Entre cables, escaleras y pasillos infinitos, un perro robot vigila la seguridad de uno de los experimentos más grandes del planeta, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC). Estás máquinas de cuatro patas han demostrado sus cualidades para servir en entornos complejos donde es peligroso para los humanos como en algunas operaciones del Ejército de España o en las instalaciones de Chernobyl.
El CERN ha elegido a este perro robot como vigilante de altas radiaciones para sustituir a sus actuales modelos con ruedas cuya movilidad es más reducida. El modelo elegido es Go1 de la marca Unitree, un robot cuadrúpedo capaz de alcanzar los 17 kilómetros por hora y sortear toda clase de obstáculos a su paso.
Este centro de investigación, para quien no la conozca, es una estructura circular de 27 kilómetros construida bajo tierra entre Suiza y Francia. Se creó para que funcione como un inmenso circuito cerrado, durante las 24 horas del día provocando grandes colisiones como su propio nombre indica. En él, partículas como los protones chocan generando energías récord de hasta 13,6 billones de electronvoltios (TeV).
Los investigadores utilizan esta inmensa máquina para probar diferentes teorías sobre la física de las partículas como las propiedades del bosón de Higgs. Estos esfuerzos suponen crear radiación ionizante que puede ser peligrosa para el personal que trabaja en este laboratorio. De ahí la importancia de un fuerte sistema de control en todas las instalaciones, incluso en el detector ALICE, donde los iones de plomo chocan para producir un plasma de quarks y gluones.
Esta organización lleva años usando robots para medir la radiación en cada rincón de este espacio, pero su flota se encontraba con numerosos obstáculos que dificultaban la tarea. "Hay grandes haces de cables y tuberías sueltas en el suelo que se deslizan y se mueven, lo que los hace intransitables para los robots con ruedas y difíciles incluso para los humanos", explicó Chris McGreavy, ingeniero en robótica del grupo de Controles, Electrónica y Mecatrónica (CEM) del CERN.
Los perros robots y su demostrada capacidades de movilidad y equilibrio los han convertido en el candidato ideal para esta tarea de vigilancia. En concreto, es el modelo Go1 de Unitree el seleccionado. Su precio es de 2.700 dólares. no se sabe cuántos han comprado, pero aspiran a que esta jauría robótica sea más útil en múltiples entornos, automatizando tareas e implementando otras.
En un vídeo publicado por el CERN se puede ver a este nuevo perro patrulla sortear diferentes obstáculos por la zona norte del laboratorio. "Hemos realizado una prueba de concepto con el grupo de protección radiológica en este ámbito. No hubo ningún problema: el robot se mantuvo completamente estable durante toda la inspección."
Este perro metálico pesa solo 12 kilos y se le ha visto convertirse en un arma con un lanzallamas en la espalda. Esta vez su tarea es más pacífica. El Go1 de Unitree es capaz de alcanzar los 17 kilómetros por hora, y cuenta con todo tipo de sensores de detección para conseguir reconocimiento de humanos y detección de objetos por IA. Puede soportar entre 3 y 5 kilos de peso, y su batería aguanta hasta 2 horas.