrega y a lo que llamamos espacios no estructurados", asegura. Mientras que en los próximos años se podría incluir el espacio, según Azimi.
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"Robots como Apollo se diseñan pensando en la modularidad para poder adaptarse a muchas aplicaciones. Y ahí es donde la NASA está realmente tratando de obtener esa visión, para ver cuáles son las lagunas clave, donde tendríamos que invertir en el futuro para llevar un sistema terrestre al entorno espacial y certificado para operar en el espacio", explica Shaun Azimi.
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