Las lluvias de los últimos días en buena parte de España han aliviado tímidamente la situación de los embalses, pero la sequía persistente sigue haciendo estragos en Cataluña y en provincias andaluzas como Málaga. Allí los embalses se encuentran actualmente en el 15,8% de su capacidad y el nivel de las restricciones al consumo de agua se ha elevado. En este contexto, y en el de la progresiva desertificación de nuestro país, se hace imprescindible la contribución de soluciones tecnológicas, como el invento para tener agua potable siempre que produce 1.000 litros al día.
En Málaga, dada su situación crítica, también destacan las propuestas para gestionar el riego que proponen empresas como Agrojardín. Esta compañía con 35 años de trayectoria en el cuidado de infraestructuras verdes públicas y jardines particulares cuenta con una innovadora estación meteorológica que puede, según sus responsables, ahorrar hasta un 30% de agua. El interés por esta solución, dadas las escasas precipitaciones de 2023, ha crecido notablemente en los últimos meses, en los que se han triplicado las solicitudes para la instalación del dispositivo.
"Es un complemento muy interesante de los equipos de riego", explica Daniel Gutiérrez, experto en riego, gestión y calidad del agua en Agrojardín. "Lo que hace esta estación es medir los parámetros más importantes que afectan a las plantas y, en base a esos datos, regular el riego. Cuando detecta que se necesitan riegos de profundidad, reduce el tiempo y aumenta la cantidad de agua. Cuando son necesarios riegos más superficiales, utiliza menos cantidad de agua durante más tiempo".
Parámetros para regar
La estación meteorológica que los técnicos de Agrojardín instalan en jardines municipales, campos de fútbol y zonas comunes de comunidades de vecinos de toda España tiene una serie de ventajas sobre otros dispositivos similares. En primer lugar, es modular, y puede ampliarse con una gran variedad de sensores que amplían sus funciones.
Uno de sus puntos fuertes sin duda es su autonomía, ya que dispone de baterías que se cargan con energía solar, y gracias a una tarjeta SIM se conecta a Internet. Eso permite instalarlo en lugares sin toma de corriente y sin cobertura de red WiFi para medir cuatro parámetros esenciales: la pluviometría o cantidad de lluvia, la velocidad del viento, la humedad del aire y la temperatura.
Pero el sistema va más allá de cerrar y abrir el riego según las lecturas de esos sensores. "Los equipos de riego más habituales tenían un sensor de lluvia que era básicamente un interruptor. Tenía una esponja y cuando se mojaba, ésta se hinchaba y cortaba el riego por completo", recuerda Daniel Gutiérrez. "Esta estación, al llevar también sensores de humedad en el suelo, humedad en el aire, y medir también el viento, la lluvia y la electroconductividad de la tierra, nos permite optimizar el riego al máximo".
Por ejemplo, cuando el aire está más seco, la estación realiza riegos más frecuentes para que la planta esté siempre en el nivel de humedad más adecuado. Otro ejemplo, cortesía de los técnicos de Agrojardín: "cuando el viento va a más de 35 km/h, el chorro de un aspersor ya no es efectivo, así que se cancela el riego en suspensión en ese momento y hasta que la velocidad del viento descienda, mientras se mantiene el riego por goteo, que no se ve tan afectado por la fuerza del aire".
El objetivo es adaptarse en todo momento a las circunstancias del entorno. En caso de estar instalado en una zona fría donde hay frecuentes heladas, si la estación detecta un descenso de la temperatura hasta los 4º o menos, el riego se corta automáticamente para evitar la rotura de las tuberías.
Para completar al máximo sus funciones, la estación también puede conectarse con unos inyectores con distintos abonos. "Como es capaz de medir la electroconductividad de la tierra, si a las plantas les hace falta nitrógeno, potasio o calcio, el dispositivo efectúa en todo momento los ajustes necesarios. Así se optimiza el uso de los recursos, ya que cuando las plantas están sanas necesitan menos agua", insiste Gutiérrez.
[El invento contra la sequía para ahorrar millones de litros de agua: mide la humedad de las plantas]
En caso de avería en cualquiera de las estaciones de riego, el dispositivo se encarga de cortar el agua y de enviar automáticamente una notificación a través de una app que se puede instalar tanto en el ordenador como en una tablet o un smartphone. Eso permite al encargado de gestionar el jardín controlar y ajustar todos los parámetros, conocer en todo momento el restado de los sistemas, decidir si seguir regando a pesar de la avería o esperar a arreglar el problema.
Proceso de instalación
Para empezar el proceso, como en los 29 campos de fútbol de la provincia de Málaga en los que Agrojardín está instalando estas estaciones meteorológicas, los técnicos de la empresa llevan a cabo un estudio pormenorizado según el tipo de césped o las plantas presentes en el proyecto.
"Después instalamos la estación, que está una semana funcionando sin ningún tipo de automatización, solo para recabar datos", explica Gutiérrez. "Después de ese período, en el que ya sabemos cuánta agua se está consumiendo con detalle, se le aplica al dispositivo toda esa información para que empiece a funcionar de forma autónoma. Es decir, somos nosotros los que marcamos los parámetros de cuánta agua tiene que gastar, a qué temperatura tiene que parar o arrancar la nebulización... El objetivo es facilitarles la vida a las plantas para que estén siempre sanas".
Al ser modular, hay añadidos especialmente pensados para los jardines, las piscinas y las fuentes de las comunidades de vecinos y los ayuntamientos, ya que se puede conectar a una de estas estaciones tanto la iluminación como las depuradoras de agua. El sistema permite, por ejemplo, medir el cloro y el pH para mantenerlo siempre en el mejor estado y evitar el desperdicio de agua.
En cuanto al precio, depende del tipo de instalación y de los sensores que se quieran incorporar, pero según los responsables de la empresa una comunidad de vecinos con 1.000 metros cuadrados de jardín puede amortizar la inversión en menos de 3 años. Y es que el dispositivo no sólo permite grandes ahorros de agua, de hasta el 30%, sino que también contribuye a reducir el consumo de energía, ya que evita arranques innecesarios de bombas de agua y otros elementos del sistema de riego.
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